Ortas reconoció que el concepto de industrialización no siempre es bienvenido por el personal sanitario, que recela de la robotización y de que la relación con el paciente pueda deteriorarse. No obstante, subrayó que en 50-60 años el modelo tradicional de la medicina, basado en la experiencia y la sabiduría se ha transformado, en el actual modelo de la evidencia, basado en los avances científicos y los nuevos tratamientos.
En opinión de Ortas, el actual sistema sanitario no está preparado para los retos que plantea el siglo XXI, especialmente teniendo en cuenta los ajustes presupuestarios derivados de la crisis de 2008 y del envejecimiento crónico de la población. “El sistema sanitario debe cambiar y basarse en los pacientes y las enfermedades más que en las especialidades”, aseguró.
En el Hospital Miguel Servet, subrayó la cardióloga, están aplicando los principios del padre de la estrategia industrial, el economista estadounidense Michael Porter. En otras palabras, están desarrollando actividades que aporten valor, trabajando en conjunto alrededor de la enfermedad con equipos multiestamentales y multidisciplinares. Los resultados revierten en menos ingresos hospitalarios y menos presión en urgencias, así como en beneficios asistenciales.
Desde 2018 desarrollan un proyecto de integración de la asistencia primaria para personas con problemas de enfermedades cardiovasculares.