ENTREVISTA

Joan Batalla, Funseam: “Los plazos fijados por la Comisión Europea para descarbonizar la industria son bastante restrictivos”

En esta entrevista con industry TALKS, el director general de Funseam, Joan Batalla, aborda los grandes retos que plantea la descarbonización industrial a las empresas energéticas. Con el objetivo de alcanzar la economía circular. Batalla considera que la valorización de los residuos generados en el sector ganadero, especialmente los purines, representan un gran potencial pues pueden convertirse en un recurso muy valioso de gases renovables, en particular el biometano.

¿Qué es Funseam? ¿Qué actividades y proyectos promueven? ¿Cuáles son sus compromisos?

Funseam, la Fundación para la Sostenibilidad Energética y Medioambiental es una entidad relativamente joven; tenemos 12 años. Está vinculada al ámbito de la economía de la energía y enfocada al desarrollo de un modelo de crecimiento sostenible tanto en términos económicos y medioambientales como sociales. Detrás de la Fundación está un grupo de empresas energéticas: la Fundación Repsol, la Fundación ACS, Exolum, Naturgy, Fundación Cepsa, EDP Renovables, Redeia y Enagás que ostenta la presidencia. En cuanto a los compromisos tenemos cuatro. El primero es con la creación y la transferencia de conocimiento e investigación en el ámbito de la energía, con múltiples líneas de investigación y proyectos de generación eléctrica y temas de sostenibilidad. Un segundo compromiso es con la divulgación y la sensibilización. Creemos que es muy oportuno que ese conocimiento que se genera se transfiera mediante informes periódicos, por ejemplo, el último sobre economía circular, mediante los libros Funseam, donde recogemos las principales contribuciones que se hacen en los simposios anuales. Un tercer compromiso es con el análisis y el debate de rigor, muy oportuno en un contexto tan complejo como la energía y la sostenibilidad de la mano de los profesionales de los principales actores mediante un simposio anual. Y el cuatro con la formación, como no podía ser de otra manera y a través de la Universidad de Barcelona donde hemos creado una cátedra de Sostenibilidad Energética para la formación de profesionales, docentes y estudiantes.

¿Qué retos y qué oportunidades ofrece la economía circular a la industria? ¿Qué desafíos plantea la revalorización de los residuos?

El cambio de un modelo lineal a uno circular nos permite múltiples beneficios. Reduce costes y mejora la competitividad. El hecho de reutilizar, recuperar, reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible tiene, sin duda, un primer impacto en la competitividad industrial, pero no nos olvidemos que tiene otras ventajas. Permite la creación de la simbiosis industrial, las alianzas entre actores y agentes económicos. También facilita la seguridad en el suministro en un momento en que estamos viendo cómo las cadenas de suministro están en riesgo. Permite acceder a nuevas fuentes de financiación en mejores condiciones. Creemos que también es beneficioso en el desarrollo y la identificación de nuevas líneas de negocio en el mundo industrial. Son múltiples los beneficios, pero aún nos queda un largo recorrido a la hora de convertir ese modelo lineal en uno circular.

¿Son realistas los plazos que nos han dado la Comisión Europea y el Parlamento Europeo para descarbonizar la industria?

La transición de la industria hacia procesos más sostenibles es el gran reto. Y la Unión Europea nos deja muy claro la definición de esos objetivos y la fijación de esos plazos. Si me permites, te daría unas magnitudes para ver la relevancia de este reto. El sector industrial representa en España el 24% del consumo final de energía y el 21% de la emisión de los gases de efecto invernadero. El sector industrial está comprometido, pero llevamos unos años donde está sujeto a múltiples desafíos. El desafío de la sostenibilidad, pero es que veníamos del desafío del parón de la actividad por la COVID-19, un shock energético en 2021 y especialmente en 2022, la ruptura de todas las cadenas de suministro y toda la incertidumbre geopolítica derivada del conflicto bélico en Ucrania y ahora en Oriente Medio. En este contexto, las empresas no solo tienen que dar respuesta a todos estos desafíos, sino que adaptar sus procesos productivos, tanto tecnológicos como energéticos, a unos plazos fijados que yo creo, personalmente, que son bastante restrictivos. Tenemos que dar respuesta entendiéndolo también como una oportunidad. Tenemos la oportunidad de los fondos europeos, pero el reto es muy ambicioso y restrictivo.

¿Habría que negociar una ampliación de esos plazos para la descarbonización teniendo en cuenta que no coinciden con los de China o India?

Creo que deberíamos ver la capacidad transformadora que tienen todos los fondos europeos, el PERTE de la descarbonización y cómo se adecuan al tejido productivo industrial español integrado mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas donde los retos son superiores y se magnifican.

¿En qué esferas tecnológicas e innovadoras hay que incidir más para acelerar la transformación energética?

Estamos viendo tendencias en el campo de la innovación abierta, con otros actores que permitan desarrollar esa I+D+i dándole un enfoque de mercado, ofreciendo nuevas oportunidades de negocio de la mano de la innovación. En el caso concreto de la economía circular en el sector industrial, estamos viendo como surgen nuevos modelos de negocio de la mano de la innovación aplicada, modelos de ahorro basados en el ahorro y en el aprovechamiento de los recursos renovables, basados en la servitización. Alejémonos de ese concepto del producto como propiedad sino como servicio. Ahí están las plataformas de uso compartido. La innovación centrada en la recuperación de recursos, por ejemplo, residuos en recursos por la extensión de la vida útil de los productos. En todos estos proyectos, la digitalización y las nuevas innovaciones tecnológicas van a jugar un papel clave.

