ENTREVISTA

Carlos Reinoso, Alianza por la Competitividad: “Se va produciendo una pérdida del peso de la industria en España como resultado de la falta de apuesta política”

"Al final lo que debemos es entre todos crear unas condiciones de país que sean industry friendly, que sean amigables a la industria y que de alguna forma ofrezcan unas circunstancias de que las empresas quieran invertir aquí porque se dan las condiciones necesarias", ha comentado Carlos Reinoso, portavoz de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española en entrevista para industry TALKS.

¿Cuáles son las propuestas principales necesarias para impulsar la competitividad del sector industrial?

Yo creo que como punto de partida lo que hay que ser conscientes es del diagnóstico de la situación de la evolución de la industria en España y en Europa, porque al final la industria trabaja en un contexto global, son industrias en abierta competencia internacional y muchas de las cosas que nos pasan aquí en la industria española no son ajenas a lo europeo, pero desgraciadamente, cuando uno ve la evolución de los índices de producción industrial en España, lo que se constata es que se va produciendo una merma de la pérdida del peso de la industria en nuestro país.

Esto está pasando también en bastantes países europeos, incluso en Alemania, y es algo que lógicamente hay que entenderlo como resultado de probablemente una falta de apuesta política sobre la importancia de la industria. Estamos viendo que la industria se enfrenta a retos globales que requieren tener una política industrial activa e inteligente. Y en esa política inteligente es lo que nosotros, desde la Alianza, tratamos de hacer propuestas constructivas a los gobiernos, llevamos haciéndolo muchas legislaturas y, por supuesto, en esta nueva legislatura estamos trasladando al Gobierno una serie de líneas en las que creemos que es necesario y conveniente reforzar la apuesta de la administración, la apuesta política, un poco por crear el contexto adecuado para que esas empresas industriales inviertan.

Al final tenemos que tener claro que no son las administraciones las que invierten, las que invierten son las empresas, empresas privadas, y lo que las administraciones públicas pueden y deben crear son las condiciones de contexto adecuadas para que las inversiones se hagan. Y se hagan aquí y no se hagan en otro sitio, porque muchas veces no terminamos. Al final lo que debemos es entre todos crear unas condiciones de país que sean industry friendly, que sean amigables a la industria y que de alguna forma ofrezcan unas circunstancias de que las empresas quieran invertir aquí porque se dan las condiciones necesarias.

¿A qué retos se enfrenta el futuro de la industria en España?

La verdad es que los últimos años lo que nos ha mostrado es que nuestra capacidad de sorpresa es infinita. Arrancamos en la pandemia con lo que pasó, las paradas cruzadas o las operaciones en muy difíciles circunstancias derivadas de las restricciones por la crisis en la pandemia, pero inmediatamente después de la pandemia surgió los tensionamientos de las cadenas de suministro que paralizaron muchas cadenas de valor completa y de ahí surgió la importancia de la autonomía estrategia porque nos dimos cuenta de la importancia de fabricar lo mas cercano y tener las cadena de valor cerca a nuestros puntos de consumo porque si no se pone en riesgo los suministros de productos básicos para nuestra vida.

Eso fue en la pospandemia, pero luego tuvimos la invasión de Ucrania y todo lo que eso ha supuesto en las crisis de los mercados energéticos y más recientemente en la espiral inflacionista, con lo cual no solo en la industria, sino también en muchos ámbitos de la economía, pero especialmente y particularmente en la industria, pues vinimos de sobresalto en sobresalto. Y esto es lo que la industria tiene que manejar. Los mercados energéticos son determinantes para la competitividad, tanto en cantidad como en precios. Hay que pensar y mencionar también en lo que es lo más importante y fundamental de cualquier empresa en general y de la industria en particular, que es el talento. La captación del talento que necesita la industria ahora y en el futuro y de las nuevas competencias necesarias en esa nueva industria son los elementos que son cruciales para construir una industria de futuro.

¿Hay carencia de talento o es difícil encontrar ese talento que menciona?

