REPORTAJE

¿Por qué se ha quedado sin su PERTE la industria textil y de moda?

La relocalización y la sostenibilidad representan los dos grandes desafíos de la industria textil española, que se ha quedado sin su Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE), a pesar de que moviliza más de 20.000 empresas que representan el 2,4% del PIB y generan 127.000 empleos. ¿Por qué ha pasado eso?

La industria de este ramo está preparada para la relocalización, porque está bastante por debajo de su tope de producción, aunque también puede implicar problemas, como la falta de abastecimiento o de personal cualificado.  Eso piensa Joan Gabarró presidente de la Fundació Privada per a la Innovació Tèxtil (Fitex) y propietario de la compañía especializada en la producción de género de punto Gavipunt, en una reciente entrevista concedida a modaes.es, una página web especializada en información de moda.

La relocalización ya estaba sobre la mesa hace tiempo, pero la pesadilla desatada por la crisis del transporte ha acelerado ese proceso. Se habla de que el 20% de la producción total va a regresar a Europa. Las marcas están volviendo. Y se busca la producción de cercanía que respete el medioambiente. Es cierto que las prendas más básicas todavía se fabrican lejos (Bangladesh, China…) y que esa producción no va a retornar. Además, tampoco hay tanto tejido productivo en España para absorber todo lo que se hace fuera, porque el presente y el futuro de la industria textil es la producción de calidad, que es lo que más se valora. Ropa duradera, sostenible y buena. Para eso es necesario invertir en innovación.  

Desde el punto de vista industrial textil, la sostenibilidad tiene dos enfoques. El primero es qué hacer con el producto que es preciso reciclar por ley. Eso genera un problema enorme para el sector, que está buscando soluciones y particularmente nuevos materiales y fibras que se adecúen a estas necesidades. El segundo enfoque reside en entrar en el mercado de segunda mano, que tendrá mucho recorrido en el futuro, lo que abre un nuevo modelo de negocio.

“El que no sea sostenible en 3 años claramente desaparecerá. La industria textil necesita una transformación completa y urgente, y la tecnología es la clave para hacerlo.  El principal reto de la industria textil, en general, es la eliminación y desintoxicación de agua en todo el proceso productivo, desde la materia prima (incluidas las plantaciones de algodón) hasta los tintes que dan color al tejido y los procesos de acabado que involucran muchos litros de agua y químicos vertidos a los mares y los ríos del planeta”, declaró a industry TALKS Pepa Silla. Silla es iTALKER desde enero de este año. Trabaja en el Departamento de Investigación y Desarrollo de Jeanologia, una empresa valenciana creada en 1994 dedicada a la transformación de pantalones vaqueros siguiendo patrones sostenibles e innovadores. 

La industria, continuó Silla, está apostando por líneas de trabajo más sostenibles gracias a la tecnología, por materias primas más ecológicas y tratando de medir el impacto que generan las prendas para poder reducirlo. Además, se está apostando mucho por la reducción de stocks y una moda más precisa que no genere sobreproducciones y vertederos de ropa que nunca se vende ni se usa, pero sí se fabrica.

Jeanologia, en particular, está luchando por esta transformación a través del reto MISSION ZERO, garantizando la posibilidad de producir vertidos cero al medio ambiente y eliminando la sobreproducción con sistemas inteligentes que facilitan la producción bajo demanda. Para ello, han apostado por un sistema de medición de impacto medioambiental denominado EIM, en el que, a través de las tecnologías, los propios consumidores tienen visibilidad sobre el impacto que tiene la prenda final, y los fabricantes son capaces de mejorar los procesos que generan más emisiones al medio ambiente.

Otro reto global es integrar la sostenibilidad medioambiental sin aumentar los costes. Las empresas textiles, que son pymes y micropymes en un 98%, están inmersas en una transformación total que avanza hacia la digitalización y deben hacerlo manteniendo precios competitivos y continuando con un producto que sea autentico, y cómodo. Un nuevo modelo de producción basado en la tecnología, además de ahorrar agua, energía y productos químicos, puede acelerar el tiempo de comercialización reduciendo el plazo de entrega de meses a semanas o incluso días. Y lo más importante, producir lo que se vende en lugar de vender lo que se produce. Esa es la filosofía.

La sostenibilidad es una palabra llena de significado, no solo porque se refiere a la lucha contra el cambio climático, sino también porque viene acompañada de un importante cambio del marco legal en España, un cambio que afecta -y mucho- al sector textil. En este caso se trata de la Ley de Residuos y Suelos Contaminantes para una Economía Circular, que entró en vigor el pasado 10 de abril. Esta norma transpone dos directivas europeas, con el objetivo de regular los residuos de una manera integral y fortalecer su recogida de forma separada.

