REPORTAJE

El Top 10 de Entrevistas industry TALKS sobre energía e industria

Los costes disparados de la energía acaparan la atención de la prensa. Y de la industria. Factores exógenos como la situación en el este de Europa o la pandemia han alterado el precio de este valioso recurso natural, provocando graves consecuencias en el sector. Esta delicada situación ha ocupado el interés de industry TALKS que ha seleccionado, en este artículo, las 10 mejores entrevistas sobre energía realizadas en 2022.

Las grandes empresas industriales han emprendido acciones decididas para acometer la irreversible transición energética y descarbonizar incluso sus cadenas de suministro. Así, en la reciente entrevista mantenida con industry TALKS, Javier González Pareja, presidente del Grupo Bosch, destacaba que hace tres años presentaron el objetivo de hacer que este enorme entramado empresarial, con sus 400 localizaciones en todo el mundo, fuese neutro en carbono.

“En 2020, logramos ese objetivo, convirtiéndonos en la primera empresa industrial global en lograrlo. También nos estamos moviendo con la misma rapidez para abordar la acción climática a lo largo de nuestras cadenas de suministro. Con este fin, acordamos un objetivo vinculante para la década actual, reducir una tercera parte nuestras emisiones de CO2 a lo largo de toda la cadena de valor y estamos en camino de lograr este objetivo. Así, cada año estamos reduciendo nuestra huella de carbono a la mitad, desde nuestros proveedores a nuestros clientes. Hay tres ejes sobre los que nos basamos: más economía circular; más eficiencia energética en nuestros productos existentes; y cambiar nuestra cartera de productos hacia productos neutros para el clima”, dijo González Pareja.

La empresa pública Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica (SENASA), por ejemplo, participa en proyectos vanguardistas nacionales e internacionales en relación con la descarbonización del transporte aéreo y la implementación de los combustibles sostenibles de la aviación. Eso reveló a este medio digital su presidente y consejero delegado, Andrés Arranz Stancel.

En cuanto a los retos para una aviación sostenible, el marco de referencia en el ámbito de la Unión Europea es el denominado Pacto Verde Europeo, que establece un objetivo de neutralidad climática de aquí a 2050, y que materializará los compromisos de la UE en el marco del Acuerdo internacional de París. Esta ambiciosa meta requerirá un enfoque holístico e intersectorial en el que todos los ámbitos de actuación pertinentes, incluido el sector aéreo, contribuyan al objetivo climático final.

El combustible sostenible de aviación ha llegado para quedarse.

“SENASA cuenta con un equipo multidisciplinar de expertos que trabajan en estrecha colaboración con las autoridades aeronáuticas españolas e internacionales para desplegar soluciones que, en muchos casos, dependen de múltiples actores: aeropuertos, navegación aérea, fabricantes de aeronaves, compañías aéreas, compañías distribuidoras de combustibles, autoridades y legisladores aeronáuticos, entre otros”, explicó Arranz Stancel.

Además de la descarbonización, el autoabastecimiento se plantea como un elemento imprescindible en estos tiempos turbulentos de reducción de suministros energéticos y precios inflacionarios. SENASA, según anunció su máximo ejecutivo, está realizando diferentes estudios para avanzar en el camino del autoabastecimiento energético y esperan poder implementar esas investigaciones “pronto”.

Dentro del sector naval, el astillero público español Navantia investiga en buques bajos en emisiones, como confirmó a industry TALKS su director de Estrategia, Javier Romero.

“Actualmente estamos trabajando en varias alternativas y varios horizontes. El horizonte a corto plazo que es el que más se aplica es que los motores de propulsión AINA puedan quemar combustibles sintéticos que no contaminen. En el ámbito del hidrógeno y el amoniaco también estamos trabajando; tenemos nuestra experiencia en submarinos con el sistema AIP y tenemos en Cartagena el centro de tecnologías del hidrógeno, pero esto no va a ser inmediato”, subrayó Romero. “Otro tema en el que estamos trabajando y es muy importante es todo lo relacionado con la digitalización y el gemelo digital. Estamos en primera línea, la gestión de la energía de los buques se puede mejorar mucho, y se hace través de la digitalización y la inteligencia artificial”, enfatizó el directivo de Navantia.