¿Cómo se puede fortalecer el binomio industria-energía? ¿con un marco regulatorio más flexible que ahora se está precisamente negociando? ¿con incentivos fiscales? ¿con políticas públicas más ambiciosas? porque los fondos se acabarán dentro de un par de años…   

Este es el gran binomio y lo hemos visto con la experiencia del 2022 cuando el sector industrial tiene que hacer frente a un shock energético que ya mostraba indicios en 2021. La reactivación de la demanda tras la pandemia y la reticencia de la oferta nos llevaron a episodios donde los precios de la electricidad, del gas natural y de los derivados del petróleo se incrementaron de forma exponencial. La industria se ha visto forzada a acelerar lo que es la apuesta por la eficiencia y el ahorro energéticos, una apuesta por reducir la volatilidad de los precios, y sobre todo una apuesta por vectores energéticos autóctonos y descarbonizados, pero donde será necesario seguir disponiendo de esos fondos para la transformación de la industria. Los fondos tendrán una duración, pero debemos ser capaces de aprovecharlos en favor ese binomio industria-energía.

En un reciente evento que organizó Funseam se abordó la importancia de la concienciación social como objetivo para acercar la economía circular a la industria, ¿Qué medidas debe adoptar el sector para que los ciudadanos comprendan que la industria es clave para el desarrollo económico?

Estamos viendo como el peso de la industria está cayendo a nivel europeo, pero en el caso español estamos en el 15-16% del Producto Interior Bruto, lejos del objetivo del 20%. La industria es generadora de empleo de calidad. Son múltiples los estudios que muestran la correlación entre industria o sector productivo, I+D+i y exportaciones. Es importante, a nivel de concienciación, el hecho de que los programas de apoyo e impulso vayan destinados a la reactivación industrial; ser capaces de desarrollar un tejido productivo sostenible que mire al futuro y tenga arraigo en el territorio. Como ciudadanos es importante poner en valor la apuesta de las empresas por la transformación de sus productos haciéndolos más sostenibles. Que seamos capaces de entender que obviamente un producto con un apuesta circular y sostenible tiene un valor y un impacto que va más allá del consumidor. Eso requiere una actuación decidida por parte de las administraciones públicas para la creación de esa propuesta de valor, para que el cliente tome en consideración todos los beneficios y externalidades positivas que conlleva un tejido productivo robusto.

¿Qué iniciativas públicas y privadas son necesarias para mejorar la revalorización energética de los residuos?

España tiene un enorme potencial y pongo un ejemplo muy ilustrativo de ello. España tiene un sector primario muy potente, una industria agroalimentaria muy potente y ese residuo que ahora es un problema, la gestión de los purines, las deyecciones ganaderas, puede convertirse en un recurso muy valioso de gases renovables, biometano. En este sentido, estamos viendo ya iniciativas a nivel comunitario. El REPowerEu puso el objetivo del 10% de biometano dentro del consumo de gas natural, que ahora se tiene que trasladar en objetivos para cada uno de los Estados miembros. Iniciativas como estas que valorizan económica y energéticamente y al mismo tiempo generan empleo y riqueza en las zonas rurales nos permitirían avanzar de la mano de estas soluciones circulares. Fijar obligaciones como existen a nivel europeo o en otros países como Francia, Alemania o Dinamarca nos serviría para impulsar la economía circular en el ámbito de los gases renovables.

Usted también es el presidente de la Asociación Nacional del Gas (SEDIGAS). ¿Qué soluciones técnicas se están buscando para que las industrias gasintensivas se adapten a la transición energética?

A veces confundimos o interpretamos que carbonizar solo es electrificar y el sector industrial es la mejor muestra de que eso no va a ser posible de la manera en que la electrificación no puede dar una respuesta técnica competitiva a las necesidades térmicas del sector industrial. La apuesta es por los gases renovables. En el corto plazo, el biometano; y en el medio y largo, el hidrógeno renovable. En el primer caso, el sector industrial lo ve como una oportunidad en la medida que esa molécula perfectamente intercambiable como es el biometano no requiere ni exige ningún tipo de inversión para la adecuación de los equipos industriales. El sector está viendo la posibilidad de descarbonizarse de la mano de este gas renovable. Y en el medio y largo plazo estamos viendo un interés creciente por el hidrógeno. El gestor técnico del sistema, Enagás, acaba de lanzar una Call for Interest para identificar esas oportunidades, toda la oferta, los proyectos que están en marcha de hidrógeno renovable y particularmente dónde está la demanda, cuáles pueden ser esos clientes finales. Es una iniciativa que nos debe permitir seguir avanzando en la búsqueda de soluciones para la descarbonización del sector industrial que no necesariamente van a ir por la vía de la electrificación. A nivel europeo, en noviembre, tendremos la primera subasta del Banco Europeo del Hidrógeno, una iniciativa creada con cargo a los fondos de innovación, donde lo que precisamente se pretende es estimular la demanda, cubriendo el gap de precios que existe en estos momentos entre un hidrógeno gris, que es el que consumimos en España, procedente del gas natural, y un hidrógeno renovable a partir de procesos de electrolisis del agua.             

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