La impresión 3D es una tecnología transformadora de los procesos productivos que nos permite mejorar y flexibilizar la producción en base a la personalización de los productos y la optimización de los stocks. Su futuro cercano es muy esperanzador con aplicaciones que van desde la bioimpresión a la impresión de hormigón para los sectores de la medicina o la construcción.
Para tratar este tema tan actual, fue invitado a participar en el seminario Magí Galindo, Director Técnico y Científico del IAM 3DHub, cuya página web https://www.iam3dhub.org/ tiene un interesante blog. El IAM 3DHub, creado en mayo de 2018, es un centro europeo de innovación digital especializado en 3D y fabricación aditiva. Está formado por centro tecnológicos, compañías de máquinas impresoras y organizaciones económicas y empresariales. Entre sus actividades, colabora en el Máster en Fabricación Aditiva, un curso postgrado de la Escuela Superior de Ingeniería Industrial, Aeroespacial y Audiovisual de Terrassa (ESEIAAT), un centro perteneciente a la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).
Después de manifestar que ya es una tendencia y una necesidad recuperar la producción nacional, Galindo calificó la fabricación aditiva como un proceso “digital, flexible y habilitador”. En muchos casos deberá aportar nuevas y mejores soluciones para la industrialización y a la producción, pero todavía es una “tecnología inmadura”, reconoció el ponente, ingeniero industrial especializado en diseño industrial.
Galindo se refirió a READI, la Red de Excelencia en Fabricación Aditiva, fruto de la unión de los centros tecnológicos AIMEN https://www.aimen.es/ en Galicia, AITIIP https://www.aitiip.com/ en Aragón, IDONIAL https://www.idonial.com/es/ en Asturias y LEITAT https://www.leitat.org/ en Cataluña, que aportan y comparten sus experiencias para facilitar la implantación de la fabricación aditiva a nivel industrial.
Los cuatro socios citados son referentes europeos en esta tecnología, cubren toda la cadena de valor y atesoran un enorme potencial en cuanto a conocimientos previos y equipamiento de sus instalaciones.
Dada la “inmadurez” de esta tecnología, todos los centros citados trabajan en su mejora siguiendo cuatro ejes estratégicos, que son: el fortalecimiento tecnológico y la investigación aplicada; la capacitación de recursos humanos y la mejora de la competitividad de los investigadores; la internacionalización y el posicionamiento estratégico; y la transferencia tecnológica a las industrias y su difusión en el mercado.
La red READI, lanzada en noviembre de 2020 y disponible hasta 2023, dispone de cuatro millones de euros de presupuesto y cuenta con el apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación y el Centro de Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI) en el marco del programa Cervera.
Las distintas capacidades de los cuatro integrantes del consorcio permiten su complementación. En cuanto a materiales innovadores, tienen previsto realizar hibridaciones de metales y cerámicas con plásticos, para conseguir nuevas funcionalidades de esas materias, mejorando sus prestaciones actuales.
El grupo cubre todo el espectro de la fabricación aditiva de materiales metálicos en polvo y en hilo, poliméricos ya sean termoestables o termoplásticos y cerámicos. Se han marcado cinco clases de actividades: materiales y tecnologías de proceso de fabricación aditiva; control y mejora de la productividad; validación (aplicaciones industriales); fortalecimiento del equipo de investigadores y posicionamiento internacional; difusión y explotación.
La idea principal consiste en que los desarrollos se transfieran a la industria, con la cual se mantendrá un diálogo constante que permita identificar sus necesidades, para aportar soluciones y apoyo tecnológico a los sectores demandantes. Entre las industrias destacadas se encuentran la aeroespacial, el transporte terrestre, los bienes de consumo o el equipamiento industrial y utillaje.
En opinión de Galindo el consorcio se enfrenta a varios retos:
- Desarrollo y procesado de materiales avanzados y/o específicos para la industria.
- Implementación de nuevas funcionalidades en los productos finales.
- Procesado de grandes piezas.
- Monitorización y control de los procesos productivos.
- Mejora de la eficiencia productiva.
- Necesidad de desarrollo de metodologías que permitan prevenir y/o corregir defectos.
- Mejora del acabado superficial de las piezas.
- Integración con otros procesos industriales (fabricación híbrida).
- Integración con la economía circular: sostenibilidad.