A esta tendencia se suma la robótica colaborativa que se estima que su demanda crezca cerca del 20% anual entre 2020 y 2025. Frente a estos indicadores, ¿se sienten las personas preparadas para trabajar codo con codo con un robot colaborativo?, ¿hemos integrado esta tecnología en nuestro día a día?, ¿conocemos los beneficios que puede llegar a aportar la robótica?
Con el fin de analizar estas cuestiones, ABB organizó en el Customer Innovation Center (CIC) un encuentro sobre los robots colaborativos o cobots en el que participaron la periodista Esther Paniagua, el consultor de negocio digital y formación Fernando de la Rosa, y el director de negocio de ABB Robotics & Discrete Automation para España y Portugal, Sergio Martin, para poner en contexto estos datos y dibujar un escenario de los pronósticos en el campo de la robótica y de la automatización.
El encuentro “Personas y cobots: ¿Qué nos une?”, moderado por Alex Salvador, gerente de la Asociación Española de Robótica y Automatización, puso en relieve la relación persona – robot y el debate de si los robots acabarán sustituyendo las tareas humanas.
Sobre este asunto, Paniagua planteó la necesidad de educar y concienciar a la sociedad sobre esta vinculación: “Se necesitan ejemplos que ayuden a ese cambio de mentalidad que propicie que las personas confiemos en estos sistemas y creamos que nos van a aportar un mayor bienestar. No vienen a reemplazarnos ni a precarizarnos, sino a eliminar de la ecuación esas tareas repetitivas, tediosas o peligrosas para que nos podamos dedicar a otras más gratificantes”.
La propia periodista pudo testar en primera persona la facilidad de programación y la ayuda que ofrecen estos robots a través de GoFa, uno de los nuevos lanzamientos de la familia de cobots de ABB que Paniagua probó durante el encuentro.
La robótica vinculada a la educación, al aprendizaje y a la experimentación también fue uno de los temas de la mesa redonda. Los tres ponentes coincideronn en que aún queda mucho camino por recorrer y que es difícil porque “el entorno es implacable […] el reto de muchos profesionales es entender el mecanismo de aprendizaje que mejor le va a cada uno”, comentó de la Rosa.
Por su parte, Martin vinculó el tema a la cuestión de los perfiles profesionales y cuán difícil será saber qué figura necesitarán las empresas en el futuro, cuando las necesidades de producción y consumo están cambiando constantemente. En esta línea, Paniagua declaró que parte de la solución pasa por formarse en disciplinas más generales que capaciten a las personas a seguir aprendiendo y “centrarse, a parte de la capacitación o alfabetización, en las habilidades blandas o soft skills. También en esa mentalidad de aprendizaje continuo, precisamente para seguir adaptándose”.
A la pregunta del debate “Personas y cobots: ¿Qué nos une?”, Martin defendió que nos unen los retos de futuro como perder el miedo a la tecnología y asimilar la robótica colaborativa como una herramienta para potenciar el valor añadido de las personas. Sumándose a esta idea, Paniagua dijo: “Nos unen la capacidad de refuerzo mutuo y de sacar lo mejor de la parte máquina y de la parte humana trabajando de forma colaborativa”. Por su parte, de la Rosa cree que el lazo entre los humanos y la tecnología siempre ha existido. Para el futuro inmediato plantea un desafío: “Frente a la incertidumbre, nos toca tomar una actitud. […] Nos toca volver optimista nuestra visión sobre la tecnología”.