La nueva legislación amplía al conjunto de las compañías de textiles “la responsabilidad ampliada de productor” del residuo, algo que ya afecta a vidrios y envases. En otras palabras, la industria textil (la segunda más contaminante del planeta después de la alimentaria) se va a ver obligada, a partir de ahora, a reciclar todos aquellos artículos que no hayan conseguido vender en tienda. Eso tendrá costes inevitables en la producción que también repercutirán negativamente en el bolsillo de los consumidores. El alto índice de inflación representa otra amenaza porque está influyendo en la caída del consumo de ropa, zapatos y complementos.

Para Carmen Torres, secretaria general de la Confederación Moda España, el sector se enfrenta a tres vectores: “la evolución de las tendencias de consumo, la regulación en materia de sostenibilidad y circularidad y, por supuesto, el incierto contexto geopolítico. Las tres están afectando, al mismo tiempo, a las cadenas globales de suministro. Estas últimas iniciaron con la pandemia un progresivo acercamiento a los grandes centros de consumo. En algunos casos estos acercamientos eran incluso anteriores”.

Según fuentes del sector, la pandemia provocó una caída de facturación de entre el 20% y el 40% y sólo en 2020 se cerraron 400 empresas. Además, el coste de las materias primas (+30%), la energía (+70%) y los fletes (+234%) presionan a la industria, que se enfrenta además a la creciente demanda de productos sostenibles y a las nuevas medidas regulatorias. No obstante, apuntan las fuentes, este contexto también ha generado una oportunidad histórica para reindustrializar la industria del textil en España.

En este contexto de cambios e incertidumbre, la industria de este ramo no ha dejado de moverse. En noviembre de 2021 se creó formalmente el Observatorio de Textil, Moda y Calzado, pero el sector llevaba más de un año trabajando en el desarrollo de un ambicioso plan de transformación integral. La iniciativa contempla 14.000 millones de euros de financiación, 10.000 millones del lado privado y otros 4.000 millones más a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia desarrollado por el Gobierno central para articular los fondos europeos Next Generation EU.

Detrás del proyecto se sitúan decenas de organizaciones de la industria textil que representan a miles de empresas que se han unido, impulsadas por el Consejo Intertextil Español (CIE) y la Confederación ModaEspaña, y asesoradas por la consultora Deloitte. Aglutina a toda la cadena de valor: hilatura, tejido, confección, calzado, marroquinería, distribución, comercio, recicladores, industria auxiliar…  La Confederación ModaEspaña reúne a los entes más representativos del sector como la Federación Española de Empresas de la Confección (FEDECON), la Agrupación Española del Género de Punto (AEGP), la Asociación Española de Fabricantes de Marroquinería (ASEFMA), la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME) la Asociación Nacional del Comercio Textil, Complementos y Piel (ACOTEX).

Los interesados presentaron en su momento manifiestos de interés a tres ministerios: Asuntos Económicos y Transformación Digital (MINECO), Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITERD), e Industria, Turismo y Comercio (MINCOTUR) con el objetivo de que cuajara un PERTE propio, como el automotriz, el naval o el aeronáutico.

El Observatorio de Textil, Moda y Calzado está presidido por Adriana Domínguez, presidenta de Adolfo Domínguez, y vicepresidido por Juan Parés, CEO de Textil Santanderina.

“Nuestros consumidores nos demandan una actuación respetuosa con el planeta y este sector ya está plenamente concienciado y trabajando activamente para la sostenibilidad de la cadena de valor. Una transformación del modelo exige grandes inversiones, que el sector ya está ejecutando, pero ello no debe afectar a la competitividad”, dijo Adriana Domínguez en una tribuna de prensa publicada en febrero para presentar el Observatorio a la sociedad. “De hecho, las nuevas regulaciones medioambientales nos ofrecen un marco de estabilidad para dar esos pasos firmes y la mejor forma de asegurarlos es crear nuevas oportunidades para la inversión y el emprendimiento”, subrayó.

Esta nueva organización sectorial ha nacido, entre otras razones, para poner en marcha un ambicioso plan estratégico, de siete años de ejecución (2022-2029), que incluye 10 propuestas muy claras:

1.- Ecodiseño. Desarrollar marcos de actuación y soluciones tecnológicas que permitan medir el impacto ambiental del producto a lo largo de todo su ciclo de vida y desde la misma fase de su diseño. El objetivo es adecuar la producción a las nuevas regulaciones y situar el textil español a la cabeza de la sostenibilidad a nivel global.

