CONGRESO ANUAL DE COGENERACIÓN

PWC expone las propuestas para la continuidad de las plantas de tratamiento de purines

Alberto Martín García, director de consultoría en el sector de Energía PWC ha analizado las propuestas para la continuidad de las plantas de tratamiento de purines durante la mesa redonda "Futuro sostenible: visión energética", celebrada durante el Congreso de Cogeneración organizado por Acogen y COGEN.

Alberto Martin García ha comenzado su intervención comentando que “la producción mundial de carne de cerdo ha tenido una tendencia creciente desde 1990 y se estima que siga aumentando en los próximos años. España ha seguido la misma tendencia”.

“Como consecuencia, la generación de purines también ha tenido una tendencia creciente que se mantendrá en el futuro, lo que supone un agravamiento del problema ambiental y social por la contaminación por nitratos de aguas y suelos, las emisiones de gases de efecto invernadero y la generación de malos olores”, ha añadido.

Asi, Alberto Martin ha declarado que existen dos soluciones, “tratar el purín en plantas de cogeneración o generar biometano, solo la primera ofrece una solución integral a la contaminación por nitratos, especialmente en zonas vulnerables sin territorio para aplicar el digestato”.

Asimismo, ha lamentado que “el fin de la vida útil regulatorio, supondrá el cierre de las plantas y con ello la reducción de la capacidad de tratamiento de purines será un 62% inferior en 2030 y nula en el 2034 lo que afectará especialmente a zonas vulnerables con alta producción como Aragón, Cataluña y Castilla y León, en las que este problema ambiental continuará agravándose por el cierre inminente de las plantas”.

Ante este problema existen, según Alberto Martin, tres alternativas: “1. Abandonar el cierre de las plantas, 2. Extender la vida útil de las plantas o 3. Renovar el parque de tratamiento de purines”.

“La nueva instalación de purines asociada a una planta de biometano lograría una optimización económica fruto de la captura de sinergias entre ambas plantas, además de incluir el tratamiento del nitrógeno en las plantas de biometano”, ha añadido.

Y es que, ha aclarado que “dichas sinergias logran un aumento del rendimiento eléctrico, aprovechamiento del calor útil y una reducción de los costes de operación y mantenimiento que se traducen en una optimización de la retribución a la operación de la planta”.

“Desde un punto de vista regulatorio, proponemos una adaptación de la instalación tipo de purines con los nuevos parámetros obtenidos manteniendo la metodología actualmente vigente. Lo que supondría una reducción de la retribución a la operación de las plantas de purines, alineándola con la que percibe una cogeneración equivalente teniendo en cuenta los costes evitados no retribuidos de las plantas de purines”, ha matizado.

“Para solventar el problema ambiental de los purines se propone implementar un nuevo modelo de instalación tipo que además permitirá reducir los costes de las plantas de tratamiento de purine. El sector porcino tiene una tendencia creciente, y como consecuencia la producción nacional de purines, sin embargo, la capacidad de tratamiento disminuye por el fin de la vida útil de las plantas de tratamiento de purines. En el futuro esta situación va a empeorar dado que la cabaña porcina seguirá aumentando y la capacidad de tratamiento será nula en 2035”, ha asegurado

Por ello, Alberto Martin ha explicado que “las plantas de tratamiento de purines suponen una solución integral a los problemas ambientales y sociales. Mientras que el 65% de las plantas de biogás/biometano actuales que utilizan purines como materia prima no eliminan el nitrógeno”.

“Se propone establecer un nuevo modelo que consiste en la colaboración de una planta de tratamiento de purines y una planta de biometano, así se resolvería la problemática ambiental y social de los purines, se optimizaría el modelo retributivo y, además, las plantas de biometano solventan su problema con el tratamiento de los nitratos. La nueva IT se traduciría en una reducción del valor de la Ro de un 20% de media en los próximos años, lo que implicaría una reducción de los costes para el sistema. Además, será necesaria la extensión de la vida útil regulatoria como solución transitoria para las plantas que cerraran en 2025 y 2026”, ha concluido.

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