ACOGEN
Según el director general de la Asociación Española de Cogeneración (ACOGEN), Javier Rodríguez, 2024 ha sido un año clave con el inicio de una nueva etapa para el sector y su industria asociada, que desde el pasado junio cuenta con un nuevo marco de operación. “Los cogeneradores estamos en plena adaptación a este nuevo marco de operación que nos brinda mayores posibilidades para realizar una gestión más eficaz e integrada de la producción energética e industrial, aportando la certidumbre necesaria para la toma de decisiones en nuestras empresas. El sector cuenta ahora con unas retribuciones reguladas que se actualizan cada 3 meses, adaptándose a la volatilidad de los mercados y que permiten su planificación, posibilitando asegurar una mejor gestión de riesgos. La nueva metodología refleja de forma más eficiente y fidedigna las cotizaciones de los mercados eléctricos, de combustibles y CO2”, explica.
Tras la promulgación del marco a la operación, “estamos trabajando junto con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) para que el marco de inversión en cogeneración de 1.200 MW mediante subastas sea una realidad en los primeros meses de 2025, tras tres años de demora por la crisis energética. En este tiempo, más de 145 fábricas que suman 1.100 MW han finalizado su vida útil regulada. Es necesaria una medida de transición que permita a las plantas que han agotado su vida útil regulatoria mantener su operación competitiva hasta realizar las inversiones en las subastas y poder concurrir a éstas en las mismas en condiciones de operación e igualdad”, sintetiza.
“Se acerca el momento de poder volver a invertir en cogeneración, un nuevo ciclo inversor para impulsar nuestra competitividad, descarbonización y digitalización industrial que aprovecharán más de 200 industrias y que movilizará 800 millones de euros de inversión solo en cogeneración”, remarca. Estas inversiones serán tractor para fijar la producción industrial en España y lograr mayores inversiones en capacidades productivas industriales. Además, fomentarán la inversión en otras tecnologías y multienergías de flexibilización y descarbonización en las industrias.
Par Rodríguez, la cogeneración sigue siendo el pilar de las industrias calorintensivas para acometer con éxito una transición energética sostenible y competitiva.
AECIM
Los sectores agrupados en la Asociación de Empresas del Metal de Madrid (AECIM) han experimentado un año lleno de contrastes. Mientras que el área de instalaciones ha logrado mantener una actividad estable, la industria ha registrado un notable retroceso, especialmente en la segunda mitad del año. Como resultado, 2024 se ha perfilado como un año más desfavorable en comparación con 2023. Entre los sectores más perjudicados destacan el mecanizado y la industria del automóvil.
Con vistas a 2025, las empresas del sector identifican varios desafíos críticos que amenazan su competitividad. Entre ellos, destacan la proliferación de normativa excesiva mediante decretos ley, el incremento de los costes laborales, que han aumentado un 20% en los últimos años, la escasez de trabajadores cualificados para cubrir los puestos de trabajo y el creciente absentismo laboral, un problema que, hasta el momento, carece de soluciones efectivas a corto plazo.
AEGE
Las expectativas para el 2025 se presentan con una elevada incertidumbre por el nuevo incremento en el precio del gas natural que se traslada al precio eléctrico. Eso piensa Pedro González, director general de AEGE, la Asociación de Empresas con gran consumo de energía.
“En las últimas semanas hemos asistido a precios máximos del gas natural, con una elevada volatilidad, por lo que retomamos la senda negativa de precios que se traduce en menor capacidad para competir en los mercados internacionales en los que opera la industria electrointensiva. Por tanto, afrontamos el próximo año con prudencia y esperamos que se adopten las medidas necesarias para mitigar estos impactos”, asegura.
“Por ello, la ampliación en las compensaciones por CO2 indirecto anunciada por el ministro de Industria supone un alivio para mitigar esta subida de precios. A esta medida esperamos que la acompañen otras, como la prórroga en la exención del 80% del pago de los peajes, que inciden en la importancia que tiene para la industria electrointensiva el disponer de una factura eléctrica con las mismas condiciones que se aplican en los países más industrializados de nuestro entorno”, declara.
