Bernardo Velázquez, presidente de UNESID, inició su intervención refiriéndose a la situación internacional, condenando la crisis humanitaria que sufre Ucrania desde hace meses debido a la invasión rusa y lamentando las terribles consecuencias sobre ese país y su población.
En cuanto a la actividad sectorial, el presidente destacó la recuperación vivida por la industria siderúrgica durante la mayor parte del ejercicio 2021, que en el último trimestre del año chocó contra la subida del precio de la electricidad. En octubre pasado, el sector se enfrentó a un coste eléctrico que rozó los 200 euros por MWH de media mensual y desde ahí se ha mantenido entre los 187 euros de mayo y los 283 euros de marzo.
Asimismo, la industria siderúrgica es un sector altamente electrointensivo que no puede sostenerse cargando con costes energéticos de esta magnitud. Este encarecimiento ha sido consecuencia de la escalada de los precios del gas y de un inadecuado diseño del sistema de fijación de precios. Al ser un mercado regulado, el Gobierno ha puesto en marcha distintas medidas y la última de ellas de topar el precio del gas para la electricidad aún no ha demostrado el efecto esperado.
Además, el presidente de UNESID señaló el hecho de que la energía, la transición ecológica y el medioambiente están detrás de una profusión de regulaciones generadas en el último año; unas provienen del ámbito comunitario (paquete “Fit for 55” con 14 propuestas; Directiva sobre Diligencia Debida en Sostenibilidad Corporativa, Directiva de Emisiones industriales, …), y otras son nacionales, como los diferentes RDL para paliar los efectos de la guerra o controlar el precio de la energía.
Del mismo modo, el presidente comentó las dificultades que atraviesan las industrias asociadas en todo lo relacionado con el transporte de productos o aprovisionamientos. Desde la pandemia, la situación en la logística no ha logrado recuperar la normalidad. La necesidad de utilizar el ferrocarril es cada vez mayor y, como en muchos casos es multimodal, se justifica también la búsqueda de mayor eficiencia para el transporte por carretera.
Por su parte, en 2021 el sector logró recuperar la producción de acero, aumentando la cifra en un 28% hasta 14,2 millones de toneladas, impulsada por la recuperación de los sectores consumidores, sobre todo de la construcción y de los bienes de equipo, mientras que la automoción, afectada seriamente por la crisis de suministro de semiconductores, redujo su demanda de productos siderúrgicos. El año pasado el consumo aparente fue de 13,1 millones de toneladas.
En lo relativo a la industria siderúrgica española recicló en sus hornos, en 2021, casi un 22% más que en el ejercicio precedente, alcanzando los 11,1 millones de toneladas de chatarra convertidas en nuevos aceros. En cuanto a la seguridad en las plantas, pese a los altos niveles de actividad, se ha reducido el índice de frecuencia en 2 puntos, quedando en 15,5.
Finalmente, mejoran los datos de empleo de mujeres, representadas en un 16% de los puestos directivos y un 23% de los puestos que requieren titulaciones STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas).
