Rodríguez, cuya empresa trabaja para clientes como Navantia, Siemens o Airbus, explicó que, según la Federación Internacional de Robótica, España ocupa el puesto número 12 entre los países con mayor producción de líneas robotizadas y automatización de procesos.
Llevamos una década integrando activos y productos cotidianos y “el 45% de la actividad ya puede ser automatizada”, admitió el CEO de Surcontrol, quien indicó que será preciso definir los puestos de trabajo de la misma forma que se hizo cuando los cajeros automáticos sustituyeron a los humanos para que nadie se quede sin empleo.
Habrá que afinar los sistemas de producción, subrayó. “La robótica, la automatización y la digitalización permiten reducir los costes de producción”, añadió el nuevo iTALKER, quien subrayó que países con altos índices de automatización como Corea del Sur, Japón, China o Alemania tiene bajas tasas de desempleo.
Según un informe de Randstad, en España durante la próxima década el 52% de los puestos de trabajo se podrá automatizar, pero eso no significa necesariamente que habrá más desempleo, dijo Rodríguez, “porque se crearán nuevos perfiles laborales”, especializados y vinculados a actividades no automatizadas.
Rodríguez abogó por la sinergia entre robots y humanos en favor del trabajo colaborativo. Los cobots o robots colaborativos realizan tareas pesadas y repetitivas. En la producción de automóviles, por ejemplo, el ajuste fino y la revisión corre a cuenta los operarios humanos.
“La robotización trae consigo la transformación de la naturaleza del empleo, pero también implica nuevas oportunidades”, remarcó. En este aspecto, agregó, la inversión en formación y en programas de reciclaje profesional es clave, aunque “todavía no hay suficientes propuestas que se adecuen al 100% de la realidad”. “La automatización y la robotización son una oportunidad emocionante, pero plantea desafíos como la adaptación de la fuerza laboral”, indicó Rodríguez.