Desde la Xunta prevén que estas aportaciones permitirán movilizar un total de 33,4 millones de euros para instalar calderas de biomasa, sistemas geotérmicos, solares térmicos, de aerotermia o hidrotermia, informan.
Asimismo, el objetivo del uso de esta energía renovable es “conseguir ahorros de 3,6 millones de euros al año en la factura de la electricidad” reduciendo a su vez las emisiones de CO2 “equivalentes a la plantación de 1,3 millones de árboles”. Respecto al consumo, prevén favorecer ahorros anuales de 95.000MWh/ al año.
En las próximas semanas, anuncian, activarán la línea de ayudas dirigida a administraciones locales, entidades públicas y privadas “sin ánimo de lucro”. Con una concurrencia no competitiva, “apoyará el uso de biomasa, geotermia, hidrotermia, aerotermia y solar térmica” con ayudas que no alcanzarán el 70% de la intensidad.
Además, amplían el presupuesto de la convocatoria destinada a empresas para el uso de los mismos tipos de fuentes renovables, en cuyo caso la ayuda será de un 35% en el caso de las grandes empresas, un 40% para las medianas y un 45% en el caso de las pequeñas.
Con ello buscan “no solo la reducción de los costes energéticos”, sino también “la mejora de la calidad de vida” unida al cuidado medioambiental, contribuyendo a la dinamización económica, a un cambio cultural abordando la transición energética “en todos los ámbitos”.