La decisión sigue a las aprobaciones el 15 de julio de 2022 y el 21 de septiembre de 2022 de dos Proyectos Importantes de Interés Común Europeo (IPCEI ‘Hy2Tech’ e IPCEI ‘Hy2Use’) en la cadena de valor del hidrógeno.
Asimismo, el proyecto COBRA fue seleccionado por España en el marco de una convocatoria abierta para formar parte de un IPCEI sobre tecnologías y sistemas de hidrógeno, del que resultaron los dos IPCEI aprobados. Sin embargo, dadas sus características y objetivos, era más adecuado para la evaluación bajo las Directrices sobre ayudas estatales para el clima, la protección del medio ambiente y la energía 2022.
Además, España notificó a la Comisión su plan para apoyar a COBRA, que aún no está activo en la producción de hidrógeno, para comenzar a producir hidrógeno renovable a gran escala a través de la electrólisis del agua. El hidrógeno renovable producido se utilizará para compradores industriales externos, en particular en sectores de uso intensivo de energía y difíciles de reducir, como las refinerías y la cerámica.
En cuanto a la ayuda, que tendrá la forma de subvención directa, apoyará la construcción y la instalación de electrolizadores en las regiones españolas de Cartagena y Castellón. Los dos electrolizadores tendrán una capacidad total de 205 MW y se espera que produzcan aproximadamente 8.550 toneladas de hidrógeno renovable y 6.840 toneladas de oxígeno al año. Se prevé que los electrolizadores se construyan por etapas, con el primer electrolizador en funcionamiento a partir de 2023.
Una vez completado, se espera que el proyecto evite la liberación de 47.038 toneladas de dióxido de carbono al año. Además, para maximizar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el hidrógeno generado se producirá únicamente con electricidad procedente de fuentes renovables.
La evaluación de la Comisión
La Comisión evaluó la medida con arreglo a las normas sobre ayudas estatales de la UE, en particular el artículo 107, apartado 3, letra c), del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), que permite a los Estados miembros apoyar el desarrollo de determinadas actividades económicas sujetas a determinadas condiciones, y las Directrices sobre ayudas estatales para el clima, la protección del medio ambiente y la energía 2022 (CEEAG).
Así, España seleccionó el proyecto de COBRA, en el marco de una convocatoria abierta en 2021, para formar parte de un IPCEI sobre tecnologías y sistemas de hidrógeno. El proyecto de COBRA tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero proporcionando el hidrógeno renovable generado a clientes industriales, en particular en sectores que consumen mucha energía y son difíciles de reducir, como las refinerías y la cerámica.
De cara a lo que la Comisión encontró fue que el proyecto se encuentra entre los primeros en adoptar una tecnología innovadora en su sector; la medida facilita el desarrollo de una actividad económica, en particular la producción de hidrógeno renovable. Al mismo tiempo, apoya los objetivos de iniciativas políticas clave de la UE, como el Pacto Verde Europeo, la Estrategia de Hidrógeno de la UE y el Plan REPowerEU; la ayuda tiene un ‘efecto incentivador’, ya que el beneficiario no realizaría las inversiones en hidrógeno renovable sin el apoyo público.
También la medida tiene un impacto limitado en la competencia y el comercio dentro de la UE. En particular, es necesario y adecuado garantizar la producción de hidrógeno renovable. Además, es proporcionado, ya que el nivel de la ayuda corresponde a las necesidades de financiación efectivas. Además, si el proyecto resulta ser muy exitoso, generando ingresos netos extra, la empresa devolverá parte de la ayuda recibida a España (mecanismo de recuperación); y produce efectos positivos que superan cualquier posible distorsión de la competencia y el comercio en la UE.
Fondo
Las nuevas directrices, aplicables a partir de enero de 2022, crean un marco propicio flexible y adecuado para ayudar a los Estados miembros a proporcionar el apoyo necesario para alcanzar los objetivos del Pacto Verde de manera específica y rentable. Las reglas implican una alineación con los importantes objetivos y metas de la UE establecidos en el Pacto Verde Europeo y con otros cambios regulatorios recientes en las áreas de energía y medio ambiente y atienden a la creciente importancia de la protección del clima.
Incluyen secciones sobre ayudas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, incluso mediante el apoyo a las energías renovables, medidas de eficiencia energética, ayudas para la movilidad limpia, infraestructuras, economía circular, reducción de la contaminación, protección y restauración de la biodiversidad, así como medidas para garantizar la seguridad energética. suministro, sujeto a ciertas condiciones.
En cuanto al objetivo del CEEAG de 2022 es ayudar a los Estados miembros a cumplir los ambiciosos objetivos energéticos y climáticos de la UE al menor coste posible para los contribuyentes y sin distorsiones indebidas de la competencia en el mercado único.
Del mismo modo, con la Comunicación del Pacto Verde Europeo de 2019, la Comisión reforzó sus ambiciones climáticas, fijando un objetivo de emisiones netas cero de gases de efecto invernadero en 2050.
Finalmente, entre estas propuestas, la Comisión ha presentado enmiendas a la Directiva sobre energías renovables y la Directiva de Eficiencia Energética con objetivos anuales vinculantes más ambiciosos para aumentar la producción de energía a partir de fuentes renovables y reducir el uso de energía a nivel de la UE.
