REPORTAJE

Europa saca del letargo a la industria de las materias primas minerales

Las materias primas minerales representan un sector básico para el desarrollo económico e industrial. Eso quedó patente cuando la economía mundial se detuvo en 2020 a consecuencia de la pandemia. Pese a ello, la vigente Ley de MInas data de 1973 y el sector se siente abandonado por los poderes públicos. Hasta ahora. El volátil contexto internacional vinculado a la guerra en Ucrania ha atraido el interés político de la Unión Europea a esta área productiva comúnmente olvidada o vilipendiada.

La industria de las materias primas minerales (MPM) es la base de todas las cadenas productivas y, por lo tanto, es un elemento estratégico e imprescindible para poder fijar a la mayoría de los sectores industriales en el país. También es imprescindible para la transición energética y para poder cumplir con los objetivos de neutralidad climática y de autonomía estratégica.

Otra de sus características es que su ubicación ha de ser allí donde se encuentre el recurso minero. Esto, por un lado, permite fijar la población en zonas más deshabitadas, proporcionando empleo estable y de calidad y dinamizando económica y socialmente la España rural vaciada, generando riqueza a largo plazo y siendo un polo de atracción de industrias, sectores clientes y suministradores. Además de ser vertebrador territorial, es un sector heterogéneo, con empresas muy grandes de talla mundial y con una gran mayoría de pymes, habituales en el tejido industrial nacional.

El sector es apuesta por la sostenibilidad, la gestión medioambiental, la descarbonización, la rehabilitación de los terrenos, la economía circular, y la seguridad y salud.  Sin embargo, “padece actualmente de una gran dificultad para acceder a los recursos, por la omisión de los yacimientos de MPM en la ordenación del territorio, por la crisis eterna del sector de la construcción, por los costes energéticos y por las deficiencias de la red de distribución eléctrica, por los costes de los derechos de emisión y su consecuente falta de competitividad del país, por la eterna tramitación administrativa y por la consiguiente inseguridad jurídica”.

El entrecomillado forma parte de la presentación-ideario de Primigea, la Confederación Española de las Industrias de las Materias Primas Minerales, una entidad sin ánimo de lucro nacida en 2019 como resultado de la unión de la Confederación Española de Industrias Extractivas de Rocas y Minerales Industriales (COMINROC) y la Confederación Nacional de Empresarios de la Minería y de la Metalurgia (CONFEDEM).

COMINROC es una organización que agrupa a la Asociación Nacional de Industrias Extractivas y Afines (AINDEX); la Asociación Nacional de Fabricantes de Cales y Derivados de España (ANCADE); la Asociación Técnica y Empresarial del Yeso (ATEDY); el Clúster de la Piedra; la Federación Nacional de la Pizarra-Clúster de la Pizarra; la Federación de Áridos (FdA) con sus miembros ANEFA, ARIGAL, ARIVAL, Euskal Árido y Gremi d’Àrids de Catalunya; la Asociación Española de Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla Cocida (HISPALYT); IBERSIL (sílice);  la Asociación Española de fabricantes de Magnesia (MAGES); y la Agrupación de Fabricantes de Cemento de España (OFICEMEN).

CONFEDEM, por su lado, engloba transversalmente a la casi totalidad del empresariado minerometalúrgico de España, y también a la Asociación de Empresas Investigadoras, Extractoras, Transformadoras Minero-Metalúrgicas, Auxiliares y de Servicios (AMINER).

En resumen, Primigea representa al 100% de la industria de materias primas minerales no energéticas españolas:, incluyendo arcillas, áridos, arenas silíceas cales, cementos, hidrometalurgia, magnesitas, minerales industriales, minería metálica, metalurgia no férrea, pizarras, rocas ornamentales y yesos.

