Para Santos la forma de la educación no ha cambiado y “permanece inalterada en últimos años”, a pesar de que él cree que la educación “también es una industria que quizás no se ha visto como tal hasta ahora”, cuando muchos “se han despertado” por el COVID-19, porque “muchas veces la formación universitaria solo sirve para ampliar la cola del paro”.
Ironhack utiliza una metodología educativa importada de EEUU, disruptiva e innovadora. Son los bootcamps, programas intensivos y cortos, donde también los objetivos están orientados a los resultados. Se trata de “impulsar la carrera, crear un espacio en el mercado laboral, tener nuevos retos profesionales”, dijo.
“Estamos preparando la siguiente generación de creadores digitales”, agregó Santos. “Tenemos cuatro cursos: Desarrollo Web, Diseño UX/UI, Análisis de Datos y Ciberseguridad. Hay mucha demanda para estas profesiones”. Y si hay que cambiar los harán y sabrán que deben hacerlo porque escuchan permanentemente a las empresas partners.
Después de ofrecer datos sobre la necesidad urgente de actualización de las capacidades digitales de la población, el director general de Ironhack apeló al compromiso de las empresas para invertir en la mejora de las habilidades de sus empleados, citando la disrupción (nuevas formas de enseñar), la transición (procesos de adaptación a la nueva realidad) y la reimaginación (creatividad).
Finalmente desgranó una serie de conceptos. En primer lugar, “fomentar la curiosidad, el interés y la motivación destinada al éxito. La educación tiene que ser capaz de motivar”. Además, las nuevas formas de educación ya tienen que ser personalizadas, entendiendo las necesidades concretas de cada persona; se trata de “encontrar el botón mágico de cada alumno”. También “es fundamental preservar y fomentar la creatividad” y enfocarse en la resolución de problemas complejos, en la capacidad de aprendizaje. Todo ello sin olvidar el aprendizaje continuo, ya que “la educación no está destinada solo a los jóvenes”, manifestó Tiago Santos.