Con estas palabras, pronunciadas anteriormente por el CEO de Intel, Andy Grove, arrancó su ponencia iTALKS Beatriz Crespo, fundadora de Freedom & Flow, una organización dedicada a la innovación en el ámbito del ejercicio físico y de la salud y que trabaja para 60 empresas con programas de salud corporativa.
Para Crespo en este punto de inflexión o cruce de caminos las empresas se enfrentan a cuatro factores: deuda a corto plazo, deuda a largo plazo, solvencia y resiliencia. La deuda a corto plazo se concreta en empleados con trastornos de depresión o ansiedad o que trabajan muchas horas. Esa situación lleva a la fuga de talento, lo que es una deuda a largo plazo. “Perder personal clave o lograr motivar a colaboradores especializados impacta profundamente en los resultados de la empresa a largo plazo”, subrayó la conferenciante.
“Las deudas que estamos adquiriendo comprometen la probabilidad de que una compañía continúe haciendo frente a sus obligaciones de forma sostenible”, es decir, minan su solvencia. Y “la falta de salud y bienestar afecta a la capacidad que tienen las empresas de afrontar los episodios de su negocio que afectan negativamente a sus ingresos o activos, es decir, cuestionan su resiliencia.
Tras preguntarse si la salud de los empleados es un activo del capital humano, la fundadora de Freedom and Flow ofreció tres claves: el poder de los datos, la capacidad de influencia pública y privada, y la personalización. En cuanto a la primera clave, se miden datos demográficos y psicométricos para que los empleados apunten lo que les gusta más y cómo se sienten. La segunda hace referencia a enseñar a los empleados a comunicar qué quieren y qué necesitan. Y finalmente, la personalización, con una firme propuesta de valor.
Acabó su discurso Crespo preguntándose si cotizará la salud de los empleados en Bolsa. “¡Ya está cotizando!”, se contestó a sí misma.