TRIBUNA

Tendencias de sostenibilidad e impacto empresarial para 2024: gestionar lo social y medioambiental seguirá siendo una prioridad

Redacción

ENVERA

A seis años de la meta para ver cumplidos los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, los datos de alcance a día de hoy no pueden ser más desalentadores, y como ha subrayado la propia Organización de Naciones Unidas, la comunidad internacional está más cerca de certificar su fracaso que en ver cumplidas sus expectativas. Con una frase lapidaria ha sentenciado este panorama desolador: estamos cada vez más cerca de que los ODS sean el epitafio del mundo que pudo haber sido y no fue que del éxito global para el que fueron concebidos. No obstante, que ninguna empresa tire la toalla, baje la guardia frotándose las manos o se rinda en sus propósitos: en 2024 la gestión de los aspectos sociales y medioambientales va a ser siendo una prioridad para las compañías, pero la manera de gestionarlo va a ir más allá. ¿Y cómo va a ser este nuevo escenario?

Transcendent, consultora estratégica de sostenibilidad e impacto, de la que es socio director Ángel Pérez Agenjo, acaba de publica su análisis de las siete tendencias en este ámbito que marcarán el año nuevo. En su opinión, “el sector va a verse inmerso en un proceso de evolución, maduración y sofisticación a lo largo de 2024, en gran parte empujado por la regulación, que va a traer consigo intensos cambios para las empresas”.

Un proceso para el que la consultora ha definido siete fuerzas o tendencias: el principio del fin del greenwashing (práctica de marketing verde destinada a crear una imagen ilusoria y falseada de responsabilidad ecológica tanto en políticas empresariales como en bienes); la sostenibilidad como un nuevo skill o capacidad crítica profesional; el paso de la grandilocuencia a la concreción de compromisos a corto plazo; la gran empresa como catalizadora de la sostenibilidad; el despegue de la inversión de impacto en España; la integración de la sostenibilidad y el impacto en la estrategia de negocio; y la medición para monetizar el impacto.

La aprobación a lo largo del primer trimestre de 2024 por parte del Parlamento Europeo de la “Green Claims Directive” regulará que los consumidores reciban información medioambiental fiable, comparable y verificable sobre los productos que consumen, tal y como apunta Transcendent en su informe. Esto implica un serio riesgo reputacional para aquellas empresas que no sean capaces de comunicar con rigor y transparencia el criterio de sostenibilidad de sus productos. A ello se suma el flamante Reglamente sobre Ecodiseño de Productos Sostenibles sobre el que, a principios de este mes, el Consejo y el Parlamento de la UE alcanzaron un acuerdo con el objetivo de que las marcas fabriquen productos que duren más y sean más fáciles de reparar, actualizar y reciclar.

Este nuevo reglamento, cuya aprobación esta prevista en el primer trimestre de 2024, contempla la creación de un “Pasaporte de Producto Digital” para ayudar a los consumidores y empresas a tomar decisiones informadas en la compra de productos, ya que proporcionará información sobre la sostenibilidad ambiental de los mismos.

Asimismo, el compromiso creciente de las empresas con la sostenibilidad ha desencadenado una revolución en el mercado laboral con la demanda de profesionales especializados en esta área, de tal modo que, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hasta 2030 se van a crear en el mundo 24 millones de nuevos “empleos verdes”. “Durante el año que viene -explica Trascedent- veremos cómo se consolidan puestos con el de Crontroller ESG en los departamentos financieros, algo que prácticamente hoy no existe”. Esta demanda laboral producirá a su vez una mayor demanda de formación académica especializada en los aspectos técnicos de la sostenibilidad.

En cuanto a los planes a largo plazo, y según el citado análisis, éstos tienen los días contados porque los ratings y rankings ESG ya no van a valorar objetivos medioambientales ni sociales a medio y largo plazo: la grandilocuencia será sustituida por la concreción. “El equilibrio entre los objetivos de sostenibilidad y la necesidad de generar valor para los accionistas empezará a marcar las estrategias empresariales de sostenibilidad”, apunta el estudio.

Como decimos, la regulación marcará los pasos de las empresas en el año nuevo, y será también una iniciativa de la UE, en este caso la Directiva de Diligencia Debida en Sostenibilidad Corporativa, la que cobre especial relevancia a finales de 2024, con su aplicación completa. Esta norma obligará a las empresas a identificar, prevenir, mitigar, eliminar y reparar los efectos adversos sobre los derechos humanos y el medio ambiente que genera su propia actividad, pero también la de sus filiales y la de sus proveedores a lo largo de la cadena de valor, haciendo de las grandes compañías las catalizadoras de la sostenibilidad. Se calcula que el efecto arrastre que va a generar la reducción de la huella de carbono en toda la cadena de suministro, el 75 por ciento del total, será clave en el año que entra.

Un gran esfuerzo que se verá recompensando, según Transcendent, con una financiación más barata para proyectos transformadores asociados con la transición energética y de impacto social, como es el caso de los que están dirigidos a las poblaciones vulnerables.

En este informe de tendencias clave en sostenibilidad e impacto empresarial, los analistas de la consultora, ponen el acento en que la integración de la sostenibilidad y el impacto en el negocio de las empresas será esencial en 2024 para aquellas compañías que quieran liderar el cambio. La nueva Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad trae consigo que la información sobre sostenibilidad se coloque al mismo nivel que la financiera en la toma de decisiones de los distintos grupos de interés. Por ello, los directores financieros y los responsables de riesgos deberán visibilizar análisis de doble materialidad de riesgos y oportunidades. Más de 50.000 empresas europeas estarán obligadas a incluir este análisis en sus estrategias de negocio en los próximos meses.

Todo ello conduce, como apunta Transcendent, a que el número de compañías que van a publicar cuentas de resultados netas de sostenibilidad se multiplique en 2024. Un proceso incipiente y dificultoso frente al que dos organismos de referencia en la medición del impacto en Estados Unidos y Europa, IFVI (International Foundation for Valuing Impacts) y VBA (Value Balancing Alliance) han unido sus esfuerzos para crear un modelo estandarizado que permita a las empresas disponer de información del valor monetario de sus acciones medioambientales y sociales, un conocimiento esencial para la toma de decisiones de directivos, inversores y financiadores.

¿Y habrá futuro para las empresas que no sean sostenibles? El informe de Transcendent no habla de ello, pero aventurar cualquier respuesta implica adentrarse en la niebla de la incertidumbre. Sabemos con certeza que están en juego su competitividad, su reputación y su rentabilidad. O como dijo recientemente el responsable de sostenibilidad en España de Airbus, Javier Augusto Arnaldo, en un foro organizado por Envera, “las compañías seremos sostenibles o no seremos. No hay vuelta atrás”.

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