El informe “La contribución de la digitalización en la sostenibilidad del sector automoción”, elaborado por Afi, indica que la reducción de emisiones no está reñida con la productividad y el valor añadido.
Con el objetivo de la descarbonización en la agenda, el sector de la automoción ha realizado un importante esfuerzo por rebajar la intensidad emisora de CO2, mejorar la intensidad energética y optar por nuevas fuentes de consumo. Los dos primeros indicadores relacionan las emisiones y el consumo energético por cada euro de valor añadido generado, lo que facilita realizar una comparación temporal de cuál ha sido su evolución.
¿Es posible aumentar la productividad y disminuir emisiones y consumo de energía?
Entre 2008 y 2021 (último dato disponible), la automoción ha reducido un 20% sus emisiones de CO2. Son 4 puntos porcentuales por encima de la media de la industria en España. Además, por cada millón de euros de valor añadido, el sector ha emitido 10 veces menos dióxido de carbono que toda la industria española en su conjunto.
Desde 2008, la evolución de la productividad del sector en relación con sus emisiones de carbono demuestra que es posible impulsar el crecimiento de la actividad económica y al mismo tiempo alcanzar objetivos sostenibles.
El estudio recoge los resultados de las iniciativas que el sector ha puesto en marcha desde 2008. En 2013 la industria del automóvil generó aproximadamente el mismo valor añadido que en 2008, pero con un 11% menos de emisiones. En 2015 alcanza el mismo nivel de productividad, pero ya con un 34% menos de emisiones. En los años 2011, 2013, 2014 y 2017 el sector de la automoción creció de forma interanual al tiempo que disminuían sus emisiones absolutas de carbono.
Otro aspecto analizado es la relación entre la economía y la intensidad energética (kilotoneladas de petróleo consumidas por cada millón de euros de valor añadido). Desde 2008 hasta 2021, el sector de la automoción consumió un 12% menos de petróleo, 9 puntos porcentuales de mejora respecto a la media del resto de la industria en nuestro país. En el año 2021 se observa que la intensidad energética es tres veces menor a la media del sector industrial.
El ejemplo más claro de la relación entre consumo energético y valor añadido se produce en 2015, cuando, para el mismo nivel de producción de 2008, la intensidad energética fue un 37% menor.
Esta evolución solo ha sido posible gracias al crecimiento de los procesos digitales en un sector que se mantiene en la vanguardia. El uso de la robotización, la automatización de procesos o la monitorización de la eficiencia energética están en el core de la industria del automóvil.
El informe también plantea tres escenarios del impacto que tendría una mayor modernización en el objetivo de neutralidad de carbono y apunta a una cifra ideal: un aumento del 45% del stock digital (hardware, software, datos, redes, e infraestructuras digitales) facilitaría la neutralidad de carbono del sector automoción.
Escenarios a futuro para una mayor reducción de emisiones de CO2
Buscando escenarios realistas para plantear las perspectivas a futuro, el informe utiliza dos referencias:
- Por cada millón de euros de producción en la industria del automóvil se emiten 12 toneladas de CO2.
- El stock digital del sector experimenta un crecimiento anual constante de +1% desde hace dos décadas.
Con estos datos se establece el punto de partida para tres escenarios:
El sector de la automoción no está solo en este camino: son además esenciales las medidas de sostenibilidad puestas en marcha por los proveedores que conforman el stock digital, entre los que se encuentran las infraestructuras digitales (centros de datos y redes de comunicaciones) y el equipamiento tecnológico para el procesamiento y almacenamiento de la información. Por otra parte, cabe sumar las iniciativas sostenibles del resto de la cadena de valor para que todo el sector industrial del automóvil impulse su camino hacia la neutralidad de carbono.