La transición energética implica un momento de cambio, cuyos efectos están soportando especialmente las industrias electrointensivas y gasintensivas, pero también fragua determinades oportunidades de futuro. Un caso de eso son las comunidades energéticas, que llevan funcionando menos de tres años y se definen como entidades sin ánimo de lucro capaces de conseguir un beneficio común entre todos los participantes de diferentes ámbitos mediante la generación de energía solar o eólica. En definitiva, su creación significa algo más que una instalación renovable, pues se forma a los participantes en hábitos sostenibles y responsables con el medioambiente.

Dentro de una comunidad energética pueden entrar perfiles de lo más diverso:

  • Particulares de residencias familiares
  • Comunidades de vecinos
  • Comercios y pymes
  • Grandes industrias y empresas
  • Cooperativas
  • Gobernantes locales mediante la cesión de sus instalaciones
  • Administración pública.

Las soluciones derivadas de las energías renovables se han convertido no solo en nuevos modelos de negocio sino también en alternativas necesarias para sustituir a las energías tradicionales basadas en los hidrocarburos. Pymes y grandes corporaciones, centros tecnológicos y universidades estudian ideas y articulan proyectos para encontrar y optimizar nuevas fuentes de energía limpias, sostenibles, eficaces y baratas, como las baterías eléctricas, los paneles solares o el hidrógeno.

BCARE es una de esas compañías de reciente creación que se dedica a dar servicios y productos para el mercado de almacenamiento energético. En una entrevista a este medio de comunicación, su directora general, Soraya Romo, destacó la relevancia del almacenamiento eléctrico pues sin él, desde su punto de vista, “sería muy difícil, o casi imposible, conseguir el despliegue necesario de energías renovables que necesitamos para cumplir con los objetivos del PNIEC [Plan Nacional Integrado de Energía y Clima]”, los objetivos de neutralidad climática arriba citados.

“La introducción masiva de energías renovables en el sistema eléctrico demanda disponer de sistemas que garanticen la estabilidad y la firmeza del sistema, y aquí el almacenamiento juega su papel fundamental, ofreciendo la ventaja de poder actuar tanto delante del contador en aplicaciones utility scale [a escala comercial], como desde el lado de la demanda, con los sistemas behind the meter [cerca del consumidor, en este caso, la industria]. No obstante, el almacenamiento se enfrenta todavía al reto del avance regulatorio que facilite su tramitación y legislación definitiva, y a las medidas incentivadoras que aseguren la rentabilidad de las inversiones y empujen su despliegue, permitiéndole la participación en diferentes mercados.

Las baterías en estado sólido son una apuesta para el vehículo eléctrico.

Otro reto que tienen los sistemas de almacenamiento energético viene de la mano del reciclaje de las baterías y sus posibles aplicaciones en segunda vida. En el caso de las nuevas baterías, ya se está trabajando para que, desde el mismo concepto de diseño de la celda, incluyendo todos sus materiales, se conciba su reciclabilidad futura y se realice su análisis de ciclo de vida (LCA). Se trata de priorizar la sostenibilidad, optimizando el reciclado.

Soltec, por otro lado, es sinónimo de paneles solares made in Spain. Esta empresa es uno de los fabricantes líderes en Europa de seguidores solares a un eje que producen energía solar fotovoltaica.

En palabras de la directora de Marketing de Soltec, Paula Lax, “se ha avanzado mucho, pero queda un largo camino de maduración en el sector de las renovables”.