2.- Trazabilidad. Desarrollar tecnologías para crear una especie de pasaporte digital de cada producto que permita su trazabilidad, desde el origen de las materias primas hasta su reciclaje. La solución para la trazabilidad sectorial debe ser de ámbito nacional y garantizar la veracidad de la información. Se impone, con este perfil, las oportunidades que ofrece blockchain.

3.- Recogida de producto. Definir e implantar un modelo de recogida selectiva de residuos textiles a nivel nacional, asegurando un modelo de interacción que responda a las necesidades de todos los grupos de interés y que asegure una trazabilidad de la recogida end-to-end. La meta es lograr una recogida del 20% del total en 2024 y del 30% en 2027. Eso supondría añadir más de 27.000 contenedores y casi 200 vehículos a los que se utilizan ahora para este fin.

4.- Procesos industriales. Impulsar la digitalización y la Industria 4.0 en los procesos productivos del sector para que éstos sean más limpios y estén más dirigidos a la economía circular, pero a la vez se logren estos objetivos a un coste competitivo.

5.- Mercado de materiales. Crear una plataforma B2B de materiales reciclados competitiva y conectada con otros hubs europeos similares, porque muchas empresas tienen acceso restringido a materiales reciclables a un precio aceptable. Promociona

6.- Residuo textil. Construir 11 nuevas plantas de selección y preparación de residuos textiles para 2024 y 15 más hasta 2027 para tratar la cantidad recogida prevista en el punto 3 en ambos años. Además, es necesario implantar tecnología para automatizar estos procesos.

7.- Reciclaje. Crear un hub español del reciclaje especializado en determinados materiales y que forme parte de la red de cinco hubs continentales que quiere tener la Unión Europea. Construir, antes de 2027, una planta de reciclaje químico y 13 líneas de reciclaje mecánico para producir 500 kg/h.

8.- Competitividad. Promover programas de digitalización y productividad para las pymes con el fin de mejorar la competitividad del sector y la comercialización de productos de alto valor añadido. Eso implica la optimización de procesos logísticos y productivos y la mejora de los controles de calidad. Es el apartado que requerirá más dotación económica.

9.- Observatorio. Tras su constitución ya formalizada, crear una estructura que permita al Observatorio actuar como órgano coordinador y representante de todos los agentes involucrados en el sector. El Observatorio debe asegurar una unidad de acción, tarea compleja en un sector con tantos actores como el textil, y ser el gran impulsor de la transformación.

10.- Iniciativas ‘cross sectoriales’: Identificar ámbitos de colaboración y alianzas con otros sectores (automoción, construcción, química, entre otros) para abordar los retos propuestos.

“El plan de transformación recoge no menos de 30 ámbitos de trabajo que el sector del textil y la moda necesita abordar de una forma sistémica para hacer frente a sus retos y, para ello, el sector necesita contar con fuentes de financiación apropiadas. Y, entre ellas, los incentivos públicos procedentes de los fondos europeos de recuperación deben jugar un papel importante. Pero estos fondos pueden proceder de diferentes departamentos ministeriales como Industria, Transición Ecológica o Asuntos Económicos a través de sus programas tanto transversales como específicos”, declaró Torres, secretaria general de la Confederación Moda España.

Según ella, los tres grandes bloques del plan de transformación del sector buscan incentivar son:

  1. Mejoras incrementales de la competitividad en formación, competencias y procesos de gestión, en procesos productivos y logísticos, en control de calidad, seguridad y medioambiente, en transformación digital, modelos de negocio e internacionalización y en tecnologías digitales entre otras varias;
  2. La innovación, digitalización y sostenibilidad de productos y procesos industriales a través del ecodiseño, la trazabilidad y los procesos, entre otros, de circularidad, eficiencia hídrica y descarbonización;
  3. Acelerar la innovación, digitalización y sostenibilidad de los procesos actuales de recogida, preparación y actividades de reciclaje.

“Lo importante es que el sector esté unido en este proyecto transformador, que tengamos claros los retos que nos aguardan, que otros ecosistemas significativos en ese proceso de transición como el financiero nos acompañen y que, además, seamos capaces de aprovechar los fondos europeos lo máximo posible”, remarcó Torres.

