Busto ha participado en numerosos cursos dedicados a mujeres y de la mano de EVA va a colegios para motivar y visibilizar. Descubrió la importancia de las redes sectoriales de la construcción, el automóvil y el ferrocarril.
Las mujeres “queremos ser visibles” y manejar las redes profesionales y sectoriales igual que hacen los hombres. ¿Cómo? Mediante la igualdad de oportunidades, mediante la creación de planes de conciliación, respondió.
Su objetivo es luchar en favor de la “igualdad real” y la eliminación de la discriminación que observa en el mundo directivo. Y fomentar entre las jóvenes las formaciones de tipo STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), donde se observa un porcentaje muy bajo de mujeres.
Con toda experiencia acumulada, Busto ha detectado cinco grandes problemas estructurales:
- Invisibilidad de la mujer
- Sobrecarga de la responsabilidad doméstica y de la tolerancia
- Falta de autoridad y prestigio
- Cultura empresarial sexista
- Política de empleo con perspectiva de género – “no se ven medidas de fomento de la igualdad”
Frente al liderazgo masculino, que usa un “lenguaje rudo, el control emocional y la obsesión por los hechos”, Busto puso el acento en las características del liderazgo femenino que se basa en “la autoridad informal, la interpretación de la realidad y la comunicación simbólica”.