Después de remarcar que el sector secundario es motor de la economía, un elemento fundamental para el desarrollo de la sociedad y la generación de empleo de calidad, la ponente subrayó que la industria y la energía van unidas en un “simbiosis histórica”.
Pérez-Feito mencionó que las cuatro condiciones fundamentales de la energía para mantener la competitividad industrial son: la eficiencia, la asequibilidad, la sostenibilidad y la garantía de suministro.
“No se puede obviar la transición ecológica. El cambio climático va a seguir y a crecer. Es un hecho”, dijo la nueva iTALKER aludiendo a razones normativas y de autonomía energética. De hecho, recordó que el Parlamento Europeo ha aprobado una Directiva sobre fuentes de energía renovables que aumenta la cuota en el consumo final en toda la Unión Europea al 42,5% para 2030. En España esa cuota de energías renovables se sitúa en el 25%.
El desafío consiste, dijo, en armonizar industria, energía y transición ecológica. ¿Cómo? Mediante una regulación clara, la simplificación de los trámites burocráticos, la implicación del territorio y la apuesta decidida por las renovables, teniendo en cuenta las tecnologías puente y fortaleciendo los sistemas de almacenamiento energético.