“Había que llevar la leche más allá del mercado natural, lo que exigía dar más vida al producto”, dijo Pascual, refiriéndose a los inicios del negocio familiar. Dado que la esterilización daba a la leche un “color tostado”, optaron como pioneros por dos formas de ultra pasterización, la UHT y la uperisación, “dos técnicas que nos han cambiado la vida”, porque mantienen casi intactas las características de la leche.
“Generando confianza y bienestar, la calidad es nuestra razón de ser”, enfatizó Pascual, una calidad que es “trabajo permanente desde el productor hasta el consumidor, en toda la cadena de valor”, una calidad entendida como la suma de todo, incluyendo satisfacción e intereses.
Se trata de “crear valor para la sociedad y los consumidores”, explicó, con una gestión ética y responsable, compartiendo esos valores con los colaboradores y los clientes.
Pascual hizo hincapié en la digitalización y en la sostenibilidad para “reducir los impactos dañinos”. También mencionó “el desarrollo de las personas”, y también habló de inspección, control y certificaciones para asegurar la calidad y la seguridad alimentaria suficientes para acometer con garantías de éxito la exportación de la producción, por ejemplo, a Estados Unidos. Otro factor clave, en su opinión, es el talento, porque “una empresa vale lo que valen sus trabajadores, como decía mi padre”.