Se trata de 7 productos metálicos: Oro, plata, zinc, cobre, estaño, plomo y wolframio; 25 minerales industriales: arcilla refractaria, atapulgita, bentonita, caolín, celestita, cloruro potásico, cuarzo-arenas silíceas, espato-flúor, esteatita, feldespato, glauberita, leonardita, magnesita cruda, mica, óxidos de hierro, piedra pómez, puzolana, sal (gema, manantial o marina), sepiolita, thenardita, trípoli, turba y wollastonita; 7 rocas ornamentales: alabastro, arenisca, caliza/dolomía, cuarcita, granito, mármol, pizarra y rocas volcánicas; y 27 productos de canteras: anfibolita, arcilla, arena silícea, arena y grava, arenisca, basalto, caliza, corneana, creta, cuarcita, diabasa, diorita, dolomía, dunita, fonolita, granito, grauvaca, margas, mármol, milonita, ofita, pizarra, pórfidos, serpentina, toba, traquita, y yeso

Prioridades

Según Primigea, las prioridades del sector de las materias primas minerales son las siguientes:

  1. Reconocimiento de que las industrias de las MPM y las empresas constituyen un sector industrial estratégico y son motores esenciales para un país desarrollado avanzado, para la calidad de vida de sus ciudadanos y la conservación de la Biodiversidad, como ya hace la UE.
  2. Apoyo en la actualización de la Ley de Minas, que data de 1973, y la aplicación del Reglamento Europeo de Materias Primas Críticas recién aprobado por Bruselas.
  3. Desarrollo del Plan de Acción de la Hoja de Ruta para la gestión sostenible de las MPM, adaptado a las necesidades del país y dotación de recursos económicos suficientes.
  4. Mejora de la seguridad jurídica a través de un procedimiento integrado y único de acceso a los recursos y consideración de las MPM en los planes de ordenación del territorio, al mismo nivel que el urbanismo, infraestructuras, espacios protegidos, etc.
  5. Incremento de la inversión en obra pública y mejora de sus tiempos de ejecución.
  6. Apoyos regulatorios, económicos y fiscales adecuados a las inversiones en tecnologías aplicadas a los procesos productivos para la descarbonización, la economía circular, la digitalización, la eficiencia, etc.
  7. Reforma del mercado eléctrico para lograr precios competitivos y predecibles.
  8. Ayudas en materia energética ante el aumento de los costes de combustibles y desarrollo del estatuto del consumidor gas Intensivo.
  9. Reducción de la presión económica sobre las empresas por costes regulatorios y administrativos, fiscales, energéticos, etc.
  10. Mejora de las infraestructuras logísticas, de transporte y eléctrica. Incremento de masas en el transporte por carretera hasta las 44 toneladas.
  11. Orientación del modelo de Formación Profesional a las necesidades de la industria y al relevo generacional.

Primigea, reuniendo a 3.650 empresas y 4.460 explotaciones mineras y fábricas, pone en valor 216,4 millones de toneladas de materias primas minerales no energéticas al año y agrupa 340.000 empleos directos e indirectos en extracción y transformación. El sector genera 26.510 millones de euros de volumen de negocio, el 15% se debe a la componente extractiva y el 85% restante a la industrial, y 11.370 millones de euros de exportaciones. En este sentido, el Consejo Económico y Social Europeo declara que el 70% de la industria europea depende de las MPM.

Fuente: Primigea

En mayo de este año salió a la luz el Reglamento de Europeo de Materias Primas Críticas. La valoración que se hace de este nuevo marco regulatorio desde Primigea y en general desde la industria extractiva europea es “muy positiva”, declara a industry TALKS el director general de Primigea, César Luaces.

“No pone obligaciones a las empresas, sino que es una norma que busca resolver un problema tremendo que tiene la Unión Europea en cuanto a la disponibilidad de materias primas minerales que son esenciales para todas las cadenas de valor. Después de 40 años sin ningún tipo de planificación minera seria, la Comisión Europea ha tomado cartas en el asunto y se obliga a sí misma y a los Estados miembros a tomar medidas para resolver esta cuestión. Esto viene a demostrar la importancia que las materias primas minerales tienen ahora para los políticos”, dice.

