¿En qué momento se encuentra la industria papelera?
En 2020, como industria esencial, mantuvimos abierta la práctica totalidad de las fábricas que el sector tiene en España y la producción se situó en niveles no muy lejanos a los del año anterior (con una caída en la producción de papel del 2,6% y del 0,4% en la de celulosa). Y en el año 2021 registramos un incremento en la producción de papel del 6,2% y en la celulosa del 7,7%, claramente por encima de los niveles prepandemia.
La fortaleza que la industria papelera mostró durante la pandemia está sufriendo ahora el embate de la escalada de la energía, que está deteriorando gravemente la situación del sector ya desde los últimos meses de 2021. Un entorno prometedor se ha visto seriamente comprometido especialmente por los costes energéticos, pero también por el coste de las materias primas, los fletes… Y a ello se han sumado los graves problemas para mantener la actividad industrial y la libre circulación de mercancías derivados del paro del transporte.
La industria de la celulosa y el papel es un sector que cree en su futuro y en los últimos años ha realizado importantes inversiones por un montante superior al 8% de su facturación, fundamentalmente en ampliaciones de capacidad y en renovación tecnológica e innovación. Globalmente, se trata de un sector en continua transformación que está migrando en buena medida hacia mercados con mayor potencial de crecimiento como los envases y embalajes y productos de mayor valor añadido como los papeles especiales para muy diversas aplicaciones.
Estamos viviendo también un proceso importante de sustitución de productos. Por ejemplo, en el ámbito del embalaje, muchos prescriptores, envasadores, diseñadores y distribuidores, ante la demanda de los consumidores finales, están buscando soluciones más sostenibles y, por tanto, dirigiendo su mirada hacia el papel y el cartón, que son renovables, reciclables y biodegradables.
Desde luego, ningún material es óptimo para todas las posibles aplicaciones y en ese sentido creo que lo realista es emplear papel y cartón en aquellas aplicaciones en que sea posible hacerlo y emplear el plástico en aquéllas en que sea más útil. Según estudios de diversas consultoras especializadas, el 25% del uso actual de materiales no renovables en envases podría reemplazarse, sin comprometer la funcionalidad. La innovación está jugando y va a jugar un papel fundamental en este proceso en nuestro sector tanto en el desarrollo de productos para nuevas aplicaciones como en el ecodiseño de esos productos para mejorar la circularidad.
Es complicado hacer predicciones a corto en estos momentos de gran incertidumbre. Pero, a medio y largo plazo, no tenemos ninguna duda de que como sector que mejora la calidad de vida de los ciudadanos del siglo XXI con bioproductos renovables y reciclables, la industria papelera es una industria de futuro.
¿Qué medidas fomentan en cuanto a la economía circular y descarbonización en su industria?
En el ámbito de la descarbonización, las medidas de eficiencia energética, el uso de biomasa como combustible y la cogeneración son los tres pilares de la estrategia del sector en España en cuanto a reducción de emisiones. Con esta estrategia, las emisiones totales de CO2 se han reducido un 25% con respecto a 2011 y las de SOx y NOx en un 86% y un 52% respectivamente.
El sector papelero es hoy el mayor productor y consumidor industrial de biomasa en nuestro país. Actualmente la biomasa supone el 34% del total de combustibles empleados.
La industria de la celulosa y el papel es electrointensiva y calorintensiva y produce la mayor parte de la energía térmica y eléctrica que necesita en plantas de cogeneración situadas al lado de sus fábricas, con una potencia instalada de 876 MW. La cogeneración produce a la vez electricidad y calor útil en forma de vapor, optimizando el uso de combustible, de manera que ahorra energía primaria (un ahorro superior al 10%) y reduce las emisiones.
En cuanto a la economía circular, la bicircularidad papelera aúna la circularidad natural que se deriva del carácter renovable de la materia prima, la madera para papel cultivada en plantaciones locales, con la circularidad social del reciclaje masivo de los productos papeleros.
Un signo distintivo de la industria papelera española es el uso de materias primas locales: el 97% de la madera utilizada procede de plantaciones españolas y el 71% del papel usado que recicla nuestra industria se recoge en nuestro país. Esas materias primas locales se transforman industrialmente en las diez fábricas de celulosa y sesenta y nueve fábricas de papel que el sector tiene en España, creando valor añadido.
