ENTREVISTA

Francisco J. Moreno, FEDEME: “Pedimos coordinación, seguridad jurídica y fiscal, paz social y mejorar la formación”

Francisco Javier Moreno Muruve (Sevilla, 1949) lleva vinculado a la Federación de Empresarios del Metal (FEDEME) toda la vida. Antes de llegar a la presidencia en mayo de 2014, era miembro de su Comité Ejecutivo y vicepresidente de una de sus organizaciones integradas, Asociación de Concesionarios de Turismo, Motocicletas y Vehículos Industriales de Sevilla y Provincia (ASCONSE). Estrechamente relacionado con la industria del aceite de oliva, Moreno Muruve es igualmente presidente de Framoliva, empresa aceitera ubicada en Huévar del Aljarafe (Sevilla). A nivel nacional, es vocal de la CEOE, en representación de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal (Confemetal), y vocal en Cepyme, a través de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES).

¿Qué es FEDEME? ¿A quién representa? ¿Cuáles son sus intereses?

FEDEME es la representación patronal de toda la industria del metal de Sevilla, constituida en 1977. Se puede decir que es la “decana” de las organizaciones empresariales españolas, constituida antes, incluso, que la propia CEOE y antes que la Confederación de Empresarios de Sevilla que se fundó unos años más tarde.

El fin primordial de FEDEME es representar, gestionar y defender los intereses de nuestras empresas frente a la Administración y otras instituciones públicas, así como promover el mayor desarrollo económico y social del colectivo empresarial del Metal. Integramos 21 asociaciones empresariales de distintos sectores, pero siempre vinculados al metal que abarcan desde la minería, aeronáutica, elevadores, automóvil…, es fin, todo el abanico.

Cuenta entre sus asociados con grandes empresas de los distintos subsectores que conforman el Metal, pero son fundamentalmente las pymes, sobre todo, micros y medianas empresas de hasta 250 trabajadores las que conforman el gran bloque de asociados. También hay autónomos, por supuesto.

Uno de nuestros objetivos es defender los intereses de las pymes. También reciclamos empresas para que puedan cambiar de actividad dentro del sector, convirtiéndose en proveedores de empresas tractoras.    

Algunos de esos subsectores son un referente hoy por hoy a nivel internacional. Y aquí hay que hablar indiscutiblemente de la aeronáutica sevillana, que representa actualmente al 73% del sector aeroespacial andaluz, con 86 empresas ubicadas en la capital y su área metropolitana que facturan al año 1.800 millones de euros y emplean a más de 10.000 personas, aportando casi el 5% del Producto Interior Bruto (PIB) de la provincia.  Todo ello convierte a Sevilla en uno de los polos aeronáuticos más importantes de Europa, con nombres de peso como el de Airbus y una valiosa industria auxiliar, altamente cualificada y con un elevado nivel tecnológico.

Junto a la aeronáutica, también tienen un peso específico en la provincia otras industrias del Metal como la minería, la industria de defensa, o la automoción, lideradas por importantes compañías tractoras como Cobre las Cruces (First Quantum Minerals), Santa Bárbara Sistemas (General Dynamics European Land Systems), o la factoría de Renault en San Jerónimo, en torno a las que pivota, igualmente, una industria auxiliar fuerte, competitiva y más preparada que nunca.

A las empresas tractoras las cuidamos y mimamos porque realmente son el caldo de cultivo para mantener viva todo el entramado de la pequeña y mediana empresa.  

FEDEME ostenta, igualmente, la representación empresarial en la negociación de los cuatro Convenios Colectivos del Sector del Metal en la provincia de Sevilla, afectando a un total de 9.076 empresas y 83.026 trabajadores. Albergando, al mismo tiempo, dentro de su estructura a un total de 21 asociaciones (provinciales y regionales), que representan, a su vez, los intereses de los distintos subsectores que engloba el Metal y su industria.

La Federación se autoabastece de las cuotas de sus socios. No tiene ningún tipo de subvención. Tenemos un 98% de autonomía, lo que nos permite poder alzar la voz en algunas ocasiones allí donde nos escuchan, teniendo en cuenta que muchas de nuestras empresas compiten con sus empresas tractoras. Y están sentadas las empresas tractoras en foros donde deberían escucharse a la empresa auxiliar.

