REPORTAJE

El gran desconocimiento social de las tecnologías renovables socava la descarbonización del transporte y la industria

Uno de los grandes retos de nuestra sociedad actual es impulsar las tecnologías para reducir las emisiones de CO2 y avanzar de esa manera en el camino hacia las cero emisiones netas de gases de efecto invernadero, una ruta marcada por el ordenamiento jurídico que fija para 2050 una "Europa climáticamente neutra". Sin embargo, el profundo desconocimiento de la población española sobre las nuevas tecnologías renovables se ha convertido en un inconveniente imprevisto, un obstáculo que contribuye a ralentizar el ritmo de la compleja descarbonización de los transportes y, por extensión, de la industria.

De hecho, un sondeo de opinión recién divulgado asegura que solo el 60% de la población española conoce las tecnologías de los coches eléctricos, mientras que solo el 30% es consciente de otras alternativas tecnológicas industriales para reducir las emisiones de gases de efectos invernadero en el transporte, alternativas como los combustibles renovables o el hidrógeno. En otras palabras, la descarbonización de la industria es una gran desconocida.

Esta es una de las principales conclusiones del estudio sobre la percepción y la valoración de las nuevas tecnologías de movilidad en el transporte por carretera, realizado por el Instituto Demoscópico GAD3 en colaboración con la Cátedra de Transición Energética Fundación Repsol en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y la Fundación Corell, y con el apoyo de las patronales del sector de la automoción como ANFAC (fabricantes), Faconauto (venta de vehículos) y SERNAUTO (proveedores de componentes).

Otra de las conclusiones del informe presentado es que el 50% de la población retrasa su decisión de compra de un nuevo coche debido a la falta de claridad en cuanto a las tecnologías de movilidad y la regulación existente, y aumenta la intención de compra de vehículos de segunda mano, mucho menos seguros y más contaminante. En este sentido, los jóvenes tienen el mayor porcentaje de intención de compra de un coche de segunda mano y un menor porcentaje de intención de compra de un vehículo nuevo.

Este estudio sociológico pone de manifiesto que, pese a la regulación existente y la apuesta de la mayor parte de los fabricantes por el vehículo eléctrico, la decisión de compra del ciudadano va por otro lado, lo que se traduce en una disminución de la velocidad de renovación del parque automovilístico, cuya edad media es de 13 años, y en la ralentización del proceso de disminución de las emisiones de CO2 del transporte.

Estos datos poco alentadores muestran la necesidad urgente de informar, divulgar y clarificar, en el entorno educativo, mediático y de las Administraciones Públicas, los conceptos sobre las tecnologías de la movilidad, tecnologías estrechamente vinculadas a la automoción, un sector productivo imprescindible para el tejido industrial nacional.

El estudio fue presentado en la UPM en el encuentro titulado “La ciudadanía ante las nuevas tecnologías del vehículo ligero”. El evento contó con la participación de expertos del sector de la automoción y con la presencia de la secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera; el director general de Industria y Pymes del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Galo Gutiérrez; el rector de la UPM, Guillermo Cisneros; el presidente de GAD3, Narciso Michavila; el vicerrector de Asuntos Económicos de la UPM, Antonio Hidalgo;  el vicepresidente de Fundación Repsol, António Calçada; y el director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales y director de la Cátedra de Transición Energética Fundación Repsol en la UPM, Óscar García.

El director general de Industria y Pymes, Galo Gutiérrez, aplaudió este tipo de iniciativas: “Es bueno saber por dónde nos da el aire y lo que piensan los ciudadanos de los problemas fundamentales”, dijo Galo Gutiérrez. En este sentido, el propio director de GAD3, Ignacio Michavila también destacó que es importante “conocer la opinión pública como consumidor, como votante”, pero la clave reside en los expertos, indicó.

Y la secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera, calificó de “mala noticia” “el desconocimiento sobre el coche eléctrico y otras tecnologías como el hidrógeno”. “Eso nos hace pensar – añadió – que, en cierta forma vivimos en una burbuja de personas muy concienciadas que aplican el sesgo de confirmación”.

