¿Qué es HEGAN? ¿Cuáles son sus fines?
HEGAN es la Asociación-Cluster de Aeronáutica y Espacio del País Vasco. Somos una asociación privada que agrupa a prácticamente todo el sector aeroespacial de Euskadi; siendo la primera asociación regional aeroespacial en fundarse en España, en 1997. Nuestro papel es el de impulsor del sector asociado en las áreas de innovación, tecnología, internacionalización… Promocionamos y representamos a las organizaciones que forman parte del cluster y dinamizamos la identificación de proyectos colaborativos, la consolidación de la cadena de valor local, el posicionamiento internacional de nuestra oferta… Trabajamos por dar valor a las 68 entidades que hoy conforman el cluster: empresas, centros tecnológicos, universidades y aliados.
¿En qué proyectos está ahora embarcada su organización?
Existe una hoja de ruta general que es el Plan Estratégico 2021-2024. Comprende las áreas de actuación que se derivan de los retos estratégicos identificados y que se despliegan actividades concretas en los planes anuales. Podemos decir que todas estas actividades corresponden a proyectos internos en los que damos valor a los socios mediante diferentes acciones, siempre, en colaboración: dinamización de la innovación, información estratégica, formación específica, acciones comerciales conjuntas, identificación de oportunidades a lo largo de la cadena de valor, promoción y difusión del cluster, sus socios y sus capacidades… En definitiva, no es tanto que HEGAN, como organización participe en proyectos que cuelguen de uno u otro marco de ayudas, sino propiciar que los asociados lo hagan con la vista puesta en la mejora de su competitividad, en el refuerzo de su oferta y en el desarrollo de su actividad. De hecho, nos enorgullece decir que nuestros socios tenían activos más de 200 proyectos de I+D+i en 2020; cifra que esperamos mantener este año.
De cualquier forma, en estos momentos, sí que participamos dentro del partenariado de dos proyectos europeos, uno sobre blockchain y su aplicación en el entorno industrial, y otro sobre caracterización de un componente embarcado fabricado en 3D. Pero, siempre, en tareas no tecnológicas sino de difusión del proyecto, diseminación de resultados, coordinación de los equipos, promoción de los participantes… tareas que se nos dan bien y que permiten a los técnicos dedicarse a lo fundamental.
Cuándo veremos los aviones de pasajeros propulsados por hidrógeno?
Es evidente que no sabemos la fecha, pero sí sabemos que los veremos. Impulsados por hidrógeno, eléctricos, híbridos, neutros; volarán y lo harán sosteniblemente y de forma segura, como hasta la fecha. Los tiempos de desarrollo de una aeronave son largos y la certificación compleja, y lo son, precisamente, porque están concebidos para que vuelen de manera segura… no se permiten cabos sueltos porque las consecuencias son terribles. Si a esto añadimos el salto tecnológico que supone hacerlos sostenibles (nuevas arquitecturas, nuevos sistemas propulsivos, materiales avanzados, sistemas y aviónica disruptivos…) el reto es titánico.
Para hacer esto posible en los términos temporales que la sociedad exige, la digitalización va a ser fundamental; conceptos como simulación avanzada, Big Data, gemelos digitales, automatización, inteligencia artificial, robotización, ciberresiliencia, tecnologías cuánticas… van a pasar de la prospectiva y los propósitos a la aplicación práctica en nuestro sector.
Aprovecho para recordar que la aviación es responsable de tan sólo un 2-3% de las emisiones de gases de efecto invernadero anuales totales y que el sector tiene como objetivo principal el empeño en hacer cada día una aviación más respetuosa con el medio ambiente e invertir en este sentido. De hecho, si no se hubiera investigado tanto ni se hubieran implementado tantas tecnologías cada vez más eficientes, estas emisiones hubieran sido muchas más al haber aumentado el tráfico aéreo casi exponencialmente en las últimas décadas.
También cabe decir que si tomamos el ciclo de producto completo y sumamos no sólo la huella de carbono de la operación si no la de las infraestructuras necesarias, observamos que nos hallamos en una posición de ventaja medioambiental ya que para una operación se necesitan tan sólo unos poquísimos kilómetros de pista, y que éstas son utilizadas en cientos, si no miles, de rutas y recorridos. Es decir, el sector es parte de la solución para un futuro más sostenible como desarrollador y demostrador de tecnologías limpias alineado, por tanto, con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y con las metas europeas en cuanto a un futuro de emisiones netas cero. El sector va a ser la llave de un futuro más limpio y conectado. Más eficiente y global.