El Reglamento (UE) 2024/1252 diferencia entre materias fundamentales y estratégicas y segrega a todas las demás, a las que deja fuera. Divide pues el sector en tres áreas. Las fundamentales son 34 sustancias que son consideradas muy importantes, sobre todo para las industrias de defensa, transición energética o transición digital y dentro de esas 34 prioriza 16 como críticas o estratégicas a las que dota con unas medidas de promoción de su desarrollo.

La reglamentación, según Luaces, está en línea con los principios fundamentales de Primigea en cuanto a acceso a los recursos y ayuda a la economía estratégica de la UE y sus miembros.

“El problema real es que, si juntáramos las 34 sustancias y las sumáramos en cuanto a volumen de consumo necesario, estaríamos hablando de un 2% de las necesidades de materias primas europeas”, admitió Luaces.  

Además, la norma, en sus palabras, es una prueba fehaciente de que la Comisión reconoce el deficiente sistema de tramitación administrativa para acceder a los recursos mineros y se obliga a acelerarlos. Pero excluye a la mayoría de las materias primas, lo que es “un error” porque “el problema no se corrige de base” y viene a ser “una patada hacia el futuro”. Las cifras hablan por sí mismas: la tramitación de una explotación minera pequeña se demora unos cinco años, pero si es de tamaño medio ese periodo se amplía a una horquilla entre siete y 15 años, “lo que es inasumible” para el sector.

La industria no busca la reducción de los niveles de exigencia o de cumplimiento, sino la mejora de los procedimientos para que las tramitaciones “no se eternicen artificialmente”.

Hoja de Ruta para la Gestión Sostenible

Después de varias reuniones entre el sector y la Administración, en agosto de 2022 el Consejo de Ministros, a petición del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), aprobó una Hoja de Ruta para la Gestión Sostenible de las Materias Primas Materiales. Esta Hoja de Ruya está siendo desarrollada por un Plan de Acción que se tiene que someter a un proceso de información pública, y sentaba las bases para poder tomar medidas de mejora en el campo del acceso a las MPM.

Dado que España ocupó en el segundo semestre de 2023 la Presidencia rotatoria de la UE, “el reglamento tiene una cierta impregnación de la Hoja de Ruta” española, estima Luaces.

¿Qué le piden ahora a la Administración? Que termine el Plan de Acción para que sea eficaz la Hoja de Ruta y lleve al presupuesto las acciones allí determinadas y quién debe ejecutarlas, es decir, aterrizar la estrategia con medidas concretas y dinero.

El Reglamento dictamina una serie de obligaciones para la Comisión y los Estados miembro. Por ejemplo, en el caso de España, exige la coordinación entre las comunidades autónomas, que llevan la gestión diaria de los permisos, y el MITECO, estableciendo unos mecanismos adecuados, muy ágiles y bien pensados. Eso está previsto en el Plan de Acción, pero es necesario acelerar el ritmo. “Porque, además, Europa pone fechas”, explica Luaces; por ejemplo, pide a España (y a todos los Estados miembros) que en mayo de 2025 tenga definido un plan de investigación geológica de recursos minerales. Este plan debe ser obra no solo del MITECO, sino también de las CCAA y la industria. Desde 1978 no se ha actualizado ese plan en España.

“Nuestra preocupación es que España, partiendo de una posición de liderazgo, por varios motivos, pues somos unos de los países de la UE con mayor potencial de extracción de materias primas minerales, se está quedando atrás, por una serie de cuestiones políticas que ahora no vienen al caso”, admite el director general de Primigea. También afecta que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de este año hayan tenido que ser prorrogados. “Nos preocupa, consideraciones políticas al margen, que esta situación desemboque en un retraso en España en comparación con otros países de la Unión”.

Además, en estos 40 años de parálisis, han cambiado las prioridades, las tecnologías y los investigadores. Antes se buscaba wolframio y ahora se priorizan las tierras raras, el litio, el cobre o el níquel.