El objetivo del estudio era identificar el nivel de conocimiento que tiene la sociedad sobre los problemas derivados de las emisiones del transporte, las distintas tecnologías que están en desarrollo para reducirlas y cómo todo ello afecta a la decisión de compra de vehículos por parte de los ciudadanos y a la situación del sector de la automoción.

La investigación demoscópica también trató de clarificar conceptos y divulgar conocimiento en el ámbito de la movilidad sostenible, desde el rigor académico y la neutralidad tecnológica. Resulta fundamental trasladar a los ciudadanos la importancia y el impacto de la transición energética y la descarbonización, promoviendo, con ayuda de la ciencia y el conocimiento, un debate riguroso en torno a todas estas cuestiones de enorme relevancia para el futuro del planeta y de la sociedad.

Los datos, sin embargo, no resultan demasiado optimistas, porque recogen que un 64% de la población española desconoce que es posible fabricar un motor de combustión con muy bajas o cero emisiones netas de dióxido de carbono, usando combustibles renovables. Estos combustibles pueden utilizarse ya en los vehículos actuales, aprovechando las infraestructuras de distribución y repostaje existentes. Serán un complemento necesario para la electrificación en el sector del transporte, ampliando la gama de tecnologías de movilidad de bajas emisiones, y los consumidores podrán elegir las que mejor se adapten a sus necesidades.

El estudio, realizado en marzo a 1.503 usuarios particulares españoles entre 18 y 65 años, también recoge que existe un gran desconocimiento sobre el impacto medioambiental del coche eléctrico: un 50% de los españoles no es consciente de que los coches eléctricos generan emisiones de CO2 durante su producción y cuando utilizan electricidad que no es renovable.

La mayoría de la sociedad española, además, ignora de dónde proviene el hidrógeno renovable o verde, uno de los grandes vectores de energía para el transporte a medio y largo plazo. Un 35% no sabe de dónde se obtiene, mientras que un 37% no sabe que la energía hidráulica, la eólica o la solar son fuentes de hidrógeno renovable. El desconocimiento popular es muy significativo en este aspecto.

¿Por qué es menos conocido el hidrógeno renovable entre la población?, se preguntó Ricardo Olalla, vicepresidente de Ventas de Bosch España. “Quizás es al que le queda más recorrido por llegar a ser una solución disponible en grandes volúmenes”, respondió. “Bosch cree en el hidrógeno” y eso incluye apostar por la fabricación de electrolizadores, máquinas que separan el hidrógeno del agua. “Pensamos que el hidrógeno verde es la mejor opción para descarbonizar el transporte pesado por carretera”, añadió el ejecutivo.    

Repasando las consecuencias del estudio sociológico, Michavila citó a las que afectan a la sociedad, en general, y al sector de la automoción, en concreto. Entre las primeras se refirió a que “el ciudadano no conoce realmente ni el problema ni las soluciones en desarrollo para dar respuesta al problema de las emisiones de CO2”, y que “la concienciación de la ciudadanía no está por delante de otros aspectos como es el económico”. Entre las consecuencias para la industria del motor, ha quedado en evidencia “la disminución de la velocidad de renovación del parque automovilístico, la ralentización del proceso de disminución de emisiones de CO2, la necesidad de reducir la incertidumbre en la ciudadanía y la necesidad de aclarar qué es un coche sostenible en niveles de CO2”.

Al analizar la encuesta, José Víctor Esteban, secretario general de la Fundación Corell, la organización especializada en movilidad que preparó las preguntas, enfatizó que “esta vez llegó antes la regulación que la tecnología”. “Desde Bruselas se aprobó el plan de transición energética cuando ni la tecnología estaba madura, ni las industrias estaban preparadas, ni el entorno”, subrayó.

“Debemos adaptar nuestros objetivos climáticos a las posibilidades reales de la economía española y aceptar que debemos mantener tecnologías que ya son más limpias que hace 10-15-20 años. Necesitamos adecuar los calendarios y el tiempo”, declaró Esteban.

“El problema del hidrógeno es la falta de eficiencia y mejorar eso es clave”, opinó, por su parte, Ramón Calderón de la Fuente, mánager de Electromovilidad y Relaciones Institucionales de Seat.