Conozco muy bien el sector por afición, por convicción y por trabajo, no todo se acaba en el coche eléctrico, que es como un pin que todo el mundo se quiere poner. El coche que hay que vender ahora es el diésel y gasolina. Al coche híbrido hay que dedicarle ayudas. Al eléctrico se le está dedicando recursos a marchas forzadas porque otros países van más adelantados con respecto a nosotros. Yo confío más en el coche eléctrico de la última milla que en el de carretera. Después está la pila de hidrógeno que hay que tenerla muy en cuenta, que viene pisando muy fuerte.   

Por ejemplo, lideramos, a través de Confemetal, una plataforma constituida para el tema aeronáutico donde están gallegos, vasco-navarros, Madrid, Sevilla-Cádiz con el objetivo de poder hablar en los foros donde tengamos la posibilidad y competencia.

¿En qué PERTE van a estar presentes?

Vamos a estar en el de automoción, en el aeronáutico, con las nuevas tecnologías y la transformación ecológica. Lo que más nos preocupa es cómo adherirnos para que esa capilaridad llegue a todas las empresas. Eso es lo complicado. Creo que falta información clara para el que no tiene el nivel de comprensión de las multinacionales. Eso nos puede hacer sentir una sensación de impotencia.

¿Qué proyectos y planes tiene FEDEME para lo que queda de año y para 2022?

Para este año estamos muy pendientes de los fondos Next Generation EU. Nuestro interés es que estos dineros puedan llegar a esa pyme de una forma más atomizada de lo que se está previendo. Esto se trata de escalas. Buscamos que lleguen realmente al entramado industrial que existe no sólo en nuestra provincia y nuestra región, sino en España, donde el 90% son pymes. No tenemos muy claro dónde adherirnos para que esas ayudas puedan llegar. Ahí está ya aprobado el primer PERTE, el del automóvil. Pero tenemos que ser incisivos para llegar donde haga falta y hablar con quien haya que hablar en defensa de estas pequeñas y medianas empresas. Por otro lado, otro tema también consolidado es la convocatoria de la nueva feria del coche de ocasión, un sector al que hemos dignificado, una feria que se celebrará en octubre o noviembre. Este es otro de los proyectos que tenemos.

Para 2022 nuestro objetivo es la modernización de nuestras pymes. Otro proyecto que acabamos de presentar es un catálogo de las empresas de Sevilla, con todas sus características, para llevarlo a dos o tres ferias tecnológicas europeas que estamos definiendo ahora cuáles serán. Algunas empresas nos han pedido ser incluidas en la siguiente edición del catálogo. Hay una gran riqueza no sólo tecnológica sino humana y de formación que queremos proyectar en Europa.

La industrialización es otro de nuestros objetivos. Hace más de 100 años que se fabrican aviones en Sevilla. Y en metalurgia, con la fábrica de artillería que ha habido aquí… Como anécdota, los leones de nuestra sede parlamentaria están fundidos en Sevilla.     

¿Cuál es el peso de la industria en Andalucía?

La industria andaluza está integrada por 33.560 empresas, que representan el 16,8% del total de entidades de estas características en España. Esta actividad económica contribuyó el pasado año al 10,2% del PIB total andaluz, frente al 14,6% en España y el 16,8% en Europa. En 2019 el porcentaje de empleo vinculado a la industria fue de un 9,4%. Nos queda un trabajo importante porque el objetivo es llegar en España al 20%.

Andalucía es una zona agrícola y turística, pero queda demostrado fehacientemente que necesita otra pata, que es la industrialización, sobre todo su mejora o incluso su supervivencia. Crear una industria nueva es muy complicado, pero tanto lo es o más mantener una industria viva, conservando los puestos de trabajo y el tejido productivo. Hay que consolidar lo que tenemos.

Consciente de la necesidad de impulsar la actividad industrial en Andalucía, la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades ha iniciado el proceso de elaboración de la nueva política industrial de Andalucía 2030, en la que primará la colaboración público-privada y con otras administraciones. Pretende, además, mejorar la modernización e incrementar la productividad del tejido industrial, favorecer la atracción de nuevas inversiones y las exportaciones, así como impulsar la digitalización y la innovación, dotando de mayor crecimiento a las cadenas de valor industriales más prometedoras que se desarrollen en Andalucía.

No obstante, y a pesar de que Andalucía cuenta con una menor densidad industrial que otras regiones, este sector ha mostrado sin embargo un gran empuje como demuestra la mayor intensidad de sus exportaciones manufactureras respecto a la media del Estado o su mayor índice de especialización en importantes ramas como la química, la metalúrgica y del refino, la de alimentación o bebidas y la de reparación de maquinaria e instalaciones.

