Todos los esfuerzos que se hagan para poner en relevancia la importancia que en un país ha de tener la industria y su peso en el PIB son fundamentales. España lleva más de dos décadas, y en algunas regiones aún más, en las que la relevancia comparativa de las actividades industriales es cada vez menor y esto está creando una brecha con el resto de los países de nuestro entorno y los demás importantes desde el punto de vista de impacto mundial.
El objetivo de que el peso de la industria en Europa y, en concreto en España, fuera del 20% del PIB en 2020 no se ha logrado y las razones no son meramente coyunturales como crisis de 2008 o el COVID-19, sino estructurales.
En mi opinión, Europa ha de tener una estrategia industrial clara de corto, medio y largo recorrido y no sólo en temas medioambientales sino en tecnología, materias primas, energía, productos, etcétera. Sólo así podemos jugar un papel frente a los grandes players mundiales. Y por ende también ha de tenerla España.
Nuestro país se ha convertido en una región fundamentalmente de servicios y, como se ha demostrado en esta pandemia, mucho más vulnerable a las crisis. Por otra parte, los sectores industriales suelen ser creadores de empleo fijo y de calidad, conllevan inversiones muy importantes y de largo alcance y las empresas asociadas suelen tener un tamaño claramente superior al de otros sectores, lo cual añade un elemento de resiliencia muy importante.
El énfasis de la UE sobre el empleo de fondos en temas de sostenibilidad, digitalización y educación nos debe de llevar a una reflexión y, sobre todo, a la toma de decisiones por parte de todos los actores, empezando por los políticos, y prestar mucha más atención a las iniciativas industriales, proveer los mecanismos para que ello ocurra: desde I+D+i, pasando por fiscalidad competitiva, formación dual, etcétera, que hagan que de una vez en muchos años la contribución industrial se convierta en un objetivo ineludible de nuestra economía y, por lo tanto, de la sociedad.
Por todo lo antes comentado, es por lo que la iniciativa de industry TALKS que a través del Grupo Metalia se pone ahora en marcha es muy bienvenida, acertada y oportuna y me uno a la misma para hacerla, si cabe, aún más amplia.