Olalla, de Bosch, y Calderón de la Fuente, de Seat, participaron en una mesa de debate, posterior a la presentación del informe demoscópico, que abordó “la transformación industrial para una movilidad descarbonizada”. Les acompañaban en ella José Portilla, director general de SERNAUTO; José Ignacio Moya, director de Asuntos Públicos y Jurídicos de Faconauto; Arancha García Hermo, directora de Industria y Medioambiente de ANFAC; Jordi Carmona, secretario de Industria Automovilística en UGT-FICA; y Juan Miguel Sánchez García, ex director general de Transporte Terrestre, moderados por Eduardo González, director gerente de Continental Automotive Spain SA.

Los representantes de ANFAC y SERNAUTO coincidieron en subrayar que los factores competitivos han cambiado y apuntaron a la innovación como uno de los principales, “pero necesitamos marcos legislativos razonables”, apostilló Portilla. “Un objetivo ambicioso debe tener instrumentos ambiciosos. El cómo es la clave”, sostuvo García Hemo. “Situaciones extraordinarias requieren herramientas extraordinarias”, añadió Pontilla, partidario de incluir en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 “una serie de mecanismos y palancas que ayuden a mantener esos factores de competitividad”. “Necesitamos rapidez”, resumió.

España es el país europeo con la flota de vehículos más antigua y en 2021 se vendieron más coches con más de 10 años de antigüedad que vehículos nuevos, declaró José Ignacio Moya, de la patronal de concesionarios de automóviles, Faconauto. “El ritmo de matriculaciones es muy lento y no nos va a permitir alcanzar los objetivos que nos marca Europa. El sector ya ha hecho los deberes, con inversiones millonarias, ahora se requiere una iniciativa pública ambiciosa que permita alcanzar la descarbonización”, estimó.

Y a modo de síntesis, António Calçada, vicepresidente de la Fundación Repsol, otra de las organizadoras del evento, puntualizó que “no hay transición industrial si no hay transición energética y ambas deben ir de la mano”.

En cuanto al sector y la decisión de compra del coche, el muestreo elaborado por GAD3 revela que los españoles se gastarían más dinero en uno con menor impacto ambiental, siendo el coche eléctrico la opción más elegida. No obstante, a la hora de decidir su compra, la concienciación social se desploma y el potencial comprador valora más el consumo, el tamaño, la marca, el diseño, los extras o el precio del combustible y la energía utilizada del vehículo.

El estudio, además, revela que sólo ocho de cada diez ciudadanos afirman estar mucho o bastante concienciados sobre las emisiones de CO2 en el transporte, mientras que un 87% de la población cree erróneamente que las emisiones de dióxido de carbono son perjudiciales para la salud y únicamente un 30% de los encuestados afirma conocer con claridad el término “emisiones netas en el ciclo de vida”, es decir, no solo las que expulsa el tubo de escape del coche -esas son las emisiones directas- sino también las emisiones generadas en su fabricación.

La producción de hidrógeno renovable, la electrificación o la utilización de combustibles renovables, como los biocombustibles avanzados y combustibles sintéticos, son algunas de las soluciones clave para avanzar en la descarbonización del transporte y, en general, de la industria.

Pero, como señalan desde OpenRoom, un espacio abierto de conocimiento y divulgación creado por la Fundación Repsol, “no existe una única solución para avanzar en los objetivos de descarbonización y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en movilidad. Las necesidades, tanto de los ciudadanos a nivel particular como en otros segmentos, por ejemplo, el transporte pesado, son diversas y por ello, las herramientas y recursos que se están poniendo en marcha tienen que ser también variados para poder adaptarse sin problemas a cada tipo de circunstancia”.

Las soluciones para reducir la huella de carbono se han enfocado en tres campos de investigación y desarrollo:

  • Los combustibles renovables
  • La movilidad eléctrica
  • El hidrógeno renovable

1.- Los combustibles renovables son carburantes que se caracterizan por tener baja o nula huella de carbono en su ciclo de vida, debido a que la cantidad de CO2 que se libera a la atmósfera durante su combustión se equilibra con la cantidad de CO2 que se retira previamente para su elaboración. Tienen propiedades muy similares al diésel y la gasolina, lo que hace sean compatibles tanto con la infraestructura de recarga como con los vehículos con motores de combustión actuales, por lo que no es necesario renovar el parque de vehículos.

