ENTREVISTA

Anna Baldrís, Fujifilm Recording Media: “El volumen de datos generados en todo el mundo superará los 180 zettabytes en 2025, un crecimiento de casi el 40% en cinco años”

El proceso de digitalización de la industria está provocando un aumento sustancial de la capacidad de estas para producir datos, información que posteriormente es analizada y empleada para la toma de dediciones de las plantas así como almacenada. Anna Baldrís, Business Development Manager en Fujifilm Recording Media Iberia, aborda en esta entrevista para industry TALKS el uso de los datos en las plantas destacando, entre otras cifras, que el 80% de estos no serán estructurados, lo que significa que grandes volúmenes de datos deberían ser recuperables y legibles en cualquier momento.

¿Qué tipo de datos generan las plantas de fabricación?

En la actualidad, las plantas de fabricación inteligentes están ampliando el alcance de la captación de datos para incluir información detallada sobre todos los elementos de cada paso específico del proceso de producción, incluidas la fabricación y la supervisión para mejorar la toma de decisiones y la optimización de los procesos buscando un mayor nivel de eficiencia gracias a la utilización de sensores avanzados, software integrado y robótica que recogen y analizan constantemente información.

El uso adecuado de estos datos permite satisfacer las necesidades relacionadas con la gestión y el control de actividades de producción, calidad, materiales y mantenimiento.

Imaginemos un taller que tiene un pequeño sensor conectado a todas y cada una de las máquinas de la fábrica. Ese sensor está constantemente registrando y analizando información, tanto en local como en la nube. Todos los datos generados por este pequeño sensor se recopilan y se introducen en un algoritmo de aprendizaje automático que los analiza. El análisis de estos datos logra conocer la probabilidad de que alguna pieza pueda fallar, predecir defectos de calidad y prolongar la vida útil de la herramienta. Permitiendo programar tareas de mantenimiento predictivo. Así se asegura el buen funcionamiento de la máquina, para que la producción siga su curso sin interrupciones. El mantenimiento predictivo es una de las grandes revoluciones de la Industria 4.0.

¿Por qué se almacenan estos datos?

Para que los fabricantes puedan aprovechar plenamente el valor de los datos generados por sus fábricas para maximizar la eficiencia y la calidad de la fabricación. Contar con datos precisos y actualizados permite tomar decisiones inteligentes y de gran impacto en cuestiones vitales como, por ejemplo, la reparación de máquinas, las estimaciones de ventas y la gestión de inventarios.

Esto se consigue interconectando los sistemas digitales y físicos en todas las operaciones del ciclo de fabricación, conectando los sistemas principales a través de una plataforma integrada de gestión de recursos empresariales ERP, un sistema de control de la producción MES y un sistema de supervisión, control y adquisición de datos SCADA, con el fin de obtener una mejor visión de los datos recuperados.

Los sistemas ERP informan a los fabricantes sobre los niveles de inventario y los plazos de entrega, los MES rastrean y gestionan la información de fabricación en tiempo real, proporcionando información crítica sobre la trazabilidad y el rendimiento y los sistemas SCADA se utilizan en la supervisión y el control de los equipos industriales en diversas etapas como el desarrollo, la fabricación y la producción.

¿Durante cuánto tiempo deben conservar esta información las compañías?

Estos tiempos varían en función del sector de actividad de la organización, tipo de información, política interna de la propia compañía y normativas y legislaciones en relación con los tiempos de conservación de datos de cada sector. En España, los tiempos de conservación de datos personales más comunes oscilan entre 1 mes para los de videovigilancia y los 6 años para los datos contables y fiscales a efectos mercantiles. Aunque las normativas varían de una comunidad a otra y tanto el RGPD como la LOPDGDD establecen una serie de excepciones en las que se permite la ampliación de los plazos cuando los datos se utilizan con fines de archivo en interés público, de investigación científica e histórica o con fines estadísticos. Por consiguiente, los expedientes clínicos de los pacientes que deben conservarse en general un mínimo de 5 años, se preservan 15 años en Cantabria, 20 años en Cataluña o Navarra y de forma permanente cuando se trata de enfermedades raras que tienen un gran valor científico para la investigación de nuevos tratamientos.

A nivel de fábricas, las plantas de producción llevan mucho tiempo recopilando y almacenando alertas, códigos de avería, recuentos de productos y algunos parámetros de series temporales en los historiales. Pero, aunque estos datos son suficientes para calcular los KPI(indicadores clave de negocio), pueden no ser suficientes para implementar muchos de los casos de uso predictivo básicos que son fundamentales para la Industria 4.0. Sin casos de uso predictivos, el personal de la planta se pierde gran parte del valor básico. Por lo que, no pueden ser proactivos a la hora de prever problemas para optimizar el rendimiento, la ejecución y la disponibilidad de los equipos. El tiempo del ciclo de la tarea es un buen ejemplo de datos que se desvanecen y que podrían añadir valor si se capturan adecuadamente. Esta métrica es un importante predictor del rendimiento de las máquinas y las tareas en las plantas de fabricación, pero muy pocos la registran.

