Hablando de la compañía de encuadernación nacida en 1958, “primero fue un sueño y para pasar a una visión fue necesario dotarla de un compromiso con objetivos claros, definidos y medibles”, enfatizó el conferenciante.
Cambiaron de tipo de cliente -de la imprenta a la editorial-, pero la crisis de 2008 dificultó esa visión y esos objetivos. El contexto les seguía poniendo límites y barreras con la aparición de las nuevas tecnologías. Intentaron buscar varias fórmulas sin éxito, incluso la fusión empresarial. En 2010 tuvieron que vender activos para sobrevivir, pero se dieron cuenta de que “la reducción de costes tiene un límite y no crea valor”.
En 2012 vieron una gran oportunidad pues una empresa vendía muy barata una máquina de impresión. Después de buscar mucho, un banco les daba el préstamo para comprarla, pero les pidió a cambio una pignoración, es decir, una cierta cantidad como garantía del cumplimiento de la obligación. “Nos ayudó mi abuela. Tenía ese dinero ahorrado y nos lo prestó”, recordó Hedo en su apasionado discurso personal.
En 2014 ya tenían un conocimiento extraordinario del sector editorial. “Entendimos que la cadena de suministro era imperfecta y estaba diseñada para grandes cantidades” de libros o folletos. Se adaptaron e innovaron, porque “amamos lo que hacemos y queremos cuidar lo que hacemos. Y eso era clave para que tengas una visión empática de tu cliente”.
Teniendo en cuenta que “el equipo es fundamental para el crecimiento y la innovación”, montaron una empresa relacionada con la impresión digital de alta calidad homologada con la calidad offset. Y en 2018 se convirtieron en una empresa pionera en el sector.
Con el inicio de la pandemia, aunque crecían a dos cifras, aparcaron el plan estratégico y se obsesionaron con cuidar al equipo y no tener que hacer un ERTE. Y volvieron a innovar creando una compañía de libros bajo demanda. Esa es la historia de Hedo, basada en una visión clara, honesta, transparente y humilde, un equipo como “piedra angular”, el aprendizaje y el desaprendizaje, y la innovación como ariete.