Y es relevante mencionar que la industria papelera española es la segunda mayor recicladora de la UE en volumen solo por detrás de Alemania, gracias a la concurrencia de tres factores: un sistema de recogida altamente eficiente, con la implicación de los ayuntamientos y la colaboración masiva de la ciudadanía, un importante sector de la recuperación y una industria papelera con una gran capacidad recicladora que garantiza el reciclaje de todo el papel recogido en España conforme a los estándares europeos de calidad.
Asimismo, el sector papelero está comprometido con la promoción de la gestión forestal sostenible y su certificación. Hoy están certificados el 100% de las fábricas de celulosa y de los proveedores de celulosa, el 92% de los proveedores de madera del sector y el 62% de las fábricas de papel. En los últimos diez años, el uso de madera certificada ha experimentado un gran crecimiento en el sector, pasando del 16% en 2011 al actual 61%.
Finalmente, por lo que se refiere a los productos, también la certificación forestal ha experimentado un desarrollo notable: actualmente el 60% de la celulosa consumida por el sector y el 62% del papel puesto en el mercado están certificados.
¿Considera la transformación digital como un elemento clave para este sector?
Los proveedores de tecnología son nuestros partners imprescindibles en la búsqueda de eficiencia, mejoras productivas, nuevos desarrollos y por supuesto para el avance en digitalización. Respecto a esto último, el reto para nuestro sector se sitúa ahora en el concepto de fábrica digital donde todos los medios productivos están conectados, las cadenas de suministro están integradas y los canales de distribución y atención son digitales. Esto incluye, además, la digitalización de la cadena de suministro, la interacción con los clientes y los canales de distribución.
¿Qué demandas tiene ASPAPEL ante las distintas administraciones?
Junto a la cada vez más necesaria promoción y apoyo a la reindustrialización sostenible, en la que la descarbonización y circularidad son piezas clave, en estos momentos lo urgente es atajar la escalada de precios de la energía, que amenaza con llevarse por delante todo lo demás.
Y, en ese sentido, consideramos que las medidas aprobadas el 29 de marzo en el Consejo de Ministros son un primer paso bienvenido para paliar la grave situación en que se encuentran las industrias electrointensivas y gasintensivas. Se trata de medidas absolutamente necesarias para la industria papelera en el actual escenario, y animamos al Gobierno a completar lo aprobado ayer con medidas definitivas de impacto para el desacoplamiento del mercado eléctrico y la compensación a los gasintensivos.
En el ámbito de la electricidad, valoramos positivamente la reducción de peajes para electrointensivos, la minoración de cargos a los consumidores eléctricos o el aumento de la dotación a compensación de costes indirectos.
Por lo que se refiere al gas, consideramos muy positivo el reconocimiento de la enorme afectación del incremento de precios en las industrias gasintensivas. Las ayudas directas aprobadas son una medida de efecto inmediato, que se sitúa en el límite de lo posible en el nuevo marco temporal de ayudas del Estado. No obstante, en las próximas semanas será necesario poner en marcha otras medidas complementarias de mayor alcance una vez aprobadas por la Comisión Europea.
ASPAPEL confía en que el mecanismo para desacoplar los mercados del gas y electricidad se adopte de forma urgente y se diseñe de forma que permita a los consumidores industriales acceder a precios eléctricos competitivos. Ello, siempre desde el respeto a los criterios detallados por la Comisión Europea en su comunicación REPower EU.
Finalmente, la apertura de nuevas líneas de avales ICO ya aprobada facilitará en momentos muy complejos el acceso a liquidez a las empresas intensivas en energía más afectadas por el escenario de precios energéticos.
¿Qué empleos directos e indirectos genera la industria del papel?
El empleo directo en el sector papelero se sitúa en más de 16.600 empleados. Desde 2017, el empleo se ha incrementado en un 2,2%. Se trata de empleo cualificado y estable con un 90% de contratos indefinidos.