Existen dos tipos diferentes de combustibles renovables que podemos encontrar en el mercado y que se diferencian entre ellos por el tipo de materias primas que utilizan para su producción:

Combustibles sintéticos: Se fabrican a partir de CO2 capturado de la atmósfera e hidrógeno renovable y pueden ser una solución a corto plazo muy factible para reducir las emisiones de CO2 de la flota de vehículos que está en circulación.

Biocombustibles avanzados: Para su producción se utiliza biomasa, materias primas renovables de origen biológico, que han capturado dióxido de carbono en su proceso de generación y que se transforman en carburantes por medio de procesos mecánicos, termoquímicos y biológicos.

Los combustibles renovables son una muy buena opción para poder empezar desde ya a marcar una diferencia en el sector de la movilidad. En especial, merece la pena destacar la gran relevancia que están adquiriendo para la descarbonización de sectores con mayor complejidad técnica, como es el de la aviación, gracias a la producción de bioqueroseno y biojet, fabricado a partir de biomasa.

2.- Los vehículos eléctricos son una alternativa sostenible para conseguir alcanzar los objetivos de descarbonización del transporte. Este tipo de automóviles se mueven gracias a un motor 100% eléctrico que se alimenta con la energía que le proporciona una batería que se recarga de la red eléctrica.

Los coches eléctricos se consideran que tienen cero emisiones durante su funcionamiento porque no emiten ningún tipo de gases de efecto invernadero. No obstante, para que sea una solución totalmente sostenible, es necesario garantizar que la obtención de la energía eléctrica necesaria para recargar su batería sea también de bajas o nulas emisiones.

Aunque esta solución con electricidad cuenta con multitud de ventajas, existen algunas cuestiones técnicas que es necesario mejorar para que su uso pueda expandirse de forma genérica a todos los niveles como el entorno urbano. En especial, dos de los principales retos a los que se enfrenta la movilidad eléctrica: la autonomía de las baterías y el de la expansión de la red de puntos de recarga para estos vehículos. Áreas donde se están produciendo grandes avances tecnológicos en un corto periodo de tiempo y que buscan que este tipo de vehículos puedan ser todavía más accesibles y prácticos para los usuarios.

3.- El hidrógeno renovable juega un papel clave en la transición energética debido a su gran versatilidad, que permite que pueda ser utilizado como fuente de energía en muchos sectores. Es un sustituto muy eficaz de los combustibles fósiles y no emite CO2 en su uso, lo que hace que sea una tecnología perfecta para ser utilizada en el sector del transporte, en industrias de alto consumo energético o como sistema para almacenar, transportar y distribuir energía desde las fuentes primarias renovables.

Una ventaja muy interesante que ofrece es que se pueden obtener de varias formas: a partir de agua y electricidad renovable (electrolisis verde), reformado de biometano u otras nuevas tecnologías en desarrollo como la fotoelectrocatálisis, una tecnología que permite la transformación directa de la energía solar en energía química. En el proceso fotoelectroquímico, el hidrógeno y el oxígeno renovables se producen directamente a partir del agua y la luz solar, sin necesidad de ninguna otra fuente de energía externa.

Electrolizador de 25 kW que produce medio kilo de hidrógeno a la hora.

En cuanto al uso del hidrógeno en el ámbito de la movilidad, encontramos varias líneas de actuación que se están desarrollando en la actualidad.

Vehículos con motores térmicos. El hidrógeno que alimenta a un motor térmico es una alternativa a los combustibles convencionales, que no produce CO2 en la combustión. Se utiliza el hidrógeno solo o combinado con otros combustibles descarbonizados.

Vehículos eléctricos con pila de combustible. El hidrógeno almacenado en el vehículo, a una presión 700 veces mayor que la del ambiente, se combina con el oxígeno del aire en la pila de combustible generando una corriente eléctrica que alimenta al motor eléctrico encargado de la propulsión del vehículo. Su transporte es 100% eléctrico y tan solo emite vapor de agua.

Además de su uso directo en estas dos modalidades de motores, el hidrógeno renovable también puede utilizarse como materia prima para elaborar combustible sintético cero emisiones o e-fuel, cuando se combina con el CO2 capturado en plantas especializadas. 

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