“Se trata, en definitiva, de evolucionar progresivamente hacia un marco normativo que promueva la competitividad y la estabilidad en la factura eléctrica que paga el consumidor electrointensivo. Sólo así seremos capaces de encarar el 2025 con garantías de mejora en nuestra actividad”, enfatiza el director general de AEGE.
AIMPLAS
Para el director de negocio del Instituto Tecnológico del Plástco (AIMPLAS), Sergio Giménez, el año 2025 va a seguir marcado por dos hitos relevantes en Europa: la reducción de la producción de plásticos y la reducción del uso del reciclado.
A pesar de que la producción mundial de plásticos ha aumentado un 3.4%, la situación en Europa ha sido muy distinta con un descenso importante en 2023, en concreto un 8.4% pasando de 58,7 millones de toneladas a 54 millones de toneladas, según el último informe de Plastics Europe.
“El foco además se pone en Alemania, motor tradicional del sector del plástico en Europa, que ha reducido su producción un 12% perdiendo también cuota de mercado, porcentaje similar al que ha registrado España. En 2024, aunque no se dispone de cifras, esta situación parece que no ha mejorado y hay que prestar atención a la evolución en el próximo año que puede ser clave para conocer si habrá una crisis mayor”, incide Giménez.
La reducción es un aspecto previsible, por un lado, por la mayor circularidad de los plásticos en aspectos como el ecodiseño, la reutilización o la reparación, pero, sobre todo, por las campañas de sustitución de plásticos por otros materiales, aunque en muchas ocasiones no sean una alternativa mejor a nivel medio ambiental, afirma el responsable de AIMPLAS a industry TALKS.
Por otra parte, y por primera vez en Europa, el uso de plástico reciclado se ha visto reducido pasando de 7,7 millones de toneladas en 2023 a 7,1 millones de toneladas en 2024 y poniendo en riesgo el cumplimiento de alcanzar los 10 millones en 2025 tal y como propuso la Circular Plastic Alliance. Esto en parte es debido al incremento de precios y la menor disponibilidad de las materias primas vírgenes que en 2022 provocó un aumento del consumo de reciclado. Y que, por lo tanto, no correspondió a un efecto de circularidad sino simplemente una situación de mercado temporal. Este cambio de tendencia hace más fuerte la necesidad de incrementar los objetivos de contenido en reciclado de los productos para avanzar hacia una economía circular eficiente.
En cuanto a las tendencias de este sector, el año que viene será un punto de inflexión en algunos aspectos que vendrán marcados por la legislación como:
– El greenwashing. Con las nuevas directivas habrá un mayor control de la información medioambiental y de la forma de demostrar estas afirmaciones, lo que beneficiará a los materiales plásticos en muchas aplicaciones.
– El Pasaporte Digital de Producto. Es uno de los grandes avances en el diseño sostenible, ya que permitirá aumentar la transparencia al consumidor sobre los componentes y materiales utilizados, informando de la seguridad y sostenibilidad de los productos que contienen. No obstante, para la industria su implementación será todo un reto y puede afectar a los costes de producción.
– La reutilización. Es sin duda el mercado de mayor exploración que tienen los plásticos. Los plásticos pueden ser reutilizables y formar parte de modelos de negocio de mayor valor añadido. No hay una expectativa de que la reutilización sea un boom en 2025, pero sí que avance y progrese adecuadamente.
– Los microplásticos. “De momento hay mucho ruido sobre ellos y poco demostrado. Hay que avanzar, conocer más sobre ellos y evaluar si son o no un riesgo para la salud. Por los plazos que requiere la investigación, 2025 puede ser un periodo insuficiente todavía para tener esta información”, dice Giménez.