“La realidad -añadió Lax- es que nos encontramos con muros burocráticos que frenan el avance de las energías renovables. Es necesario un sistema ágil que, respetando el proceso garantista y respetuoso con el medioambiente y la sociedad, permita el avance de los proyectos renovables”. “Conseguir desarrollar un producto de vanguardia es fundamental en el mercado de la energía solar y para ello la innovación se convierte en una pieza esencial de cualquier empresa que quiera hacerse un hueco en el mercado de las energías renovables”, destacó la directiva.

El hidrógeno renovable es, sin ninguna duda, un vector energético con grandes perspectivas de desarrollo. Su cadena de valor abarca la producción de hidrógeno con procesos de electrólisis, su almacenamiento, su transporte hasta su aplicación y su uso en sectores como la automoción, el transporte y la logística, entre otros.

La Estrategia Europea del Hidrógeno, incluida en el Pacto Verde Europeo, prevé tres horizontes temporales (2024, 2030 y 2050) de avances tecnológicos:

  • Primera fase 2020-2024: Instalación de al menos 6 GW de electrolizadores en la UE y la producción de hasta 1 millón de toneladas de hidrógeno renovable
  • Segunda fase (2025-2030): 40 GW de electrolizadores para 2030 y la producción de hasta 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable en la UE.
  • Tercera fase (2030-2050): Las tecnologías de hidrógeno renovable deberían alcanzar la madurez y desplegarse a gran escala.

Esta fuente energética verde se podrá utilizar “en los próximos 20 años”, pronosticó Fernando Pachín, director de la Fundación Hidrógeno de Aragón (FHA) entrevistado por este diario digital industrial.

“Dependiendo un poco de los nichos de mercado la tecnología está ya prácticamente disponible. Hablar de tiempos es muy complicado porque prácticamente en el último año el hidrógeno evolucionó mucho, con todo el tema de la pandemia y la apuesta que ha hecho Europa por la tecnología. Se puede decir que en esta década tenemos la oportunidad de que el hidrógeno sea emblema en muchos sectores productivos, muchas áreas de actividad económica, en muchas áreas de nuestro día a día; yo fijaría todas las estrategias en 2030”, indicó Pachín.

Francisco Carro dirige Tresca, la principal consultora de ingeniería en España en número de proyectos de hidrógeno verde. Y tiene las cosas meridianamente claras.  

“Los retos son todos, porque hay que construir una economía del hidrógeno que no existe. ¿Qué quiere decir? Que tenemos que construir plantas de hidrógeno, infraestructuras de transporte, que tenemos que ser capaces de meter al hidrógeno dentro de la industria, porque ahora mismo está fuera, que tenemos que ser capaces de desarrollar tecnologías a este respecto. Y paralelamente hay una serie de retos fundamentales que son el desarrollo de una regulación de cobertura y seguridad jurídica a toda esta nueva economía del hidrógeno. Esta economía del hidrógeno caminará tan deprisa como caminen, por un lado, las ayudas; por otro, la voluntad de la industria; y por otro, el desarrollo de herramientas y una regulación que ayude a que esto camine deprisa y con seguridad jurídica”, opinó Tresca.

“Es el momento en el que Europa y evidentemente España tienen que sentarse, despacio, y pensar, no a 4 años, el periodo electoral, sino pensar a 20 años, para ver cuál es el mapa energético que se desea. Debe ser una transición que sea ejecutable porque se tiene que poder descarbonizar la economía, por un lado, con una ecuación que hay que cumplir; por otro lado, tiene que haber independencia energética para no depender de terceros países, por lo menos no mucho. Y a última hora está la ecuación económica, que es que la fiesta que diseñemos tenemos que poderla pagar. Las decisiones son complejas. Hay que meter las ecuaciones en la máquina, y ver cuáles son las soluciones. La gran decisión es trazar un plan estratégico energético a 20 años”, puntualizó en otro momento de su entrevista.          

La gestión energética también representa un reto significativo. El Foro Industria y Energia (FIE), creado en 2020, se ocupa, precisamente, de aportar, en el contexto actual de políticas de gestión energética, una visión técnico-económica global con una proyección de futuro, donde se integren a todos los actores de la cadena de valor, de la producción y del consumo de energía en la industria. El segundo objetivo del FIE es reflexionar sobre los retos energéticos de la industria española y las posibles vías de solución. Nada menos.

