Las instalaciones, como explicó Ibrahim, nacieron como un consorcio formado entre el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Teruel, y recibieron la certificación en 2013, precisamente en un momento de crisis que no parecía el más adecuado. Pese a esos inconvenientes, desde entonces, el aeropuerto de Teruel se ha especializado en el mayor centro de estacionamiento, mantenimiento y reciclaje de Europa, convertido en un referente sectorial. Y no ha parado de crecer, contemplando ahora una ampliación de 200 hectáreas de su superficie sobre las 350 actuales.
El éxito de su modelo de negocio ha quedado reconocido por la concesión de varios galardones nacionales e internacionales de innovación. El modelo combina el uso de las instalaciones para pruebas de vuelos suborbitales, centros de formación o para construir el que será el hangar más moderno de España y el segundo más grande después del existente en Barajas. Tendrá capacidad para albergar dos Airbus A380, el avión de pasajeros más grande del mundo, capaz de transportar casi un millar de personas. El proyecto del súper hangar supone una inversión que supera los 21 millones de euros y creará 200 empleos.
En 2020 inauguraron una planta fotovoltaica para que todo el centro aeronáutico sea sostenible. Como subrayó Ibrahim a la audiencia, es fundamental “invertir en función de las necesidades” y aplicar una “adaptación rápida” a las circunstancias cambiantes. Esas son dos características que conducen al éxito.
En la actualidad, están colaborando en el proyecto Vibes, para reconvertir material plástico de aviones que tiene difícil reciclaje.