– La seguridad y la salud. Según AIMPLAS, se avanzará en los procesos de reciclado para producir plásticos aptos para el contacto con alimentos, en el control de las NIAs (sustancias no añadidas intencionadamente) y diremos adiós al uso de sustancias preocupantes como, por ejemplo, los PFAs (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas).
ALIANZA POR LA COMPETITIVIDAD DE LA INDUSTRIA
“Desde la Alianza por la Competitividad de la Industria Española, observamos que 2025 será un año crucial para el futuro de la industria, no solo en España, sino también en Europa”, considera Carlos Reinoso, portavoz de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española.
“Nos enfrentamos a desafíos significativos que marcarán el rumbo de nuestra competitividad en un contexto global cada vez más complejo”, añade y enumera cinco principales desafíos:
1. Los retos de la competitividad: el coste energético como eje central
El elevado coste energético sigue siendo uno de los principales obstáculos para la industria. La transición hacia una energía más asequible y sostenible debe ser una prioridad estratégica, especialmente en un contexto en el que las empresas europeas compiten con rivales que operan bajo condiciones de coste energético mucho más favorables.
2. Inversiones masivas para liderar la transformación
2025 se perfila como un año de transformaciones profundas. La industria española y europea se encuentran en un momento crítico que requiere inversiones sustanciales en tres áreas clave: la descarbonización, la economía circular y la digitalización. El informe Draghi lo subraya: sin una financiación adecuada, estas transformaciones serán inalcanzables. Este esfuerzo no solo es esencial para cumplir con los objetivos de neutralidad climática de la UE para 2050, sino también para recuperar nuestra competitividad en mercados globales cada vez más exigentes.
3. La amenaza de una guerra comercial liderada por Estados Unidos
La nueva administración estadounidense ha anunciado medidas que refuerzan el proteccionismo, como el aumento de aranceles y estímulos fiscales agresivos para su industria nacional. Estas acciones podrían desencadenar una nueva guerra comercial que afecte a los flujos globales de inversión y comercio. Europa, además, enfrenta una presión añadida: mantener su compromiso con la neutralidad climática, una batalla que otras economías líderes han decidido esquivar.
4. Un impulso necesario a la financiación industrial
En este contexto, la clave para competir con éxito radica en el acceso a instrumentos de financiación efectivos, públicos y permanentes, tanto a escala europea como nacional. Estas herramientas deben fomentar la transformación industrial sin comprometer la igualdad de condiciones entre los Estados miembro. Los informes Letta y Draghi ya lo han advertido: una industria más resiliente, autónoma y competitiva pasa por garantizar los recursos necesarios para esta transición.
“En conclusión -subraya Reinoso-, 2025 será decisivo para sentar las bases de un modelo industrial que no solo permita a Europa y España competir en igualdad de condiciones, sino también liderar en innovación, sostenibilidad y eficiencia. Desde la Alianza por la Competitividad de la Industria Española, reiteramos nuestro compromiso con una agenda que priorice estas transformaciones y que asegure el futuro de nuestra industria en un escenario global en constante cambio”.
COIIM
Para el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid (COIIM), uno de los temas bandera del año entrante es la aprobación de la nueva Ley de Industria.
“La Ley de Industria introduce elementos clave para impulsar la competitividad y transformación de la industria española, con impacto directo en la economía. Una de las principales novedades es la inclusión del concepto de autonomía estratégica, que refuerza las cadenas de valor esenciales para España como vía hacia la soberanía tecnológica”, explica José Luis Prieto Calviño, vocal de la Comisión de Industria del Colegio.
“Además, apuesta por una gobernanza compartida, integrando a agentes del sector industrial comprometidos con la promoción de la industria, la tecnología y la innovación. Este modelo busca que estos actores participen activamente en la definición de estrategias, planes y programas, así como en su posterior implementación, asegurando un enfoque más efectivo y alineado con los desafíos actuales”, añade.