Por tanto, hay que seguir apostando por la industria en Andalucía, ya que las regiones que poseen un sector industrial fuerte y diversificado son menos vulnerables a los periodos de crisis económicas

¿Cómo han vivido las empresas industriales andaluzas la pandemia?

El impacto de la pandemia ha lastrado su auge, dificultando seriamente su crecimiento. A ello hay que sumar que, hasta hace relativamente poco tiempo, el sector industrial no se ha tomado como estratégico, y no podemos obviar que los países con más peso industrial están soportando mejor la crisis.

En todo este conflicto hay un sector que es el que más ha sufrido el impacto de la pandemia: la aeronáutica. La caída de la movilidad ha provocado un gran descalabro en la industria y en todas sus empresas auxiliares instaladas en Andalucía.

No obstante, no podemos perder la esperanza y confiar en el enorme potencial que la industria aeronáutica ostenta dentro de nuestra región: contamos con uno de los polos aeroespaciales más importantes de Europa, un potente ecosistema investigador y más de 143 empresas que facturan cerca de los 3.000 millones de euros, lo que se traduce en unos 14.500 empleos estables y en su mayoría altamente cualificados.

Todo ello convierte al sector aeroespacial en un sector clave de nuestra economía y estratégico para el progreso de Andalucía, al ocupar los primeros puestos en exportaciones y contribuir con un porcentaje creciente al PIB andaluz.

Muestra de este potencial e inmenso talento se materializaba hace unos días en Sevilla en el acto de entrega del avión Airbus C295 número 200 a la Fuerza Aérea de Canadá, una ceremonia llena de simbolismo, a la que tuvimos el honor de asistir algunos representantes de FEDEME y que representa un hito cargado de esperanza y confianza en el potencial de Andalucía tras el azote de la durísima crisis del COVID.

También lo han pasado mal los instaladores de hostelería y hotelería porque han tenido menos trabajo del habitual.

¿Qué le piden a la Administración central en materia de industria desde FEDEME?

Lo primero que pedimos es coordinación. Coordinación entre las distintas comunidades y con el Gobierno central. Es una pena que tengas una industria con capacidad de acceder a la internacionalización y se pierdan esfuerzos. Otro tema es la seguridad jurídica y fiscal. Esto ha hecho, a veces, que se pierda mucho dinero y mucho empresario. Debe haber una paz social, con una consolidación de los programas sociales y sindicales. No podemos cambiar las reglas de juego cada dos por tres. Y, por supuesto, tenemos que mejorar mucho el índice de formación que tenemos porque durante años hemos desaparecido del mapa, no hemos potenciado la Formación Profesional como en otros países de Europa, lo que es importantísimo para la industrialización y la consolidación del tejido productivo. Esas cuatro patas son fundamentales.

Hace seis o siete años un empresario de Seattle me dijo que España se estaba balcanizando, que tenemos idiomas distintos, leyes distintas, sistemas fiscales distintos… Eso se me quedó grabado. Invertir en España se está haciendo cada vez más complicado, y desde fuera no nos ven como nos vemos nosotros.

En el capítulo de los fondos, ¿cómo están ayudando a las empresas? ¿En digitalización, en sostenibilidad?       

Una cosa es la digitalización y otra el tema medioambiental. Son los dos pilares donde la Administración está basando la orientación de las ayudas. Dependiendo de cada sector, diseñamos un traje a medida, acompañando a ese sector hasta sus últimas consecuencias. ¿Cómo? Llegando a través de nuestras organizaciones hasta la CEOE o a un subsecretario. Recibiendo información de cada asociación. Cada asociación tiene su idiosincrasia, y esto no es café para todos. Creo que tenemos buenos sastres dentro.

¿Qué obstáculos tienen que superar?

La actuación de la Junta de Andalucía está siendo muy razonable y muy seria. Pero en mi opinión la forma no está muy bien definida, incluso la CEOE no lo tiene bien definido y está trabajando en cómo se va a hacer todo el reparto.

En Andalucía siempre hemos tenido una ventaja: hay un buen diálogo entre empresas y políticos.

En cualquier caso, que nadie piense que los fondos van a ser ni un subsidio, ni a fondo perdido. Lo que va a llegar es apoyo a proyectos realizables. Esto será una ayuda para una “empresa” que tenemos que hacer entre todos, adaptándonos para ser competitivos no sólo aquí sino también en el mundo, dada la globalización. El maná cayó una vez, según dicen, y ahí se quedó. El maná se consigue con el esfuerzo y la profesionalidad de cada uno y de todos.          

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