El Gobierno frenó de cuajo las expectativas de un PERTE textil y de la moda al aprobar el 8 de marzo, en Consejo de Ministros, el PERTE de Economía Circular, dotado con 492 millones de euros. El plan identifica tres sectores clave donde implantar el modelo de circularidad y en los que se pueden instaurar sistemas sostenibles con el objetivo de aprovechar recursos sin acudir a la producción de nuevos: textil y moda, plástico, y bienes de equipo para energías renovables. En el sector textil y moda el PERTE buscará la incorporación de materias primas con bajo impacto, la inversión en infraestructuras y tecnologías de reutilización y reciclaje, y/o la mejora de la trazabilidad de productos y materiales.

“Como empresa dedicada a la innovación y sostenibilidad dentro de la industria textil, no entendemos el motivo por el que no se ha considerado un PERTE para esta industria donde tanto hay por hacer y tantas personas hay implicadas. Incluyéndonos en el PERTE de Economía Circular que se comparte con otras grandes y complejas industrias como, por ejemplo, el plástico, el Gobierno ha decidido otorgar menos de la mitad en partidas presupuestarias que a otras industrias como la de la Nueva Economía de la Lengua. Asignando 1.100 millones de euros a esta en comparación a los 492 millones de euros de la Economía circular, además de ser el segundo presupuesto inferior de todos los otorgados”, declaró Pepa Silla.  

“Consideramos que esta situación nos sitúa en una gran desventaja, frente a otros países como Italia, con también grandes empresarios y artesanos textiles, donde sí se han tomado medidas, con los fondos europeos, mucho más ventajosas. El Gobierno ha dejado de lado a todos los que hoy formamos partes de esta familia española textil, que no somos pocos”, añadió.

 “Esta decisión no nos parece adecuada ya que la industria textil ya es en sí misma lo suficientemente grande y compleja como para tener que estar alineándose con otros sectores. Se trata de una industria potente e importante de gran tradición en España que da trabajo a miles de personas que se han sentido completamente abandonadas”, remarcó la ingeniera de Jeanologia.

“La verdad es que es una verdadera lástima, somos un sector que representa casi el 3% del PIB, pero que tiene una influencia mucho mayor en distintos sentidos y es capital para España. Personalmente creo que ha sido un sector poco unido y con muchas vertientes algo diferentes, pero ahora había mucha más unión”, admitió Clemente Cebrián, uno de los fundadores de la firma de ropa El Ganso y iTALKER, refiriéndose precisamente al citado Observatorio.

“El no tener un PERTE exclusivo del sector no es un fracaso, se ha conseguido un PERTE transversal con la unificación de todo el sector y es un primer paso muy importante. El sector está representado en el Observatorio del Textil, Moda y Calzado, donde están presentes todas las patronales, y al cual se le ha reconocido como el interlocutor del sector antes las administraciones públicas”, manifestó a este diario industrial Eduardo Vega-Peniche, director general de ACOTEX.

Para Clemente Cebrián, “no es malo porque es necesario” que la industria textil tenga un papel en el PERTE de Economía Circular, pero el sector textil “genera mucho valor más allá de ello y hay muchos puestos de trabajo” que dependen de él. “Como estamos viendo, puede ir desapareciendo”, declaró preocupado. “Todo esto debe llevar aparejada formación y para ello se necesitan fondos y apoyo”, resumió.

La industria textil, manifestó el cofundador de El Ganso, “está dando pasos agigantados dentro de una situación complicada. Hemos vivido el cierre de tiendas y bajada de ventas en los peores momentos del COVID y todavía muchas empresas se resienten. Es verdad que tenemos que enfocarnos en sostenibilidad, reciclado y economía circular… pero eso requiere muchas veces de ayuda y fondos para conseguirlo ya que, repito, somos un sector clave para España en creación de valor e imagen”.

¿Y cuál es la posición del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo al respecto? “A día de hoy y de momento, sin descartar otras iniciativas, para el sector de la industria textil el Ministerio cuenta con dos líneas de ayudas: las ayudas a la iniciativa Industria Conectada 4.0 / ACTIVA Financiación y las ayudas a proyectos industriales de investigación, desarrollo e innovación en el ámbito de la industria manufacturera, que se cierra -esta última- el 31 de mayo”, afirmó el Gabinete de Prensa del Ministerio, al ser preguntado por esta cuestión por industry TALKS.

“El sector tiene un hueco específico en el PERTE de Economía Circular del MITERD. En el futuro, el textil podría formar parte del PERTE de descarbonización que está estudiando el Gobierno”, añadieron las fuentes ministeriales consultadas.

El sector textil se ha quedado, por ahora, sin un PERTE propio. Fuentes del sector, como Josep Sauleda, presidente de la Asociación Industrial Textil del Algodón (AITPA), señalaron que las conversaciones con la Administración central van a continuar, pero reconocieron que el PERTE textil se encuentra en un momento de impasse.

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