Carmen Alonso dijo que, aunque la aceleración de la digitalización en los medios de pago es evidente, todavía existen entornos donde hay un “gran recorrido de mejora”. En el entorno B2B de la industria aún nos enfrentamos a algunos retos, declaró. ¿Cuáles son esos retos? A los procesos de cash-flow, donde se está bajo mucha presión, a situaciones puntuales difíciles de resolver, a proveedores que necesitan saber cuándo va a llegar ese pago.
La ponente ofreció dos datos muy significativos. En 2008, el retraso medio del pago de comprador a proveedor llegó a los 98 días; en plena pandemia, entre abril y diciembre de 2020, el déficit de liquidez acumulada de las empresas han oscilado entre lo 224 millones y los 238 millones de euros. “A la luz de estos datos, es fundamental que las empresas tengan visibilidad real de sus ingresos y sus pagos a través de la tecnología más innovadora”.
Antes de subrayar los beneficios de una mayor transparencia y trazabilidad del dinero, explicó que están ampliando los raíles de los medios de pago. También comentó los problemas de digitalización que han observado en los cobros de las administraciones públicas. Ahí se puede mejorar.