Ya hay, por fin, un PERTE para su sector… ¿Qué se espera del mismo?
Efectivamente, se ha anunciado hace pocas semanas el compromiso de lanzar el PERTE aeronáutico. Desde luego, es una gran noticia para nuestro sector, ya que, como de todos es sabido, es uno de los sectores industriales más perjudicados por la crisis y en estos momentos, afectado también por la escasez de materias primas y sus aumentos de precio, y el incremento del coste del transporte marítimo y su incapacidad para atender a toda la demanda actual.
Nuestro sector es estratégico para la economía de un país; es creador y generador de empleo directo de alta cualificación (además de tener unas tasas de creación de empleo indirecto e inducido que en el más prudente de los estudios multiplica por cuatro al empleo directo); en tanto en cuanto intensivo en tecnología, es vector de transferencia científica y técnica a otros sectores e industrias; y es desarrollador de productos, tecnologías y servicios de alto valor añadido.
Por esas razones y por la expuesta en la pregunta anterior (somos parte de la solución para un mundo más sostenible), es imprescindible el apoyo de las administraciones públicas, disponiendo de planes estratégicos específicos con visión de largo plazo y con estabilidad presupuestaria y legislativa. De esa manera, se evitará que la cadena de suministro española se debilite lo menos posible: ahora las oportunidades comerciales son escasas, pero el mercado se recuperará tarde o temprano y afrontamos el riesgo de perder competitividad como sector frente a otros países si no contamos con una cadena de suministro capaz de dar respuesta a las necesidades de los clientes en, durante y tras la recuperación.
¿Por qué hay que apostar por la actual red de clusters que existe en España?
El concepto cluster lo inventó Michael Porter… Según él, los clusters son concentraciones geográficas de empresas interconectadas, suministradores especializados, proveedores de servicios, empresas de sectores afines e instituciones conexas que compiten, pero que también cooperan. La importancia de este sistema en la mejora de la competitividad radica en que la cercanía territorial de las empresas y las entidades e instituciones relacionadas generan entornos con relaciones mucho más densas entre todos y que redundan en mejoras de productividad, de especialización, de movilidad…. La clave está en la cooperación.
Euskadi ha sido una región pionera internacionalmente en el desarrollo de clusters. Desde mediados de los 90 del siglo pasado se ha venido desarrollado una política de competitividad basada en una perspectiva cluster en la que se han promovido, y promueven las organizaciones dinamizadoras del cluster, entre las que se encuentra HEGAN. Desde aquellas fechas, no sólo no ha decaído la inercia de esta política industrial sino que se ha afianzado y se ha convertido en un must dentro de nuestras administraciones que promueven itinerarios, procesos y acciones ágiles, cercanos y muy ajustados a las necesidades de los sectores e industrias vascas.
Ahora se hace más necesario que nunca el aprovechar sinergias y los clusters son vehículos para ello como canal de colaboración. De hecho, ese es uno de los grandes valores de las asociaciones y clusters: crear los foros, herramientas, acciones e instrumentos necesarios y adecuados para establecer vías de cooperación y puntos de interés común; somos espacio de búsqueda de sinergias para la colaboración tecnológica, comercial y estratégica, fundamental siempre y especialmente en estos momentos.
¿Ha tenido alguna ventaja la pandemia para la industria y las aplicaciones tecnológicas?
La única ventaja que ha tenido este desgraciado periodo en el que tanto sufrimiento está habiendo es que ha demostrado la capacidad de resistencia, tesón y energía de las empresas y entidades miembros de HEGAN. Con súbitas caídas de la actividad que a mediados de la segunda ola rondaban el 50% y que ahora están en torno al 40%, en 2020 sólo se destruyó el 10% del empleo total. Mantener las personas (el talento) es fundamental para este periodo de lenta y larga recuperación en tanto en cuanto son la clave para mantener la competitividad y el conocimiento; y para afrontar las oportunidades que han surgido con respecto a nuevos programas, en otros nichos de mercado o para acceder a otros clientes y proyectos.
¿Cuáles son las asignaturas pendientes de la pequeña y mediana empresa?
Podemos hablar de la pyme asociada. Ésta tiene un amplio espectro de ventajas: flexibilidad, interlocución, cercanía, rapidez, proactividad, líderes de nicho… pero también tiene contras: capacidad comercial limitada, alcance financiero modesto, recursos contados, reactividad acotada… Evidentemente, si lo primero les hace excelentes suministradores (muchas veces claves para multitud de clientes), lo segundo les condiciona en un mercado global como es el aeroespacial en el que hay que actuar y competir de manera ágil e integral.
