La compañía ha presentado estas investigaciones industriales a la línea de ayudas de concurrencia competitiva INNOVA 2020 de la Dirección General de Innovación, Desarrollo Tecnológico y Emprendimiento Industrial, con una inversión subvencionable de 961.838 euros.
En el marco de esta convocatoria, el departamento que dirige Javier López Marcano ha concedido ayudas por un total de cuatro millones de euros a 65 proyectos de I+D+i de empresas de la Comunidad Autónoma, que movilizarán una inversión total inducida de algo más de 16 millones de euros (16.038.696,39€).
Esta convocatoria persigue el triple objetivo de consolidar proyectos de innovación regional, apoyar a la industria y a las empresas cántabras en el desarrollo de nuevos productos, procesos y servicios innovadores que ofrezcan salidas innovadoras de la crisis, y evaluar nuevas actividades y acciones en torno a las nuevos escenarios productivos y tecnológicos del nuevo orden socioeconómico post COVID19.
Proyectos subvencionados
Uno de los proyectos aprobados en la convocatoria INNOVA 2020 consiste en el desarrollo de un nuevo proceso experimental que permita perfeccionar la identificación y caracterización de las inclusiones no metálicas. El principal objetivo de este proyecto es mejorar las propiedades de los productos de GSW para ganar en competitividad en el sector de la automoción. Con una inversión subvencionable de 490.841 euros, y una ayuda concedida de 118.743 euros, el plazo de ejecución termina en febrero de 2022.
Optimizar su proceso productivo para producir un acero de mayor calidad a través de la introducción de técnicas de aprendizaje automático (machine learning) y de inteligencia artificial en sentido amplio es el objetivo de la segunda investigación industrial de GSW que ha conseguido fondos de la convocatoria INNOVA 2020, en concreto 53.257 euros, para una inversión subvencionable de 312.362 euros y con plazo de ejecución hasta finales de este año.
La tercera investigación industrial de GSW se centra en el ámbito de la economía circular y la valorización de residuos. El objetivo es el diseño de una nueva tecnología viable tanto técnica como económicamente para conseguir reducir el contenido en aceite de la cascarilla -un residuo muy rico en óxido de hierro que se genera en las operaciones de fabricación de acero-, de forma que sea valorizable para ser empleada en otros procesos.