Sergio Fortes, profesor titular de la Universidad de Málaga, abrió la sesión compartiendo su experiencia en el campo de la seguridad de la información. “Mi trayectoria comenzó en la Agencia Espacial Europea en Holanda, donde trabajé en la seguridad de sistemas de comunicación por satélite”, recordó. Durante su intervención, destacó cómo la seguridad clásica ha evolucionado con la incorporación de nuevas tecnologías. “Antes, la seguridad significaba no tener puertos USB, no conectar nada a Internet y duplicar o triplicar los cables. Hoy, nos vemos obligados a adaptarnos a una realidad más abierta y digitalizada”.
Actualmente, Fortes forma parte del grupo de investigación MobileNet, especializado en la aplicación de inteligencia artificial a las redes móviles. “Nos enfocamos en optimizar redes, detectar fallos y analizar amenazas”, explicó. Advirtió, sin embargo, que la IA no solo fortalece la seguridad, sino que también introduce nuevas vulnerabilidades. “La inteligencia artificial puede ser un arma de doble filo: nos ayuda a detectar ataques, pero también es un objetivo que los ciberdelincuentes pueden explotar”.
Javier López, catedrático y director del grupo de ciberseguridad de la Universidad de Málaga, repasó la evolución del sector y su impacto en la educación. “Cuando empecé en este campo, el término ‘ciberseguridad’ ni siquiera existía. Hoy, no solo tenemos programas académicos especializados, sino que también dirigimos investigaciones que buscan anticipar los ataques mediante inteligencia artificial”, explicó.
López subrayó la importancia del aprendizaje automático y el análisis de grandes volúmenes de datos para detectar amenazas. “La IA nos permite identificar patrones anómalos en las redes, lo que facilita la detección temprana de ciberataques. Sin embargo, aún enfrentamos desafíos en la prevención, especialmente con ataques de día cero y malware polimórfico”, señaló.
Desde el ámbito empresarial, Juan Corredor, CEO de XAUEN IO, presentó la iniciativa de su empresa, una spin-off de la Universidad de Jaén centrada en ciberseguridad con IA. “Nuestro objetivo es generar empleo de calidad en la España vaciada. Queremos que los ingenieros que se gradúan en Jaén puedan desarrollar su carrera sin necesidad de emigrar a Madrid, Barcelona o Valencia”, afirmó.
Corredor explicó que su compañía ya cuenta con 45 empleados y está desarrollando proyectos en identidad digital soberana en el Caribe, incluyendo República Dominicana. “Estamos creando soluciones basadas en inteligencia artificial para reforzar la seguridad digital y facilitar la gestión de identidades en entornos vulnerables”, detalló.
Clara Ruipérez de Azcárate, abogada especializada en protección de activos intangibles y directora de la oficina de patentes de Telefónica, abordó el impacto de la inteligencia artificial en la regulación y la propiedad intelectual. “La IA ha revolucionado la forma en que protegemos las invenciones. Tradicionalmente, el inventor debía ser una persona física, pero ahora nos enfrentamos al dilema de si una máquina puede ser considerada autora de una innovación”, explicó.
Desde Telefónica, han establecido protocolos para gestionar estos desafíos y participar en los debates regulatorios en Bruselas. “Nos preocupa que un país tome decisiones que afecten globalmente al sector. Además, hemos desarrollado estrategias de comunicación para evitar malentendidos sobre el uso de IA, especialmente en un contexto donde los derechos de autor y la protección de datos están bajo constante escrutinio”, añadió.
Clara también hizo una reflexión sobre el creciente uso del término «inteligencia artificial» en productos de consumo. “El otro día compré un frigorífico que supuestamente tenía inteligencia artificial. Resultó que simplemente ajustaba la temperatura según la cantidad de alimentos dentro y la temperatura exterior. Básicamente, era un termostato avanzado. Parece que ahora todo lo que no tenga IA no vale nada”, bromeó.
Los expertos coincidieron en que la inteligencia artificial será clave en la evolución de la ciberseguridad, pero también plantearon la necesidad de equilibrar la innovación con la protección de datos y la seguridad informática. En este sentido, debatieron sobre el papel de la innovación abierta frente a la patentabilidad.
“En nuestro grupo de investigación, las patentes han sido una herramienta de transferencia tecnológica en colaboración con empresas”, comentó Javier López. No obstante, señaló que la patentabilidad en el ámbito del software sigue siendo un tema complejo. “Nosotros intentamos abstraernos del software y registrar las patentes como soluciones de sistema o dispositivos, lo que facilita su aplicación”, explicó.
Por su parte, Clara defendió un enfoque mixto en Telefónica. “Creemos en la colaboración con universidades y otras empresas, pero también protegemos nuestras innovaciones con patentes. La clave es mantener la flexibilidad para adaptarnos a los cambios tecnológicos”, afirmó.
El debate concluyó con una reflexión sobre el impacto de la inteligencia artificial en la seguridad y la sociedad. “La IA es una herramienta poderosa, pero no debemos perder de vista sus riesgos. Desde la detección temprana de amenazas hasta la regulación de la propiedad intelectual, aún queda mucho por definir”, concluyó Javier López.
El consenso entre los especialistas fue claro: la inteligencia artificial está transformando la ciberseguridad y la protección de datos, pero su implementación debe ir acompañada de estrategias de prevención, regulaciones adecuadas y una colaboración efectiva entre el sector público y privado.