El informe tiene un objetivo claro: identificar las profesiones en las que existe una elevada demanda por parte de las empresas, pero una escasa disponibilidad de profesionales cualificados para cubrir esas vacantes. Un fenómeno que amenaza con frenar el desarrollo económico y social del territorio.
Un mercado en expansión… sin manos suficientes
Los datos reflejan un crecimiento sostenido de la economía aragonesa, lo que impulsa la necesidad de mano de obra en subsectores clave como la logística, el sector tecnológico, la industria agroalimentaria, la energía, y la electromecánica. Sin embargo, el crecimiento va acompañado de un obstáculo estructural: no hay suficientes trabajadores formados para ocupar los puestos vacantes.
Entre los sectores más afectados por la escasez de talento se encuentran la industria manufacturera, el transporte y la logística, la construcción, los servicios sociosanitarios y la educación. Las empresas aragonesas no solo enfrentan dificultades para encontrar candidatos, sino que además deben competir entre ellas por un número reducido de profesionales.
Las cifras del desajuste
En cuanto a la distribución sectorial de las ofertas de empleo, el informe revela que el 66,99 % de las ofertas pertenecen al sector servicios, el sector de industria y energía representa el 25,4% y la construcción y agricultura ganadería acumulan el 4,64 % y 2,97 % respectivamente.
La distribución territorial también evidencia una gran concentración en la capital: el 73,96 % de las vacantes se sitúan en Zaragoza, frente al 17,80 % en Huesca y el 8,24 % en Teruel. Comarcas como Bajo Cinca (4,73 %), Ribera Alta del Ebro (3,82 %) y Valdejalón (3,20 %) destacan por su peso en sectores como la industria alimentaria o la logística.
Ranking de profesiones con más demanda
El informe identifica con precisión las veinte ocupaciones con mayor demanda en el mercado laboral aragonés actual. Entre ellas destacan los perfiles operativos vinculados a la logística, la industria y los servicios. Así, se subraya la necesidad urgente de incorporar operarios y operarias en áreas como logística, industria alimentaria e industria en general. La digitalización y la transformación tecnológica del tejido empresarial también han impulsado la demanda de programadores informáticos, mientras que la atención al cliente y la gestión remota continúan generando un alto volumen de vacantes para teleoperadores.
Por otro lado, en el ámbito industrial, se observa una fuerte necesidad de carretilleros, operarios del metal y electromecánicos especializados en mantenimiento, junto con perfiles técnicos como electricistas y soldadores. El sector del transporte requiere de forma sostenida conductores de camión, al tiempo que en los servicios sociales se precisa incorporar gerocultores. En el entorno administrativo y comercial, las empresas demandan auxiliares administrativos, dependientes y comerciales. También hay escasez de camareros, cocineros y docentes en formación no reglada. Dentro del sector manufacturero textil, se necesitan operarios especializados, así como trabajadores para cadenas de montaje, una figura clave en muchas industrias.
Además, el informe dedica atención a profesiones con alta proyección futura, entre las que se incluyen enfermeros y enfermeras, técnicos en energías renovables, perfiles comerciales con capacidad de adaptación al entorno digital, así como trabajadores del sector primario, como agricultores y ganaderos, fundamentales para el equilibrio territorial y la sostenibilidad alimentaria de Aragón.
Oficios tradicionales al borde de la desaparición
Una de las cuestiones más preocupantes que destaca el estudio es la desaparición paulatina de los oficios tradicionales, muchos de los cuales carecen de relevo generacional. Esta situación se debe, en parte, al escaso atractivo que estos trabajos despiertan entre la juventud, unido a los efectos de la despoblación rural. En este contexto, el informe menciona oficios como los de ebanista, herrero, pastor o zapatero, así como los de sastre, modista, matricero moldista, carpintero, esquilador, tapicero u orfebre. La pérdida de estas profesiones no solo representa un empobrecimiento cultural y patrimonial para Aragón, sino que además reduce la capacidad de generar actividad económica local en zonas ya afectadas por la falta de oportunidades.
Diagnóstico multifactorial
El diagnóstico elaborado por los expertos consultados en el informe apunta a una serie de causas estructurales que explican el notable desajuste entre la oferta y la demanda laboral en Aragón. Una de las más relevantes es el envejecimiento progresivo de la población activa, lo que genera un vacío generacional en numerosos sectores. A esto se suma un escaso conocimiento, por parte de los jóvenes, acerca de las salidas profesionales que ofrece la Formación Profesional, especialmente en áreas estratégicas como la industria o la logística.
Otro factor determinante es el rechazo a la movilidad geográfica, que limita la posibilidad de cubrir vacantes en zonas menos pobladas o rurales, donde muchas empresas no encuentran el personal necesario. Además, las condiciones laborales poco atractivas en ciertos sectores –ya sea por la temporalidad, la dureza física del trabajo o las perspectivas salariales– desincentivan la incorporación de nuevos trabajadores. A ello se añade un bajo interés por el autoempleo, que sigue siendo una vía poco explorada como forma de inserción laboral, a pesar de las oportunidades que podría ofrecer, especialmente en el medio rural.
Tal como subrayan los autores del estudio, “la orientación y formación son claves para disminuir el desajuste entre la oferta y la demanda y paliar los efectos de la falta de personal en las empresas ubicadas en Aragón”. Esta afirmación resume la urgencia de implementar medidas que ataquen el problema desde su raíz.
Llamado a la acción
En esta línea, el informe propone una serie de actuaciones prioritarias que podrían contribuir a revertir la situación. En primer lugar, se aboga por impulsar una formación profesional especializada, orientada específicamente a los sectores estratégicos que más lo necesitan. También se plantea la necesidad de reforzar las políticas de retorno y atracción de talento, con especial atención a las zonas despobladas, donde el déficit de mano de obra es más acusado.
Asimismo, se propone fomentar el autoempleo y el emprendimiento como vías legítimas y sostenibles de acceso al mercado laboral, especialmente en entornos donde las oportunidades laborales tradicionales son escasas. Otro eje de actuación es la mejora de la imagen de Aragón como un lugar dinámico, innovador y atractivo para trabajar, lo que puede contribuir a atraer nuevos perfiles profesionales, tanto del resto del país como del extranjero. Finalmente, el informe hace un llamado a proteger y promover los oficios tradicionales, mediante programas de formación y transmisión intergeneracional que permitan asegurar su continuidad y aprovechar su potencial como fuente de empleo y desarrollo local.
En suma, Aragón se encuentra ante un punto de inflexión. Si no se adoptan medidas urgentes y coordinadas para corregir el desajuste entre formación y empleo, la escasez de talento puede convertirse en un freno estructural que comprometa el futuro económico y la cohesión territorial de la comunidad.