Primero abordó el término de Inteligencia Artificial desde una perspectiva histórica, diciendo que es una idea “de moda” que “poca gente sabe en qué consiste”, un concepto que surge a finales del siglo XIX. Tras citar a Alain Turing, la criptografía, las redes neuronales y el Machine Learning, González-Bravo sentenció que “los robots no van a reemplazar a nuestros trabajos”, porque todavía estamos en el “momento de enseñarles”.
Pero, ¿por qué funciona la Inteligencia Artificial?, se preguntó la ponente. Existen 3 factores o capas, en su opinión:
- Datos. Almacenables y analizables. En grandes cantidades. De hecho, sólo en el año 2019 ya se crearon más datos que hasta entonces en toda la Humanidad.
- Algoritmos. Que deben estar disponibles no sólo para las grandes empresas.
- Capacidad de procesamiento. Ya existen pequeños dispositivos con grandes capacidades de almacenamiento y velocidad.
La IA es un concepto muy amplio, añadió González-Blanco, que incluye el reconocimiento de imagen, la interpretación de textos escritos, el desarrollo de juegos de ajedrez, los asistentes virtuales o los coches autónomos (sin conductor). La IA es “la capacidad de las máquinas de imitar el comportamiento humano” mediante técnicas de aprendizaje y tecnologías.
Pero no todo funciona tan bien, admitió. “La realidad es que en la industria hay un gap muy grande”. Hay sectores donde se aplican muy bien como salud, comercio, Internet de las Cosas (IoT), pero persisten una serie de retos en las áreas del deporte, la agricultura o los medios de comunicación, que van a la cola.
El reto más visible es la carrera inversora en IA entre Estados Unidos y Asia, donde gana este continente y especialmente China. Y en el campo de la lingüística, dijo la conferenciante, la IA “no funciona cuando hablamos en español”.
“Esta es la Cuarta Revolución Industrial y la más rápida. Estamos viendo sólo la punta del iceberg en Inteligencia Artificial”, enfatizó. Y esa revolución “la tenemos que hacer todos, no sólo los tecnólogos”.
Como colofón, citó una frase del científico estadounidense Marvin Minsky, considerado el padre de la IA, quien declaró en 1994 que “los robots heredarán la tierra, pero nosotros seremos sus padres”.