TRIBUNA

La ingeniería naval: un aliado decisivo para el desarrollo de la eólica marina en España

Redacción

Pilar Tejo Mora-Granados
Decana del COIN

La eólica marina está viviendo un otoño dulce, con dos hitos recientes de enorme trascendencia para el futuro de la energía de origen marino en nuestro país: la aprobación del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030, que eleva sus ambiciones para avanzar en la transición energética y la descarbonización, y en concreto establece el objetivo de 3 GW de eólica marina en 2030; y la aprobación en Consejo de Ministros del Real Decreto que regula la producción de energía eléctrica a partir de fuentes renovables en instalaciones ubicadas en el mar.

Ambos documentos suponen un importante impulso para el desarrollo de la eólica marina en España, cuya relevancia estriba en el gran potencial de este sector desde el punto de vista no solo energético, sino también económico y especialmente industrial, dado que el 100% de la cadena de valor del sector eólico se ubica en nuestro país y por tanto, su desarrollo es garantía de generación de riqueza, empleo cualificado y avance tecnológico.

España ostenta ya una posición de liderazgo en el sector de la eólica a nivel internacional: somos el 5º país más exportador a nivel mundial y el 6º en cuanto al desarrollo de patentes. Y somos también líderes en I+D+i y en desarrollo tecnológico de eólica marina, pues contamos con el mayor número de patentes de plataformas flotantes en la actualidad.

El hecho de que en España apenas haya plataforma continental, y que se alcancen profundidades importantes a muy poca distancia de la costa es la explicación del por qué un país como el nuestro, que es una potencia en cuanto a energía eólica terrestre instalada, no haya desarrollado hasta ahora la energía eólica marina, a diferencia de otros como puede ser el Reino Unido con una gran plataforma continental y que, en consecuencia, lleva años implantando parques eólicos con estructuras que se asientan y se fijan al fondo marino. En nuestro caso la única posibilidad, debido a esas profundidades, es la eólica flotante.

España es ya un agente más que destacado en la eólica marina en otros ámbitos geográficos, por lo que la generación de un mercado nacional vendrá a reforzar e impulsar sus capacidades y su competitividad. Sin duda, esta es una gran oportunidad de ser un referente internacionalen el impulso tecnológico de la eólica marina, especialmente de la tecnología flotante.

Pero es imprescindible una rama de conocimiento técnico, experto y excelente que sustente todo este desarrollo: la Ingeniería Naval, que está presente y hace realidad el despliegue de todo el potencial de la eólica marina gracias a sus conocimientos sobre hidrodinámica y su experiencia en gestión de operaciones en ambientes marítimos complejos, entre otros aspectos. Los ingenieros navales somos los únicos profesionales legalmente competentes para asegurar que las plataformas sean diseñadas, construidas y mantenidas de manera efectiva, segura y sin perjuicios para el medio ambiente marino. En efecto, el vigente ordenamiento jurídico atribuye en exclusiva a la profesión de Ingeniero Naval y Oceánico la capacidad legal y los conocimientos técnicos suficientes para concebir y diseñar el proyecto global de plataformas fijas destinadas al aprovechamiento de energías renovables marinas, dirigir su construcción y supervisar su operación.

Los ingenieros navales garantizan que las normativas de seguridad marítima y de construcción sean adecuadamente aplicadas en el diseño y construcción de las plataformas flotantes utilizadas en la eólica marina, así como la obtención de las correspondientes certificaciones que aseguren el cumplimiento de las normas de estabilidad, resistencia estructural y seguridad, y de la reglamentación medioambiental relativa a emisiones y vertidos de contaminantes al agua y al aire. Además, tanto la instalación, como el mantenimiento y reparación de las estructuras flotantes de los parques eólicos, durante su vida útil, en entornos marinos dinámicos y a menudo adversos, comporta una serie de desafíos logísticos y operativos, que requieren asimismo la intervención de los ingenieros navales que, además de garantizar que se mantengan las condiciones de seguridad y sus certificaciones, proporcionan adicionalmente los buques y embarcaciones especializadas para todas las operaciones. A día de hoy, ya, la ingeniería y la industria navales españolas vienen diversificando su actividad hacia la construcción de estructuras marinas y buques de apoyo a los parques eólicos marinos.

Para concluir, la energía eólica marina no solo representa una importante oportunidad para transformar el panorama energético y avanzar hacia la descarbonización, sino que la inversión en esta tecnología impulsa la innovación tecnológica, el desarrollo industrial, y la generación de empleo de calidad. Y la ingeniería naval es un componente esencial de este proceso, para superar los desafíos técnicos y logísticos que representa la instalación y operación de estos parques eólicos marinos.

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