Compañías que operan en áreas de producción diferentes como motores, nuevas tecnologías, energía, textil, hostelería o turismo han participado en esta jornada organizada por Club de Excelencia en Sostenibilidad, en colaboración con organizaciones como Madrid Foro Empresarial y Endesa. Los distintos ponentes han coincidido en una misma necesidad: colaboración.
Esta cooperación supone diferentes compromisos en función del sector. En el mundo de los motores donde opera Sandra Vidal, lead sustainability manager de ABB, supone “avanzar en un futuro con bajas emisiones de carbono”. A pesar de que todas las compañías buscan un “impacto positivo” tanto a nivel “ambiental como social”, asegura Edith Guedella Bustamante, responsable de sostenibilidad de negocio de construcción de Acciona, es “fundamental conocer los procesos de la industria para evaluar las mejores materias primas, así como una colaboración con los centros tecnológicos y universidades”. En cuanto a los agentes implicados Ana Rodes, senior sustainability manager de Recover fiber, afirma que en la producción textil la cooperación ha de hacerse desde “el gobierno, los actores de la cadena de valor, los consumidores y la marca final”.
Este evento ha tratado de dar visibilidad a cómo diferentes compañías tratan de ser más sostenibles a través de la economía circular que aplican en sus procesos productivos. Todo ello bajo un “compromiso con los objetivos de descarbonización”, según apuntaba María Malaxechevarría, directora general de Sostenibilidad de Endesa, con el fin de alcanzar una transición que “además de justa sea circular” mediante la gestión de residuos de “manera más eficiente y sostenible”.
Actualmente, la industria se encuentra en una situación donde “el cambio climático es una realidad”, establece Vidal, donde el principal motivo es “demasiado CO2” y el 45% de estas emisiones se deben al sector productivo. Para hacer frente a esta emisión, reduciendo este porcentaje, posiciona el “uso de material reciclado” como un método necesario, el cual tendrá como consecuencia la rebaja de un 30% de estas emisiones. En cuanto a la energía, Vidal resalta que el 40% de las emisiones se generan a través de la producción de energía eléctrica.
La compañía donde Vidal trabaja se centraliza en motores, un sector en el que “hay 300 millones” de unidades, una cifra que asegura que en 2040 se verá duplicada, por lo que hace hincapié en “ser capaces de cambiarlos por otros eficientes” reduciendo así el consumo de energía en un 10%, lo que a su vez verá influenciado la reducción de gases de efecto invernadero en un 40%. La eficiencia de estos consiste en disponer de un proceso “más sostenible” fabricando motores “más eficientes, modernos y retirando los obsoletos”, explica. Además, insiste en que estos son productos reciclables ya que “tanto el cobre como el acero pueden ser reutilizados”, lo que influye positivamente en sus clientes, indica, ya que estos retiran motores obsoletos, por unos nuevos, reduciendo así su CO2 y donde los antiguos vuelven a introducirse en la cadena de valor a través de empresas recicladoras.
Por tanto, la propuesta de Vidal consiste en “hablar para mejorar el beneficio ambiental de los clientes”. En 2021, a través de este modelo obtuvieron 119 toneladas de motores reciclados, lo que supone dejar de consumir un millón de metros cúbicos de agua, así como dejar de emitir las emisiones de más de 250 coches al año.
Impacto de las nuevas tecnologías
Las nuevas tecnologías también pueden ser una herramienta que ayuden en esta cadena de valor en línea con la economía circular, especialmente en la “contaminación y gestión de residuos, recursos hídricos, aprovechamiento energético, evaluación de riesgos”, señala Pablo Quesada Molina, CTQ y Co-fundador de AGFOREST, para lo que es fundamentar emplear “imágenes de satélite para obtener información”, “datos no visibles”, e información que asegura “podemos necesitar a nivel diario para evaluar de manera continua”, siendo “neutral e imparcial”.
Los envases, por excelencia los plásticos, destacan entre los productos reciclables ya que son “más eficientes” en comparación con otros materiales asegura Beatriz Herrera, reputación, relaciones institucionales y sostenibilidad de Mahou San Miguel. Reciclar estos envases supone “menos residuos, menos emisiones y menos impacto ambiental” siendo así “el modelo del futuro”, siendo esto un proceso “transversal” el cual consisten en “invertir en recursos” donde “todos los envases son 100% reciclables”, destacando, las latas cuyo material principal es el aluminio “un material infinitamente reciclable”. En cuanto a la producción de su producto expone que se trata de un proceso 100% elaborado con energía verde certificado, en el caso de Mahou San Miguel, donde “2 de cada 10 cervezas han sido realizadas a través de energía solar”.
Finalmente, otra de las cadenas de producción que se han abordado con perspectiva circular es la textil la cual, desde el año 2020 hasta ahora “compramos el doble de ropa, pero nos dura la mitad”, asegura Rodes. Otro de los datos aportados son las toneladas de ropa usadas al año, la cual establece que asciende a 7,5 millones de toneladas, de los cuales “la gran mayoría se va al vertedero o a la incineración” y tan sólo el 1% se recicla para volver a hacer ropa. Por ello, para una industria textil sostenible propone un proceso donde la ropa usada es recibida y a partir de esta se crea fibra para hacer otros productos textiles, aportando responsabilidad al proceso de producción, así como “optimizar el proceso”. Destaca también el ahorro de un kilo de recover, ahorrando materias como agua o energía.