La captación de talento es un aspecto de competencia entre la industria y otros sectores que ofrecen oportunidades laborales. Hay que ver en qué medida la industria es capaz de presentarse como un destino laboral interesante y atractivo para atraer ese talento. Pero otro aspecto importante es la adecuación entre la oferta formativa con las necesidades de la industria. Y sabemos que en España tenemos ciertas carencias.

Entiendo que no es fácil porque la industria está evolucionando muy rápido entonces lo que podía ser la formación perfectamente válida y necesaria para la industria del pasado no lo va a ser para la nueva industria que se está recreando y creando procedimientos con tecnologías nuevas y eso requiere formaciones nuevas. Lo que tenemos que tener claro es que la industria del futuro no es la que tenemos ahora ni la que tuvimos en el pasado así que la educación tiene que seguir ese proceso de manera acompasada porque si no se produce esa disfunción.

¿Qué hojas de ruta y tecnologías avanzadas están desarrollando los diferentes sectores industriales para impulsar un crecimiento verde y sostenible?

A mí me gusta siempre decir que la industria del futuro es sostenible o no será. Y al final los valores de sostenibilidad están absolutamente ligados a lo que son las estrategias y un poco la definición de las industrias. Aunque también es cierto de que esto no es blanco-negro, no es un cero o un cien, sino que son procesos. Y si hablamos, por ejemplo, de descarbonización, que es uno de los elementos cruciales de la sostenibilidad, pues el camino hay que recorrerlo. Hay sectores industriales en los que actualmente existen tecnologías que les permiten descarbonizarse totalmente, pero hay otros que no. Hay otros en los que esta tecnología se está desarrollando, hay que implementarla, hay que ser capaz de hacerlo a costes que mantenga la competitividad de las empresas y de los sectores y de sus mercados. También es cierto que siendo absolutamente ambiciosos como hay que serlo, también hay que ser realistas y dar los tiempos necesarios para que la adaptación de esas tecnologías sea realista. Y los que conocen la industria saben que los proyectos industriales tienen unos periodos de cadencia. Desde que se diseñan, aprueban, implementan y están funcionando, hay unos años. Y esto hay que tenerlo en cuenta y ser realistas, porque si no al final estamos poniendo objetivos políticos que no tienen un fundamento en lo que es la realidad. Yo creo que es irrenunciable de que la industria del futuro pasa por los más altos estándares de sostenibilidad, con especial mención evidentemente a la neutralidad climática, pero yo también diría a la economía circular. En la economía circular el hacer más con menos, el que lo que es un problema, un residuo, un rechazo de una industria, se convierta en una materia prima de otra secundaria, pues esas sinergias, esas simbiosis que acarrea en la economía circular, es otro de los elementos que está dirigiendo mucho la evolución de la industria.

¿Y cuáles cree que son los primeros pasos que debe afrontar una empresa industrial en materia de digitalización?

Yo creo que, si una empresa tiene que afrontar los primeros pasos, probablemente esa empresa esté ya muerta. Porque realmente la digitalización es algo que es consustancial a la industria desde hace muchos años. La automatización de los procesos industriales es algo que está perfectamente implementado en la mayoría de las industrias desde hace mucho tiempo. Cierto es que ahora estamos entrando en un nivel de sofisticación y de oportunidades mucho más alto. Probablemente las mayores revoluciones que tenemos que ver y en las que se está trabajando en cuanto a la digitalización es la integración de la digitalización en las cadenas de suministro.

Quiero decir, lo que es la interoperatividad, la conectividad y las sinergias y los trabajos un poco conectados entre los distintos eslabones de las cadenas de valor de un producto final determinado, ahí es probablemente donde la digitalización está aportando y va a aportar mayores revoluciones. La digitalización lo que rompe es esa estanqueidad de esto es lo que hago yo y luego se lo paso a mi proveedor, que luego hará él lo que sea, sino que empieza a hablar y empieza a visionar una interconectividad de toda la cadena de valor, que es lo que abre un mundo de eficiencias probablemente desconocido a lo que hemos tenido hasta ahora.

