¿Qué es la innovación? ¿Cómo la aplicamos a la industria? ¿Qué obstáculos y qué retos nos encontramos?, se preguntó en el arranque de su alocución, haciendo énfasis en el aumento de la velocidad en los cambios a consecuencia de la globalización y las nuevas tecnologías en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo (VUCA).
“La innovación es nuestro aliado como un proceso de creación que aporta valor. La innovación abre caminos, pero requiere mucho trabajo, incluidos los fracasos, de los que hay que aprender”, destacó Carsí. Según ella, la innovación tecnológica en 3D robótica, inteligencia artificial o analítica de datos abre nuevas oportunidades de las que se obtienen ventajas competitivas, pero es preciso entender la tecnología y tener un plan robusto de acción.
La conferenciante subrayó que ahora las curvas de la innovación tecnológica en la industria (y sus cuatro fases: emergencia, crecimiento, madurez y saturación) se superponen, lo que reduce el ciclo de vida de vida de las nuevas tecnologías y ponen en riesgo el sistema.
Para reducir los problemas, Carsí apostó por lo que llamó las cuatro Es de la innovación:
- Estrategia
- Estructura
- Equipo
- Ecosistema
La estrategia. Consiste en saber qué queremos conseguir y para qué, teniendo “alineada a la dirección”, con un liderazgo innovador claro y gestionado “la ambidestría” organizativa, que consiste en alcanzar altos niveles de explotación (enfoque en la combinación producto/mercado actual para ganar eficiencia) y de exploración (búsqueda de nuevas oportunidades para generar innovación).
La estructura. La innovación necesita procesos, no es un caos; necesita una organización para tomar decisiones; necesita responsables, organismos, indicadores y objetivos.
El equipo. No vale cualquier persona. El equipo debe ser técnico, talentoso, orientado a la exploración, creativo, proactivo, emprendedor, favorable al riesgo y la incertidumbre y diverso.
El ecosistema. “Necesitamos colaboradores para nuevas ideas”, dijo Carsí. Eso se traduce en organizaciones conectadas, fujo de ideas y agentes internos y externos.
La iTALKER expuso su experiencia profesional en la fábrica de Ford Motor Company en Almussafes (Valencia) al introducir la robótica colaborativa -los cobots– en la cadena de montaje de vehículos. Decidieron escuchar y entender esa nueva tecnología, maximizar los resultados, poner a prueba los procesos, implicar a la gente, escalar el proceso. Tras cinco años de innovación, han instalado 50 cobots en la factoría que funcionan con fiabilidad, una tecnología integrada en el día a día con todo el personal formado. Finalmente, todos los proyectos cumplieron en un año el retorno de inversión (ROI).