Si tomamos la industria farmacéutica como ejemplo, la preservación de la información de enfermedades raras a largo plazo combinado con el uso del Big Data posibilitará la mejora del proceso de investigación y personalización de tratamientos y, también, la prevención de enfermedades futuras. Facilitando el análisis de datos genéticos a gran escala, para la comprensión del cuerpo humano y de estas enfermedades. Haciendo viable la monitorización de un mayor número de personas al realizar ensayos clínicos, mejorando así su rentabilidad. Por consiguiente, se podrán manejar datos más representativos de la vida real de los pacientes, lo que dotará de una mayor precisión a la medicina terapéutica, al poder crear tratamientos más personalizados y eficientes que permitan mejorar la calidad de vida de los pacientes. O al poder generar sistemas de geolocalización para conocer la propagación de un virus en tiempo real, tal como se utilizó durante la reciente pandemia originada por el Coronavirus.

¿Cuáles son las principales necesidades que tienen las empresas en relación con los datos?

Hoy, tener la capacidad de captar, almacenar, medir y controlar rápidamente los datos de alta calidad para generar valor se ha convertido en una prioridad estratégica para todas las empresas. Y esto únicamente es posible mediante la integración de datos.

A veces vemos como existe una desconexión entre la gestión de los datos y la aplicación práctica de lo que esos datos pueden hacer por una empresa. Por ejemplo, es habitual que los datos se agrupen en silos, es decir, en bases de datos separadas que se centran cada una en un tipo específico de cliente, producto, ubicación, etc. Por separado, estos silos de datos pueden no ser especialmente útiles, pero pueden ser muy potentes cuando se integran. Por supuesto, esa integración debe producirse de manera eficiente y lógica para que sea beneficiosa.

Por lo tanto, es clave la interoperabilidad entre dispositivos para permitir el buen flujo de la información, la escalabilidad de las soluciones para poder responder a necesidades futuras, la optimización de procesos, la fiabilidad y la utilización de códigos abiertos para no depender de ningún proveedor.

Según las últimas previsiones de IDC, el volumen de datos generados en todo el mundo superará los 180 zettabytes en 2025, lo que supone un crecimiento medio anual de casi el 40% en cinco años. Diversos estudios revelan que el 80% de todos estos datos generados serán no estructurados, es decir, grandes volúmenes de datos de diversa índole y de diferentes tamaños, que deberán ser recuperables y legibles en cualquier momento.

Por tanto, ante el imparable crecimiento de datos a almacenar impulsado esencialmente por la digitalización de contenidos, los sistemas de inteligencia artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT) y el uso de nuevas aplicaciones de alta resolución como el formato 4K o la realidad virtual, el gran desafío para los fabricantes de soluciones de almacenamiento de datos es poder ofrecer a sus usuarios soluciones más compactas, seguras y sostenibles, que permitan almacenar mayores capacidades en un espacio más reducido para minimizar los costes de archivo y garantizar la lectura de los datos almacenados, incluso, al cabo de varias décadas, reduciendo el impacto medioambiental del centro de datos.

¿Cómo puede ayudar el almacenamiento de datos a que las empresas sean más competitivas?

Actualmente los datos son el mayor activo de las empresas, con lo que es imperativo que las organizaciones de todo tipo y tamaño sean capaces de almacenarlos, protegerlos y extraer el valor de estos para incrementar su competitividad.

Por lo tanto, la clave radica en apostar por soluciones de almacenamiento que ofrezcan el mayor nivel de protección de datos para garantizar el acceso y legibilidad de la información siempre que se deba acceder a ella. El uso de cifrado o compresión de datos, por ejemplo, puede provocar que un pequeño error haga que una amplia base de datos no pueda ser leída y sea inservible. Y si la integridad de datos no se mantiene un bit de error puede tener graves consecuencias, especialmente en el sector bancario, pudiendo afectar drásticamente el saldo de una cuenta.

De hecho, no todas las soluciones de almacenamiento que existen en el mercado ofrecen el mismo nivel de protección de datos.  De hecho, la superioridad de la cinta en materia de protección de datos frente a otras tecnologías es una realidad.

Precisamente, ¿qué sistemas actualmente hay en el mercado?

Las compañías se decantan, cada vez más, por soluciones híbridas que combinan distintas tecnologías de almacenamiento en función del tipo de dato, apostando por infraestructuras hiperconvergentes que combinan almacenamiento, recursos informáticos, red y gestión en un único sistema definido por software para reducir la complejidad del centro de datos y aumentar su escalabilidad. 