La industria papelera es además el motor de una potente cadena de valor, que se inicia en las plantaciones de madera para papel, con la que la industria papelera produce la celulosa y el papel. A continuación, las empresas transformadoras fabrican un sinfín de productos de papel y cartón como envases y embalajes de todo tipo (cajas, bolsas…), material de papelería (sobres, cuadernos, carpetas…) y productos tisú (papel higiénico, pañuelos, papel de cocina…). La cadena incluye también el sector de servicios de impresión, reproducción y acabados, las empresas de publicidad y marketing directo, la industria editorial y las actividades postales y de correos que envían cartas y paquetes. Y se cierra con el sector de la recuperación de residuos que recoge y trata el papel usado, que después regresa a las fábricas papeleras para reciclarse.
La cadena en su conjunto aporta a la economía española de forma directa 186.000 empleos y la aportación total (directa, indirecta e inducida) de la cadena de valor del papel asciende a 369.000 puestos de trabajo, lo que supone el18,5% del empleo industrial y el 2% del empleo total en nuestro país.
Dado que muchas empresas del sector son gasintensivas, ¿cómo se está afrontando la situación actual de los elevados precios?
Somos una industria electrointensiva y calorintensiva. Necesitamos electricidad para mover la maquinaria y energía térmica para secar la celulosa y el papel, por lo que la cogeneración —como ya he comentado— es la tecnología ideal, al aprovechar al máximo el combustible utilizado.
Y somos también una industria gasintensiva, ya que el mix de combustibles del sector en estos momentos incluye un 64% de gas natural, un 34% de biomasa y un 2% de fuel oil.
El gas natural es el combustible fundamental en las cogeneraciones del sector y también lo utilizamos en calderas auxiliares para generación de calor.
Los grandes retos de nuestra industria en la actualidad son la necesaria descarbonización, con la que estamos firmemente comprometidos, y el diferencial de precios de la energía con nuestros competidores del resto de Europa y del mundo.
Los costes energéticos ya suponían para nuestro sector el 30% de los costes operativos y ahora están aumentando desorbitadamente con los actuales precios, que se han multiplicado hasta por seis en muchas empresas.
Nos preocupa que el foco esté puesto casi en exclusiva en la demanda eléctrica y en la electrificación, obviando que mucha de la demanda térmica industrial nunca podrá ser electrificada.
En cuanto a la sustitución del gas y combustibles fósiles por energías renovables e hidrógeno verde, ¿qué aplicaciones tiene o tendrá en la industria del papel?
A lo largo de esta década, la cogeneración con hidrógeno podría ser una realidad. Se está avanzando en el desarrollo de motores y turbinas aptos para el consumo de hidrógeno, de modo que el futuro de la ecogeneración estará principalmente condicionado al desarrollo de la generación de hidrógeno verde y la adaptación de las redes de transporte y distribución de gas natural ahora existentes.
En el plan de inversiones estratégicas para los próximos tres años de la industria papelera española, presentado recientemente como propuesta de Proyecto Tractor de Competitividad y Sostenibilidad Industrial, dentro del marco del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia, incluye proyectos encaminados a la sustitución del gas y los combustibles fósiles por combustibles renovables e hidrógeno verde en las cogeneraciones (ecogeneración), la incorporación de biogás e hidrógeno verde como combustibles con impacto neto nulo para cubrir la demanda de energía térmica en la producción de celulosa y papel y la integración de instalaciones de generación de electricidad a partir de fuentes renovables (fotovoltaica, biomasa, residuos renovables, etcétera).
¿De qué manera está afectando la guerra de Ucrania a la industria papelera?
La guerra de Ucrania ha disparado aún más una escalada de los precios de la energía que venía ya produciéndose con anterioridad. Y ha agravado una situación ya muy difícil. La factura energética se ha multiplicado hasta por seis en muchas empresas del sector papelero. Todas las fábricas de papel en España han estado barajando en las últimas semanas escenarios de paradas o de regulación de la producción en función de la evolución de los precios energéticos, situación complicada además por el impacto de la huelga de transporte. Hasta el momento la industria papelera ha conseguido mantener, pese a todas estas dificultades, la práctica totalidad de las fábricas en marcha. Por ello, las medidas aprobadas en el Consejo de Ministros del martes 29 llegan en el momento más necesario, pero no son suficientes, como hemos comentado.