Tradicionalmente, el ahorro se canalizaba en los depósitos bancarios o en la compra de bonos del Estado por su clara rentabilidad. En este tiempo las directrices europeas fueron marcando una importante y creciente dependencia de las empresas con respecto a los bancos en materia de financiación (hasta del 95%). La caída de los tipos de interés, entre otras razones, provocó un cambio de mentalidad en ahorradores, inversores y empresas, las cuales empezaron a buscar fuentes de financiación diferentes a las bancarias.
“Este movimiento tanto en Europa como en España creció desde 2010. ¿Por qué? Tiene mucho sentido para las compañías, sobre todo, porque diversifica la financiación y es más fácil de manejar en situaciones complicadas”, enfatizó Caballero en su charla.
De acuerdo con esta tendencia, se ha desarrollado un mercado de nuevas herramientas para financiar deuda o capital. “Las microempresas tienen menos herramientas porque las grandes tienen más flexibilidad por su balance”, señaló. Las pymes se pueden financiar mediante crowdequity o business angels.
El crowdequity es una forma de financiación colectiva con la que cualquier persona puede convertirse en inversor de una empresa. En esta modalidad, las compañías no pagan intereses y el inversor obtiene beneficios dependiendo del éxito o fracaso de la empresa.
Los business angels son personas que invierten su dinero en la fase inicial de compañías emergentes a cambio de una participación en capital. Habitualmente, ejercen también un rol de mentor y ofrecen su consejo y experiencia a los emprendedores.
El representante de Rentmarkets, una gestora de activos financieros, también destacó que “empieza a ser bastante usual” la emisión de bonos o pagarés de empresas que despiertan el interés de buen número de inversores.
A modo de reflexión final, “lo que antes era inalcanzable, ahora es una realidad que crece y se ha metido en la vorágine financiera”, dijo Caballero. “La financiación alternativa nos va a dar muchas alegrías”, pronosticó. Sirve para hacer que las empresas estén más saneadas y sean más competitivas. “La financiación alternativa ha venido para quedarse”, resumió, esperando que sea “una herramienta referente” para el futuro de compañías e inversores.