La lista de 34 MPM “fundamentales” recogida en el Reglamento incluye antimonio, arsénico, bauxita/alúmina/aluminio, barita, berilio, bismuto, boro, cobalto, carbón de coque, cobre, feldespato, fluorita, galio, germanio, hafnio, helio, tierras raras pesadas, tierras raras ligeras, litio, magnesio, manganeso, grafito, níquel, niobio, fosforita, fósforo, metales del grupo del platino, escandio, silicio metálico, estroncio, tántalo, metal de titanio, wolframio, y vanadio.

Y las “críticas” o “estratégicas” son la bauxita/alúmina/aluminio, el bismuto, el boro (calidad de metalurgia), el cobalto, el cobre, el galio, el germanio, el litio (calidad de batería), metal de magnesio, el manganeso (calidad de batería), el grafito (calidad de batería), el níquel (calidad de batería), los metales del grupo del platino, las tierras raras para imanes permanentes (neodimio, praseodimio, terbio, disprosio, gadolinio, samario y cerio), silicio metálico, metal de titanio y wolframio.

Los minerales excluidos de la lista de “fundamentales” son todas las rocas industriales, es decir, aquellas de las que se obtienen áridos o cementos, el yeso, la arcilla, la roca ornamental. Eso incluye el mármol, el granito y el basalto, por ejemplo. Y son inmensamente mayoritarios en volumen y alimentan a las cadenas de valor de la construcción. Tampoco están incluidos todos los minerales metálicos como el hierro. El criterio que ha seguido la Unión Europea es la tasa de dependencia que tiene con respecto a cada materia prima mineral, es decir, las que escasean en el Viejo Continente y que dependen de terceros países como China o Rusia y que están monopolizando.

Desde Primigea, declara su secretario general, Vicente Gutiérrez Peinador, más próximo a la parte de las materias primas metálicas, proponen que la Comisión admita en la lista otros minerales, dentro de tres o cuatro años, cuando haya una segunda revisión o framework del Reglamento para analizar los resultados conseguidos. Sin ir más lejos, el hierro, esencial en la fabricación del acero, no es un mineral estratégico, porque se entiende que Europa dispone de suficientes reservas, aunque sea un elemento transversal, fundamental para construir los aerogeneradores.  Tampoco lo son los minerales básicos para hacer cerámica, una industria muy relevante para España, concretamente para la Comunidad Valenciana. “Con la guerra en Ucrania ha desaparecido la importación de arcillas blancas”, indica a modo de ejemplo. Cada país debe definir con más calma qué minerales considera estratégicos y sumar esas aportaciones nacionales a la lista continental, opina. 

Para Gutiérrez Peinador, el Reglamento representa una buena noticia, porque tapa un agujero normativo para un sector “que estaba abandonado”. Además, el proceso de tramitación se va a acelerar. No obstante, la norma “tiene sus problemillas”, porque contempla que un país puede vetar que un proyecto sea estratégico en su país. “Eso es un error, porque entonces no jugamos al equipo de la Unión Europea sino al de cada uno. Es un criterio que choca con la filosofía de la Europa unida”, dice Peinador, quien también es presidente de CONFEDEM. Otro defecto es que el plazo máximo de 27 meses para que los proyectos de extracción reciban sus permisos no incluye el impacto medioambiental, que suele ser el principal escollo de las tramitaciones de este tipo.

Desde una óptica general otro problema citado por esta organización es el desarraigo de las industrias que dependen de estas materias primas militares, lo que ha fomentado la deslocalización. “Europa ha estado pensando durante cuatro décadas que se podían traer las materias primas de fuera sin tocar las propias. Ahora nos hemos despertado”, reconoce Luaces.

Por no hablar de la falta de ingenieros de Minas y de mano de obra cualificada.

Circularidad

El Reglamento (UE) 2024/1252 también se ocupa de la circularidad, es decir, intentar maximizar la recuperación de materias primas ya utilizadas, de fuentes secundarias, y establece una política conjunta de abastecimiento internacional mediante la firma de acuerdos con países grandes productores como Canadá, Australia, Argentina o Chile.

