TRIBUNA

Servicios digitales en la Industria 4.0: el motor de la resiliencia energética

Redacción

Javier Figueras
VP de Industrial Automation de Schneider Electric para España y Portugal

Imagina que un día, estando en tu casa con tu familia viendo la tele, después de cenar, de repente todo se queda a oscuras. No solo tu casa, sino todo tu barrio, tu ciudad, incluso todo el País… No se trata de una posibilidad tan remota ya que, hace unos meses, España estuvo al borde de un gran apagón. Para evitarlo, Red Eléctrica actuó de manera diligente y, para poder garantizar el suministro eléctrico a nuestras casas y pequeños negocios, decidió interrumpir el suministro eléctrico a toda la gran industria española.

Pero no hace falta irse al extremo supuesto de un gran apagón para entender la necesidad de garantizar la resiliencia energética de la industria. En la actualidad, se estima que el 50% de las paradas productivas por cortes de energía tienen origen en problemas de calidad de energía. En un análisis realizado entre más de 400 consultoras de Schneider Electric, se demostró que el 98% de las instalaciones presentaban riesgos eléctricos y no cumplían con las recomendaciones de mantenimiento adecuadas.

Estas señales ponen de relieve la necesidad de contar con sistemas que garanticen la resiliencia energética de las industrias. En este escenario, los servicios digitales juegan un papel importante, ya que permiten anticiparse a los problemas y garantizar la continuidad de las operaciones. En eso también consiste, al fin y al cabo, la Industria 4.0.

Servicios digitales: catalizadores para la resiliencia

No podemos mejorar lo que no conocemos, ni reducir lo que no medimos. Esto implica hacer visible la energía. Debemos saber cómo y dónde se consume o se desperdicia, en cualquier infraestructura, edificio y sistemas. Gracias a la digitalización, lo invisible se convierte en visible y permite captar datos que aportan información muy valiosa sobre el rendimiento. Los sensores IoT, inteligentes y conectados, aportan datos individualizados, que el software permite contextualizar y convertir en información. Si a eso le añadimos servicios, se puede extraer todo el valor a estos datos para tomar mejores decisiones estratégicas y operativas. 

Más allá de la automatización: el camino hacia la Industria 4.0

La adopción de servicios digitales en la Industria 4.0 no se limita a la mejora de procesos internos, también tiene un impacto significativo en la capacidad de las empresas para adaptarse a un entorno en constante cambio y por tanto en su relación con el mercado externo (clientes, proveedores, sociedad, etc.). Al permitir una gestión más inteligente y flexible de los activos, estas tecnologías abren nuevas oportunidades para innovar, mejorar la competitividad y garantizar la sostenibilidad a largo plazo.

Un ejemplo claro de todo esto es cómo las herramientas de análisis predictivo pueden prevenir fallos en sistemas críticos antes de que ocurran. Esto no solo mejora la resiliencia de las operaciones, sino que también contribuye a reducir los costes y a ampliar la vida útil de los activos. En industrias intensivas en energía, como la manufacturera o la química, esta capacidad de anticipación es un diferenciador clave que garantiza la continuidad operativa y la sostenibilidad a largo plazo.

Además, la capacidad de monitorizar y analizar el consumo energético en tiempo real permite a las empresas importantes avances en sostenibilidad.

Impacto en la sostenibilidad y el compliance

La sostenibilidad no es solo una urgencia medioambiental, sino también un requisito para las empresas que quieran mantenerse competitivas en un mercado cada vez más regulado. Los servicios digitales les permiten cumplir con las normativas ambientales más estrictas, ajustar sus operaciones para minimizar desperdicios y reducir su huella de carbono. Además, la digitalización facilita la creación de informes de sostenibilidad más precisos y detallados, lo que mejora la transparencia y fortalece la confianza de las distintas partes interesadas. Algo que resulta especialmente relevante en España y Europa, teniendo en cuenta la avalancha regulatoria en estos aspectos.

Desde la entrada en vigor del Real Decreto 56/2016, que obliga a las grandes empresas a realizar auditorías energéticas cada cuatro años, las organizaciones españolas enfrentan el reto de ir más allá del mero cumplimiento legal. Este 2024, muchas realizarán su tercera auditoría, y el desafío está en convertir este ejercicio en una oportunidad estratégica. Más allá de cumplir con lo mínimo, un análisis profundo del rendimiento energético puede traducirse en beneficios significativos, no solo en eficiencia y ahorro, sino también en la sostenibilidad a largo plazo, especialmente frente a las exigencias sobre emisiones de Alcance 3.

Además, la Directiva CSRD ha ampliado los requisitos de sostenibilidad a decenas de miles de empresas. Este panorama obliga a todas las organizaciones a evaluar su huella de carbono y adoptar tecnologías avanzadas para reducir la demanda energética, haciendo de la digitalización y la gestión energética pilares indispensables en este proceso de transición hacia la sostenibilidad.

En este contexto, la ciberseguridad también se ha convertido en un componente esencial. Los servicios de ciberseguridad no solo protegen los sistemas industriales contra amenazas externas, sino que también aseguran la integridad y disponibilidad de los datos críticos. Esto es fundamental para mantener la continuidad operativa y garantizar que las soluciones digitales puedan desplegar todo su potencial sin interrupciones. La ciberseguridad, por tanto, no es solo una cuestión de protección, sino un habilitador clave para la resiliencia y sostenibilidad de la industria.

Los servicios digitales se han convertido en una herramienta clave para la transformación de la industria en el contexto de la Industria 4. 0. Estas soluciones no solo permiten mejorar la eficiencia operativa, sino que también ayudan a las empresas a hacer frente a situaciones de alta demanda energética, como los apagones, al optimizar el uso de sus recursos. Además, ante la necesidad de reducir su huella de carbono y la presión normativa, los servicios se convierten en grandes aliados.

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