CONFEDERACIÓN MODAESPAÑA
El sector textil y de la moda, uno de los pilares económicos fundamentales en España, afronta un 2025 cargado de retos, pero también de oportunidades. Con una aportación al PIB del 2,9%, 131.487 empleos directos y más de 17.000 empresas en activo, esta industria se enfrenta a un periodo de transformación que, según Carmen Torres, secretaria general de Confederación ModaEspaña, será determinante para su futuro.
Los datos hablan por sí solos, la moda española representa el 8,2% de las exportaciones nacionales, con un valor de 22.346 millones de euros. “La relevancia de nuestro sector, en este sentido, es también innegable, por lo que es prioritario continuar impulsándolo, y acercar las modificaciones de la regulación aduanera, a las empresas”, afirma.
Torres señala que para 2025 se espera un crecimiento moderado, pero también una ralentización en el consumo, una tendencia a la calidad frente a la cantidad. “No podemos obviar que nos encontramos en un momento clave, la normativa europea acelera el proceso de transformación integral hacia la sostenibilidad, algo que, aunque desafiante, representa una enorme oportunidad, donde la colaboración público-privada jugará un papel clave”, indica. También entran en consideración la situación geopolítica global y las crisis bélicas, susceptibles de afectar las perspectivas de crecimiento.
“La sostenibilidad financiera y medioambiental entendida en todos sus aspectos, desde la adaptación de los procesos de producción hasta en la gestión eficiente de residuos, no es solo un deber moral, es una exigencia y una oportunidad para diferenciar nuestra marca y atraer a un consumidor cada vez más exigente”, sentencia Torres. La moda ética y consciente gana peso, pero la realidad financiera de los compradores no siempre permite que estos productos lleguen al cliente final, especialmente en el caso de los millennials y la generación Z, por lo que la búsqueda del equilibrio marcará ese valor diferencial”, subraya.
En este contexto, proyectos como el acompañamiento a empresas en su transformación circular o la implementación del Pasaporte Digital, entre otras iniciativas, permitirán dotar al sector de herramientas que garanticen la trazabilidad y el cumplimiento de estas normativas europeas. Así mismo, detalla Torres, la recogida selectiva de residuos textiles y la puesta en marcha de los scraps (sistema colectivo) y los siraps (individual), dos serán determinantes en este 2025 a punto de arrancar.
La digitalización es otro de los pilares que marcarán el rumbo de la industria, imprescindible para la expansión a otros mercados internacionales y el consiguiente aumento de la competitividad. Un claro ejemplo de ello es el crecimiento exponencial del comercio electrónico, que concentra ya el 25% de la facturación del sector, según el último estudio de Kantar sobre el Comportamiento del Consumidor, encargado por ModaEspaña.
“La venta online ha llegado para quedarse, y es crucial que las empresas del sector, independientemente de su tamaño, se adapten rápidamente a esta nueva realidad”, subraya Carmen Torres. Además, la innovación en materiales, productos y procesos jugará un papel fundamental.
A pesar de los avances, el sector textil y de la moda enfrenta también retos importantes en el ámbito social. Con más de 130.000 empleos directos, el envejecimiento de la fuerza laboral y la falta de relevo generacional son problemas que deben abordarse con urgencia. “La formación y la creación de un entorno laboral atractivo para los jóvenes forman parte de nuestros objetivos para garantizar el futuro de nuestra industria”, asegura Torres. “Tenemos que mostrar a las nuevas generaciones que la moda es un sector con futuro, dinámico y lleno de posibilidades para atraer el talento. Políticas empresariales como la Debida Diligencia o el Compliance también jugarán un papel esencial en este año”.
Por otro lado, hay que tener en cuenta el tamaño reducido de la mayoría de las empresas del sector, muchas de ellas pymes, lo que dificulta su capacidad de crecimiento, por lo que una propuesta de colaboración y coordinación activa entre empresas para unificar distintos servicios es aconsejable para disminuir costes y poder así ofrecer un mejor servicio.