“Esta norma es una oportunidad”, remarca en una entrevista a este periódico digital y afirma: “Hemos estado a punto de pasar el punto de no retorno”, pero “el cambio de tendencia no se va a producir de la noche a la mañana”. “Para los objetivos de neutralidad climática, ya vamos tarde, pero eso es mejor que no empezar nunca”, añade.     

Ahora hay una convocatoria para determinar qué proyectos de materias primas fundamentales y críticas serán considerados estratégicos por la Comisión para disfrutar de ayudas financieras y ventajas administrativas. La percepción de Primigea, gracias a informaciones indirectas, es que se presentarán por España unos 10 ó 12 proyectos que se entregarán directamente a Bruselas sin tener que informar previamente al Estado miembro, “lo que es un poco absurdo”, porque luego Bruselas debe pedir consejo a cada país.  

La convocatoria, en todo caso, no es un cheque en blanco para la industria, que tendrá que cumplir la misma reglamentación que ahora, pero los proyectos sí se verán beneficios por una aceleración en los procedimientos de tramitación que implican el agua, el patrimonio, la biodiversidad y otras áreas de interés. “Que todos ellos opinen, pero en plazo” 

Dentro de los MPM, el segmento de los áridos provee a la sociedad de arenas, gravas y roca triturada, que son materias primas esenciales e insustituibles para el desarrollo económico y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, pues se utilizan para la construcción de edificios e infraestructuras y para otras numerosas aplicaciones industriales.

En el Horizonte 2030, el sector de los áridos aspira a generar un crecimiento rentable y sostenible, adaptándose a la demanda, aumentando la competitividad y eficiencia de sus empresas, contribuyendo a los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, mejorando la aceptación por los ciudadanos y por sus grupos de interés y colaborando activamente con las Administraciones para el éxito de las políticas contra el cambio climático.

Informe DAFO del sector de los áridos

Fuente: aridos.info

Resumiendo el análisis DAFO en una frase, el sector de los áridos, que es estratégico como suministrador de materias primas imprescindibles y esenciales (Fortaleza) y que tiene un gran potencial vinculado a la economía circular (Oportunidad), está afectado negativamente por el exceso de regulación (Amenaza) y la mala imagen de la industria extractiva (Debilidad).

España tiene potencial, según Primigea. “De la lista ya somos productores de algunas, incluso en alguna, como el estroncio, somos lideres mundiales; tenemos indicios de otras, como las tierras raras, el litio o el níquel”, subraya Luaces. “Dentro de Europa las grandes esperanzas son los países nórdicos, particularmente Suecia y Finlandia, además de cierta parte de Alemania, Polonia, España y Portugal”, enfatiza. “España es el tercer país europeo en recursos minerales después de Suecia y Finlandia”, enfatiza Peinador. El quid de la cuestión es que no solo se extraigan en Europa, sino que también se procesen aquí para que no se envíen esos recursos a países terceros, porque eso no rompe el nudo de la dependencia.

“Al final no estamos hablando de materias primas, sino del modelo europeo. Si perdemos esta carrera, los ciudadanos europeos van a ser más pobres de lo ricos que son ahora. El modelo europeo está en riesgo. Hay que hacer un esfuerzo colectivo para la gestión sostenible de las materias primas minerales”, porfía César Luaces, teniendo en cuenta que no todas son reciclables, como el cobre; algunas actúan como fundentes en procesos industriales y desaparecen por efecto de las reacciones químicas térmicas y no pueden ser recuperadas. Es el caso de la fluorita. Se trabaja, y mucho, por la vía del I+D, de la concienciación a las empresas, de la normativa técnica, asegura, dentro y fuera de la mencionada lista, por ejemplo, con áridos reciclados, trabajando para mejorar y aumentar no solo la competitividad sino también la eficiencia extractiva. “La circularidad es una parte del propio negocio”, defiende el director general de Primigea, apostando por las mejores tecnologías disponibles y fomentando la interrelación con el entorno social. El empeño de la circularidad de las materias primas exige la colaboración de todos los actores implicado: Administración, industria y ciudadanos.

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