Madre de tres hijas, con dos carreras y un Doctorado por el King ‘s College de Londres, Hierro confesó que tuvo suerte de tener un jefe que creyera en ella cuando estaba en plena promoción. “Es importante tener un mentor que te guíe en tus pasos”, señaló.
Para conciliar trabajo y familia, tuvo que estar seis meses moviéndose continuamente entre Bruselas y Madrid y teletrabajando algunos días en casa. “Entonces eso no era habitual”, recordó.
A nadie le regalan nada; la constancia es el desarrollo de la carrera profesional, subrayó en su parlamento, remarcando que es especialmente difícil encontrar directivos mujeres, aunque el sector farmacéutico ofrezca más oportunidades al sexo femenino.
Recomendó con insistencia vivir una temporada en el extranjero pues abre la mente a otros mundos, uno se expone a otras culturas y sociedades y puede suponer una experiencia enriquecedora, como fue su caso particular.
“Eso transmito a mis equipos en España y Portugal”, declaró.
Finalmente, Hierro lanzó dos tips a la audiencia. El primero es salir de la zona de confort y coger otras experiencias; la segunda recomendación radica en ser íntegra, coherente con los propios principios éticos. Así, ella misma tuvo “la osadía” de plantear un problema de malas prácticas en su empresa y su director general la apoyó.
“El éxito no se mide por la posición a la que uno llega”, resumió la ponente, quien aconsejó que uno dé lo mejor de sí mismo de acuerdo con sus capacidades y valores.