El coordinador técnico del FIE y profesor de la Universidad de Oviedo, Eduardo Álvarez, habló en una entrevista con industry TALKS de trabajar en favor del binomio entre industria y energía.

“En las reflexiones del foro hemos hablado muchas veces de la separación que existe en España en las últimas legislaturas entre el Ministerio de Industria y el de Energía, algo que siempre venía unido. La industria y la energía era un ministerio y aunaba esa visión global. En un momento determinado se escinde y parece que cada uno persigue objetivos distintos y en una situación como la actual es importantísimo que los dos caminen de la mano, porque al final, qué más da que nos vayamos a un modelo nuevo energético, si la industria no se aprovecha de ello. Es una carencia que creemos que existe y por lo que queremos aportar nuestro granito de arena”, manifestó Álvarez.

Con respecto a las particularidades nacionales, Álvarez recordó que España cuenta con fuentes energéticas variadas y que “siempre ha sido la envidia del resto de Europa”, pues ya en 2020 el 44% de la energía consumida en las industrias y los hogares tuvo un origen renovable (eólico y solar). No obstante, remarcó Álvarez, en este proceso de transición, “la estructura de mercado nos ha llevado a una dependencia muy alta del precio del gas natural, llevándonos a máximos históricos”.

“No se pretende dar ningún tipo de lección a nadie, pero no parece coherente que nos encontremos parques eólicos con generadores eólicos parados cuando hay recursos disponibles. O centrales hidráulicas fluyentes que están perdiendo agua, o centrales de cogeneración paradas en industrias”, puntualizó el coordinador técnico del FIE.

Para Elvira García, directora de Ingeniería y Tecnología de Energía y Medioambiente en SENER, cuya entrevista se publicó en industry TALKS el mismo día que empezaba la invasión de Rusia sobre Ucrania, la actual disrupción tecnológica que estamos viviendo supone, en su faceta de ingeniera, “un reto apasionante e ilusionante a partes iguales, aunque, como ejecutiva, su visión es bien distinta: “Es una época compleja, global, y de profunda transformación, donde muy pocas cosas tienen una solución única y en solitario”.

“La sostenibilidad en su triple esfera (medioambiental, económica y social) es ya un parámetro irrenunciable para la industria, que ha cambiado la forma de abordar los proyectos y la vía de aportar soluciones. Es un grandísimo reto que debe abordarse con compañeros de viaje, obligatoriamente evolucionando los modelos de negocio, pero haciendo la transformación económicamente viable. Esto está abriendo todo un mundo de posibilidades de negocio en el área de la energía y está urgiendo a la industria a moverse en una dirección que, tradicionalmente, se había dejado de lado por “antieconómica””, comentó la responsable de SENER.

El decano del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid (COIIM), César Franco, coincidió con Javier Romero, de Navantia, en el análisis de que la transformación digital goza de un fuerte peso en el proceso de transición energética.

“El desarrollo y la gestión eficiente de los recursos renovables, así como su almacenamiento en aquellos casos en los que no es posible su consumo, requiere de la digitalización del proceso. Así, por ejemplo, Red Eléctrica Española (REE) inauguró hace más de 10 años el primer centro del mundo donde se controla y gestiona la generación de los productores de energía renovable y, años más tarde, desarrolló su Centro de Control del Vehículo Eléctrico [proyecto Cecovel] para facilitar una gestión inteligente de los procesos de recarga”, declaró Franco al responder las preguntas de este diario digital.

“Pero también cuando hablamos de aspectos como el gas renovable y su incorporación en las redes de suministro, o el desarrollo de una infraestructura para la producción y el consumo de hidrógeno, tanto en nuestra industria como en nuestros hogares, o nuestros vehículos, también estamos hablando de digitalización”, añadió el decano del COIIM.

Planta de gas renovable (biometano).
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