Pese a todo, Carmen Torres se muestra optimista sobre el futuro del sector: “La moda española es sinónimo de calidad, creatividad y capacidad de adaptación”. Los productos fabricados en España inspiran confianza al 43% de los consumidores y el 41% prefiere comprar prendas Made in Spain. Por lo que se revela como un aspecto cada vez más apreciado y una ventaja competitiva tanto en el mercado nacional como internacional. “Si trabajamos unidos, podemos lograr que siga siendo un referente internacional y un motor clave para nuestra economía” concluye la secretaria general de la Confederación ModaEspaña.
EURECAT
De acuerdo con el centro tecnológico Eurecat, el diseño y fabricación de chips específicos para sectores clave de la economía es una de las tendencias tecnológicas que marcarán el 2025, junto con la inteligencia artificial generativa, que seguirá siendo un campo en expansión el próximo año, con aplicaciones disruptivas y mayor integración con tecnologías como la robótica o la computación cuántica.
En 2025 destacará también la denominada fermentación de precisión, especialmente en los ámbitos agroalimentarios, de la biomedicina y medioambiental, mientras que en el área de la sostenibilidad se espera un auge de tecnologías para proteger, conservar y potenciar el capital natural, a partir de soluciones relacionadas con la inteligencia artificial, el blockchain, las imágenes por satélite o el desarrollo de nuevos sensores.
El equipo científico del centro tecnológico Eurecat apunta al ecosistema empresarial y de innovación los ejes en los que pueden surgir oportunidades para anticiparse y ser diferencial, en un contexto con dos grandes retos tecnológicos en 2025, como la Ley Europea de Chips (European Chips Act), que busca reforzar la competitividad y la resiliencia del continente en este sector crítico, clave para las transiciones digital y verde; así como la entrada en vigor de la regulación europea de la inteligencia artificial (IA Act), una normativa que obligará a certificar los sistemas de IA que se comercialicen en Europa.
ENVERA
El impulso a la sostenibilidad y la resiliencia empresarial serán claves en 2025, como recalca la empresa Envera y recogen los principales informes de tendencias ESG en el marco global. Los principios ambientales, sociales y de gobernanza son ya catalizadores críticos del crecimiento, la gestión de riegos y la apuesta y confianza de los stakeholders o partes interesadas de las compañías.
Sin ninguna duda, y a pesar del cuestionamiento que desde algunos sectores de la política, de las propias empresas, la inversión y hasta la financiación se ha puesto sobre la mesa aduciendo merma en la competitividad, las compañías que aspiran a la senda de la prosperidad a lo largo de los próximos doce meses tendrán que posicionar su orientación a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático y protección del medio ambiente, la responsabilidad social y la gestión legal, ética y transparente. Seguir los principios de sostenibilidad ya no es una opción, es un imperativo estratégico.
2025 será crucial para que las empresas integren los principios ESG (medioambiental, social y de gobernanza) en sus operaciones principales; unos criterios que verán simplificado su cumplimiento y su plasmación en informes armonizados gracias a los estándares globales liderados por organizaciones como la Junta de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB), lo que va a posibilitar que las compañías que operan a nivel mundial puedan optimizar esfuerzos de cumplimiento y ofrecer información sólida, contrastable y comparable.
En este sentido, regulaciones como la Directiva de diligencia debida en materia de sostenibilidad corporativa (CSDDD) de la UE van a obligar a las corporaciones a asumir la responsabilidad de los criterios ESG en sus cadenas de suministro, el talón de Aquiles de la mayoría, donde ya no serán negociables prácticas no alineadas con estos aspectos. Y dentro de esta cuantificación exigible, vamos a ver cómo el próximo año crece la importancia de las métricas sociales (diversidad, equidad, inclusión y bienestar de los trabajadores), un control que contribuirá a desenmascarar los lavados de imagen verdes y sociales, prácticas altamente peligrosas para la reputación empresarial, y frente a las que, además, se están introduciendo más reglas punitivas. Más verdes, más sociales y transparentes para ser más resistentes ante la niebla de la incertidumbre geopolítica y económica que envuelve los mercados donde operan las empresas.