Una de las ciudades que está llevando a cabo una optimización de los residuos que generan es Guijuelo, en Salamanca. La biofactoría que se encuentra en este municipio emplea el agua residual, así como distintos componentes útiles para la generación de energía para la industria, según explica Alberto Justel, project manager de Aqualia. La depuradora que gestionan tiene la capacidad de extraer ciertos sustratos, gracias a la alianza entre los mataderos, el Ayuntamiento, la Junta y todos los sectores que operan en esta cadena.
En cuanto a movilidad, uno de los sistemas considerados como sostenible es el vehículo eléctrico. Desde Mapfre en Ávila se preguntaban cómo reciclar estos vehículos, explica Enrique Zapico, director del mobility lab de Cesvimap, los cuales llegaban a su planta por haber sufrido un accidente, dejándolos siniestros. En Ávila disponen de un centro de I+D donde reciben vehículos que llegan “al final de su vida útil” puesto que no pueden ser reparados. Reciclar “piezas de vehículos térmicos” les supone “más fácil” en comparación con el reciclaje de los componentes de vehículos eléctricos puesto que, de estos últimos asegura que “no hay demanda para la reutilización”. Desde el instituto de I+D se plantearon qué hacer con los restos puesto que “no son viejos sino están siniestros”. Según explica Zapico, buscaron otros usos de productos como baterías eléctricas “fuera de la automoción” dándole así “un segundo ciclo de vida” por ejemplo “para recarga del vehículo eléctrico” o al “almacenamiento de energía en las plantas”.
En cuanto a la tecnología también trata de dar soluciones que fomenten la economía circular, ya que las empresas que abarcan esta área tecnológica nacen “desde la industria y para apoyar a la industria en esta transición” establece Daniel de la Torre, director de circularidad de Exxita. Este modelo que busca una eficiencia en los procesos de producción supone para ellos una oportunidad, indica, ya que surgen proyectos como el gemelo digital. Como consecuencia de la legislación y las distintas medidas que aplica la Unión Europea, proponen un gemelo digital que “incorpore datos técnicos del producto y de su sostenibilidad” son lo que denomina “pasaporte digital para la circularidad y sostenibilidad”.
Por último, la industria textil también “esta haciendo muchos esfuerzos en ser más eficientes”, asegura Claudia Hosta, directora de circularidad de Mango. Estas se centran en “materias primas”, con el objetivo de que “el 100% de las fibras sean de menor impacto”, ya que la circularidad “es un papel clave en toda la cadena de valor” ya sea en la gestión, en proyectos, así como en el diseño de los productos.
En este último punto, Hosta asegura que sus diseñadores abordan el proceso creativo teniendo en consideración “el final de la vida útil de la prenda”, donde “además de bonita, sea con menor impacto, pensando en su final de vida”.