Las compañías optan por una u otra tecnología, disco o cinta, para gestionar sus copias de seguridad y archivo, dependiendo de sus necesidades de accesibilidad al dato, de la política de retención y de los costes asociados de cada opción. Utilizan unidades de estado sólido y discos duros, generalmente, para el almacenamiento online de los datos que necesitan cortos periodos de retención, pero a los que acceden frecuentemente. Mientras que las empresas apuestan por soluciones de cinta, la tecnología LTO Ultrium o la Enterprise de IBM, para garantizar la protección de los datos almacenados a largo plazo y optimizar sus costes de archivo. Ya que, el almacenamiento en cinta goza de una longevidad de archivo superior: conservación de datos durante más de 30 años, diez veces más que el disco duro; tiene una integridad de datos 100.000 veces mayor a la del disco duro SATA; ofrece un sistema de protección real contra ciberataques, totalmente inaccesible a amenazas externas, al quedar desacoplada de la red. Y además, es una solución rápida y eficaz de cualquier plan de recuperación de desastres, ya que los cartuchos de datos al ser extraíbles pueden almacenarse fácilmente en distintas y múltiples ubicaciones.

Actualmente, más de las 10.000 mayores empresas europeas conservan sus datos en cinta. La mayoría de los datos que navegan por nuestras redes sociales están en cinta, nuestros impuestos, las imágenes que vemos en la televisión, en el cine, nuestras series favoritas, las previsiones meteorológicas, los estudios cartográficos, las imágenes satélite, las investigaciones científicas, nuestros informes médicos, los expedientes académicos de nuestros hijos, los trámites administrativos que gestionamos en distintas administraciones públicas, nuestras facturas de electricidad y otros suministros, nuestras cuentas bancarias…, y un largo etcétera que opta por la cinta como la mejor solución para preservar los datos sobre extensos periodos de tiempo.

El almacenamiento de datos está relacionado con la ciberseguridad, ¿qué programas son los empleados para salvaguardar esta información?

Una investigación reciente de IDC publicada en 2022 constata que más del 90% de las organizaciones encuestadas indicaron haber sido atacadas por malware y el 87% de ellas haber sido víctimas de un ataque exitoso. Podemos afirmar que la mayoría de las organi­zaciones serán atacadas tarde o temprano, la cuestión radica en saber si están preparadas para responder de forma eficiente a minimizar el im­pacto y reducir la probabilidad de pagar un res­cate.

Atacar a las organizaciones es una ocupación a tiempo completo en el que los delincuentes dedican todo su esfuerzo a detectar posibles brechas de seguridad y nuevas formas de éxito. A medida que las organizaciones erigen políticas de defensa contra determinados ataques, los delincuentes encuentran formas cada vez más creativas de burlarlas. Constantemente surgen nuevos ataques de ransomware, siendo el comando y control de dispositivos uno de los más recientes métodos.

Por desgracia, los ciberdelincuentes han aprendido a atacar primero las copias de seguridad, ya sea mediante el borrado o el cifrado, porque al eliminar la posibilidad de restaurar los datos aumentan las posibilidades de que las or­ganizaciones se vean obligadas a pagar el rescate para recuperar sus datos.

Ninguna tecnología o estrategia puede garan­tizar que se pueda evitar un ataque de ransom­ware. Por lo tanto, aunque las herramientas de identificación de puntos vulnerables son impor­tantes, simplemente no son suficientes. Todas las organizaciones deben tomar medi­das proactivas para frustrar los ataques y garan­tizar que la recuperación sea una prioridad, apostando por la tecnología de cinta. La cinta LTO es una tecnología multiherramienta que respal­da las mejores prácticas para proteger y recuperar los datos de un ataque de ransomware gracias a que permite el cifrado de datos, la inmutabilidad de las copias, el almacenamiento desacoplado de la red, aplicar una estrategia de respaldo 3-2-1-1, esto significa realizar tres copias de datos en dos tipos de soportes diferentes, con una copia local y desconectada de la red, y otra copia en una distinta ubicación, también desacoplada de la red y realizar un escaneo de respaldo antes de restaurar las copias para evitar cualquier reinfección.

Por tanto, la mejor defensa contra ransomware es la garantía de recupera­bilidad mediante la supervivencia de los datos como la que ofrece la tecnología de cinta LTO Ultrium. Aunque no es disuasoria con­tra los ataques, ya que los delincuentes desconocen la capacidad de supervivencia de los datos, permitirá que las organizaciones puedan pasar inmediatamente al modo de recuperación sin tener que pagar el rescate.

Total
0
Shares
NOTICIA ANTERIOR

Innovación, exportación y tracción, las tres bases del ADN de la industria farmacéutica española

NOTICIA SIGUIENTE

Galicia declara la planta de Ence como proyecto industrial estratégico

NOTICIAS RELACIONADAS