Existe el temor, como en todas las transiciones industriales, que la implementación de las nuevas tecnologías conllevará la pérdida de muchos puestos de trabajo, ¿cómo evalúa esta situación?

Yo personalmente, y esto es una opinión puramente personal, estoy en absoluto desacuerdo. Yo creo que nunca una eficiencia puede suponer la pérdida de oportunidades y de pérdida de trabajo. Lo que está claro es que los trabajos serán distintos. Eso no hay ninguna duda. Y por eso la importancia de lo que comentábamos antes, de que tienen que dar competencias distintas. Entonces, al final la industria, por definición, tiene que evolucionar, siempre ha evolucionado. A lo largo de la historia de la humanidad o la historia más reciente. Y probablemente lo que pasa es que ahora es que los cambios se aceleran. Es una ley histórica que los cambios son más rápidos y los periodos más cortos. Y en la industria pasa un poco lo mismo.

Hay una evolución de las competencias necesarias, pero en ningún caso creo yo que va a haber una pérdida de puestos de trabajo. Si lo que decimos es una pérdida de los puestos de trabajo que hay ahora, pues sí, pero la aspiración, yo creo, yo ya diría casi como de la normalidad, que evolucione a puestos de trabajo mejores. Y ahí, lógicamente, hay unos procesos que son complejos, sensibles y que hay que ser extremadamente cuidadosos. Y es que no haya generaciones perdidas, en el sentido de que generaciones que reciben unas ciertas formaciones, que los procesos cambian y que no encuentran acomodo en las nuevas exigencias de los nuevos procesos. Con lo cual, este tema de las formaciones continuas en mayúscula, en sentido amplio, pues probablemente es lo que da respuesta un poco a ese reto de lo que supone, a nivel de lo que son las fuerzas, el capital humano, la transición o la revolución industrial.

¿Cómo se está adaptando la industria a la transición energética?

Yo creo que probablemente ese es otro de los grandes retos porque al final la transición energética es una de las derivadas o de los requisitos de la neutralidad climática, que es uno de los grandes retos en los que trabaja la industria, pero tecnológicamente tiene retos. A nivel de cambio de los factores de competencia hay retos, porque sabemos que políticamente los retos asumidos para descarbonizarse no son simétricos en todas las regiones del globo y al final las industrias compiten globalmente, aunque la mayoría de los productos compiten en abierta competencia internacional. La neutralidad climática tiene un impacto importante en la competitividad, pero si no existe el mismo requerimiento en todas las regiones del globo, pues se producen las discusiones que se están produciendo. Así, la transición energética es uno de los elementos fundamentales. En muchas industrias la energía es uno de los principales, si no el principal elemento de costes. Entonces, el ser capaces de hacer compatible la transición energética a unos vectores energéticos descarbonizados, pero que a la vez lo sean a costes que permitan mantener la competencia internacional es clave.

Y de nada nos vale que encontremos un fantástico vector energético, que sea descarbonizado si el resultado es que es a unos precios que me sacan del mercado porque si luego el producto que fabrico no tiene entrada en los mercados porque lo pongo a 10 veces más que mis competidores, no sirve de nada. Yo creo que este es el gran reto de la transición energética, acompasar la descarbonización de la energía en general, pero los procesos industriales en particular, pero hacerlo de manera que siga manteniendo la competitividad.

Y se habla mucho, por ejemplo, del hidrógeno. La cuestión del hidrógeno va más allá de que tecnológicamente tengamos o seamos capaces de desarrollar la tecnología adecuada y generar y consumir los volúmenes necesarios para que aporten esa descarbonización. La cuestión es cuándo van a estar esos volúmenes disponibles y a qué precio van a estar disponibles. Esta es la complejidad. Yo creo que también lo fascinante es esa transición energética que estamos viendo. Y aquí sí hay que ser extremadamente cuidadosos en las transiciones, que realmente es una transición, no una disrupción energética. Entonces hay que acompasar y esta es la inteligencia política que hay que tener de ir acompasando la transición de manera que sea transición y que no sea disrupción.

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