Casla diseña programas concretos para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Adapta los planes a cada necesidad, a cada persona. Su máxima es que el deporte es un tratamiento más contra el cáncer. “El ejercicio físico ayuda a reducir los efectos secundarios oncológicos”, explica a su ponencia enmarcada en el duodécimo ciclo mensual de Conferencias iTALKS.
La especialista, quien también colabora con la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), subrayó que sólo el 30% de los pacientes hace ejercicio físico, y eso se debe a la falta de información, pero sobre todo al cansancio o la fatiga, factores claramente limitantes asociados a la enfermedad. De ahí que sea tan importante abrir canales de información con hospitales y personal clínico para animar a la práctica de estas actividades.
Como subrayó Soraya Casla en otro momento de su alocución ante la audiencia del diario industry TALKS, “no todo el ejercicio físico es bueno” y este debe dosificarse y adaptarse a las condiciones de cada mujer para que no sea contraproducente y por tanto perjudicial.