UGT considera, por tanto, que patronales, empresas y agentes públicos deben implicarse, a través del diálogo social, en la lucha por cortar de raíz esta tendencia. Entre todos los actores implicados, señala el sindicato en un comunicado, se debe sustituir esta modernización abusiva y generadora de pobreza, precariedad y conflictividad social y laboral por una transformación del tejido productivo inclusiva y que favorezca el reparto de la riqueza.
En este sentido, la organización sindical advierte que las millonarias ayudas europeas a la recuperación destinadas a la partida digital “no pueden, bajo ningún concepto, fomentar la sustitución de las personas por máquinas, como ha pasado en los sectores de la industria, la banca y las telecomunicaciones”. Por ello, exige al Gobierno y a las patronales que los fondos que están empezando a llegar desde Bruselas se vinculen a compromisos de mantenimiento del empleo y de recualificación digital. Esto fomentará la estabilidad laboral de las personas trabajadoras, así como su empleabilidad.
Solo así, subraya UGT, “podremos escapar de modelos destructivos y generadores de desigualdades como el de la industria manufacturera, que en los últimos 20 años incrementó su parque de robots un 235%, pero cuyas tasas de empleo cayeron un 18,8%”. Lo mismo ocurrió en el sector bancario, puesto que, mientras que el número de transacciones electrónicas y el uso de la banca digital crecieron un 375% y un 35,5% (respectivamente), el empleo decayó un 18%, sin contar los ERE de 2019 y 2020.
Finalmente, las telecos también sufrieron un impacto sumamente profundo con la irrupción prácticamente universal de la fibra óptica. Al no necesitar una mano de obra tan intensiva, al tener una capacidad de operativa en remoto mucho más alta y al sufrir procesos de automatización de gran calado, se produjo una bajada en el empleo del 30% en la última década, un descenso que contrasta con el incremento de los accesos por fibra, que se dispararon un 6.500% en el mismo período.