A pesar del aumento de la contratación de personas con discapacidad en los últimos años, su presencia en el mercado laboral español sigue siendo reducida, así lo demuestra su tasa de actividad que alcanza apenas el 34,6%. Según un informe de la Fundación Adecco, en el primer trimestre de 2023, el 33% de los contratos suscritos por personas con discapacidad se ha celebrado en la empresa ordinaria, 4,7 puntos porcentuales por encima del mismo periodo de 2022 (28,3%) y superando en 8 puntos la cifra alcanzada en el primer trimestre de 2021 (25%). Sin embargo, el grueso de la contratación (67%) sigue produciéndose en el ámbito protegido, los Centros Especiales de Empleo.
Según una encuesta realizada a 120 empresas en el marco del 40 aniversario de la Ley General de la Discapacidad, el 83,8% encuentra dificultades para incorporar personas con discapacidad a la compañía. Una de estas dificultades es la falta de experiencia en la incorporación de profesionales con discapacidad en la estructura organizativa debido a los prejuicios que existen en la sociedad respecto al mundo de la discapacidad, empezando por el profundo desconocimiento. Dar el primer paso de contratar a personal con discapacidad es el mayor desafío, y en las próximas líneas vamos a desgranar por qué es una apuesta segura.
Además de cumplir con el marco regulador, las empresas se preocupan cada vez más por su impacto social y por la opinión que su actividad genera en la sociedad, por lo que ponen el foco en la RSC y en el compromiso de los criterios ESG. En este sentido, buscan implementar estrategias de Diversidad, Equidad e Inclusión, en un contexto en el que los ciudadanos son cada vez más exigentes con el impacto que genera la actividad de las empresas en la vida de las personas. En este sentido, la contratación de personas con discapacidad mejora la reputación de la empresa, atrayendo a inversores responsables y aumentando la confianza entre sus grupos de interés.
Existen muchos otros beneficios para las empresas que cuentan con empleados con discapacidad en su plantilla, ya que éstos aportan nuevos puntos de vista imprescindibles en un mundo global, experiencias que enriquecen el capital humano y contribuyen a la diversidad e inclusión en el lugar de trabajo, lo que genera una mayor creatividad e innovación.
Las personas con discapacidad se comprometen mucho con su trabajo ya que se sienten siempre bajo el foco, lo cual aumenta la productividad y mejora el rendimiento de las empresas. La experiencia de muchas empresas en este sentido demuestra que contar con personas con discapacidad en el equipo incrementa el orgullo de pertenencia a la empresa del resto de los trabajadores y promueve la colaboración fomentando el trabajo en equipo. Más eficiencia, mejor clima laboral y mayor cohesión en los equipos para promover la innovación como herramienta clave de progreso.