TRIBUNA

Ley europea de Restauración de la Naturaleza: conjugar la reparación de ecosistemas y el desarrollo industrial

Redacción

Albert Concepción
Director del Foro Industria y Energía

La legislatura europea está dando sus últimos coletazos antes de que el próximo mes de junio se inicie una nueva etapa en la Unión, en la que todo apunta a que la transición energética volverá a ser uno de los ejes transversales de su política.

El gran aprendizaje de estos cinco años, marcados por la pandemia y la invasión rusa de Ucrania, ha sido que la UE debe avanzar en autonomía si quiere seguir liderando la lucha contra el cambio climático, apostando por modelos de producción sostenibles y reforzando al mismo tiempo su soberanía estratégica en sectores esenciales como la energía y la industria.

Desde el punto de vista normativo, esta filosofía se ha visto reflejada en el New Green Deal o Pacto Verde Europeo y, más recientemente, en la Ley de Restauración de la Naturaleza, que enfila su último trámite para que Europa pase de proteger y conservar la naturaleza a repararla sin lastrar por ello el desarrollo industrial.

El respaldo la pasada semana del Parlamento Europeo a este texto legislativo llega después de una convulsa tramitación, que se ha visto impactada por las protestas de los agricultores en toda Europa y la oposición de los partidos conservadores y de extrema derecha a las principales medidas de la agenda verde.

Según la nueva ley, los Estados miembro tendrán que restaurar al menos el 30 % de los hábitats (desde bosques, pastizales y humedales hasta ríos, lagos y lechos coralinos) para que pasen de un estado deficiente a bueno para 2030; el 60 % en 2040 y el 90 % en 2050. Además, la ley obligará a reparar al menos el 20 % de los ecosistemas terrestres y marinos degradados de la UE de aquí al 2030 y todos ellos para el 2050.

El enfoque energético

Desde el punto de vista energético, ya la primera propuesta de Ley de Restauración que planteó la Comisión Europea declaró a las renovables como un bien de interés superior a efecto de las exenciones al cumplimiento de las limitaciones de esta ley, la cual señala que la restauración de la biodiversidad debe tener en cuenta el despliegue de las energías renovables y viceversa.

Este reconocimiento de las renovables como bien de interés superior puede significar un impulso al desarrollo de proyectos en Europa, facilitando su tramitación. La consideración afecta a las instalaciones para la producción de energía a partir de fuentes renovables, su conexión a la red y la propia red y los activos de almacenamiento conexos.

Compatibilizar del despliegue de las renovables con los objetivos de Restauración de la Naturaleza marcados en el texto es especialmente reseñable para el sector energético español, habida cuenta de que España es líder de la UE como el país con mayor superficie de espacios naturales protegidos, con más de un 27 % de su superficie terrestre, casi el doble de lo que aporta el siguiente, Francia.

La ley puede permitir así el desarrollo industrial de regiones limitadas hasta ahora por figuras de protección como la Red Natura 2000, Geoparques, zonas ZEPA o áreas marinas protegidas, donde podrán desplegarse las instalaciones renovables necesarias para la electrificación industrial.

Dificultades para su aprobación

El cisma político que ha dividido en dos bloques al Parlamento y a la sociedad europea, ha forzado a la Comisión a tratar de adelantar lo más posible la ratificación de esta ley en el Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la UE, una vez superado el trámite del Parlamento Europeo para distanciarlo de la cita electoral del próximo mes junio.

Aun así, el malestar de un sector primario levantado en armas desde hace más de un mes contra esta ley ha hecho que varios países miembros trabajen en una minoría de bloqueo, que podría dar al traste con esta primera Ley de Restauración de la Naturaleza de la Historia, ya que Polonia, Suecia, Finlandia, Italia y Países Bajos podrían votar en contra, mientras que Alemania y Bélgica se abstendrían.

La votación podría llevarse a cabo en la primera quincena de abril, bien en la reunión de Embajadores permanentes en el Comité de Representantes Permanentes de la Unión Europea (COREPER) del 12 de abril o en el Consejo de Ministros de Medio Ambiente previsto para el 15 de abril. Pronto sabremos si se aprobará la Ley, que supondría un espaldarazo a los proyectos de renovables en toda la geografía española y europea, dotando de seguridad jurídica a estos desarrollos, algo fundamental para seguir avanzando en el proceso de descarbonización de la industria.

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