El presidente de AEGE, Carlos Navalpotro, comenzó su discurso de apertura destacando la importancia que tiene el Clean Industrial Deal para la industria electrointensiva, y la necesidad de llevar a cabo las recomendaciones que traslada a los países europeos con el objetivo de facilitar precios eléctricos asequibles a sus industrias y, a su vez, ayudarlas en el camino a la descarbonización de sus procesos. “Queda mucho camino por recorrer, aspectos como la fiscalidad lastran la competitividad de nuestras industrias”, afirmó Navalpotro.
En su intervención, el presidente destacó dos aspectos relevantes para la industria electrointensiva: el problema de los sobrecostes de los servicios de ajuste y los peajes. Y aseguró que “la Comisión Europea insiste en la posibilidad de adoptar marcos específicos para las industrias intensivas en el uso de la energía”. Carlos Navalpotro también hizo referencia a la importancia que tiene el acceso a un precio energético a partir de tecnologías no emisoras y desacoplado del precio del gas natural. “Esperamos que la evolución tecnológica avance hacia nuevos modelos de contratación más alineados con el consumo industrial”, señaló. Sin olvidar la importancia que tiene la industria en el aumento de la demanda eléctrica. Navalpotro finalizó su intervención reclamando la priorización de los proyectos industriales en la conexión de nueva capacidad a la red.
Precios asequibles para el consumidor electrointensivo
La primera mesa del Foro AEGE se centró en las soluciones para alcanzar Precios asequibles para el consumidor electrointensivo, uno de los ejes del actual debate europeo. Moderada por Cristina Rivero, directora de Industria, Energía, Medio Ambiente y Clima en CEOE, contó con la participación de Silvia Escudero, head of Upstream Origination Iberia de Statkraft; Antonio Ramón, Country Manager España de Prosolia; y Chema Zabala, managing director en Alantra Energy Transition.
Silvia Escudero abrió el coloquio afirmando que “en el sector eléctrico tenemos un consenso: una de las prioridades más urgentes de los próximos años es el almacenamiento para flexibilizar el sistema eléctrico. En este sentido, desde Statkraft trabajamos, junto con la industria, para ofrecer productos que aprovechen esta flexibilidad con el objetivo de ofrecer precios asequibles de energía para el consumidor y evitar vertidos en generación”.
Por su parte, Antonio Ramón explicó que “desde Prosolia aportamos a los clientes industriales soluciones descarbonizadas y competitivas. Una vez hemos llegado al punto en que la tecnología renovable ya es la más barata del mix actual, tenemos que avanzar en aportar la energía en las horas en las que los industriales la necesitan”. Gracias a soluciones que combinan diferentes tecnologías, y en particular al desarrollo y el abaratamiento del almacenamiento, “estamos en una posición privilegiada para dotar a nuestra industria de la competitividad que necesita, gracias a la generación estable y la flexibilidad de la demanda que esta tecnología va a aportar”, aseguró Ramón. Por eso urge contar con un marco regulatorio que permita acelerar permisos de conexión y almacenamiento, y reducir costes burocráticos. “De hecho, en Prosolia ya estamos integrando sistemas de almacenamiento en algunos de nuestros parques, como el de Albisparks, ubicado en Portugal, para asegurar energía limpia y que actúen de respaldo flexible al sistema eléctrico”, puntualizó.
Y por último, Chema Zabala, centró su intervención en la visión de Alantra sobre las dinámicas de precios que se pueden esperar en los próximos años, tratando en detalle el impacto que tiene el actual entorno convulso a nivel internacional, juntamente con el desarrollo renovable en España, las nuevas tecnologías, como el almacenamiento, y cómo coexisten los objetivos de descarbonización con el mantenimiento de la competitividad industrial.
Seguidamente, llegó el turno de la ponencia, Propuesta de metodología para peajes y servicios de ajuste, a cargo de Tomás Gómez, José Pablo Chaves y Paolo Mastropietro, investigadores del IIT Comillas, quienes explicaron su estudio de asignación y liquidación de los costes de los servicios de ajuste en España. El coste de los servicios de ajuste, imprescindibles para la operación segura del sistema eléctrico, se ha encarecido de forma notable en España: de menos de 5 €/MWh en 2020 a más de 15 €/MWh en los primeros meses de 2025, llegando a superar los 25 €/MWh en mayo. Según detallaron en su exposición, la asignación vigente de estos costes a los consumidores no sigue criterios de eficiencia económica, genera distorsiones e incertidumbre por la variabilidad de los mismos. En esta línea, el Instituto de Investigación Tecnológica de la Universidad Pontificia Comillas -IIT Comillas- propone un nuevo esquema de asignación que reduce los efectos negativos señalados y se alinea con las prácticas de otros países europeos, aprovechando metodologías consolidadas, como la metodología de los peajes de red. Asimismo, según el estudio, se recomienda aportar mayor predictibilidad y estabilidad a los cargos resultantes y valorar exenciones y descuentos para consumidores industriales expuestos a competencia internacional y riesgo de fuga de carbono.
La segunda mesa,Clean Industrial Deal: un plan para la industria electrointensiva, contó con las intervenciones de José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor; Santiago Bordiu, CEO Ignis Energía; y Blanca Losada, presidenta de Fortia Energía. Moderados por Paula María, redactora de energía y empresas en El Mundo, debatieron sobre las oportunidades que surgen para la industria en este nuevo marco europeo y cómo aprovecharlas.
“El Clean Industrial Deal ha supuesto un cambio significativo en el debate europeo. Lo que veníamos advirtiendo se está haciendo ahora evidente, la falta de competitividad de la industria en Europa principalmente por el alza en los costes energéticos”, destacó José Antonio Jainaga al inicio de su intervención. Jainaga alabó las bondades del Clean Industrial Deal y enfatizó la necesidad de comenzar ya a adoptar medidas concretas que nos permitan equipararnos con las condiciones que tienen las industrias en otras regiones del mundo. Desde Europa, por ejemplo, se recomienda reducir la fiscalidad que las industrias soportan en sus facturas eléctricas. Según apuntó Jainaga, “la fiscalidad y los peajes y servicios de ajuste representan aproximadamente la mitad de la factura y el suministro es la otra mitad”. Y de nuevo, dijo que la Comisión Europea habla de fomentar la contratación a largo plazo y de incentivar la integración de renovables para desacoplar el precio del mercado del de los combustibles fósiles.
Al final de su intervención, José Antonio Jainaga se refirió a la propuesta de la Comisión Europea de llevar a cabo contratos tripartitos entre el sector público, los productores de energía y los electrointensivos para evitar los altos precios y la incertidumbre del mercado, “lo que debe favorecer un mejor clima para la inversión en energías limpias, la competitividad industrial y el empleo”, comentó. Es una fórmula innovadora y colaborativa que ya hemos visto en Francia. “Desde luego, desarrollar tecnologías sin emisiones o almacenamiento y facilitar la competitividad industrial sería un ejemplo de como la política industrial y la energética pueden confluir para alcanzar los objetivos que tenemos de sostenibilidad y crecimiento”, finalizó.
Por su parte, para Santiago Bordiu el Clean Industrial Deal es una oportunidad histórica para que España se consolide como la gran plataforma industrial limpia de Europa. “Tenemos renovables competitivas, un mercado eléctrico avanzado y capacidad para atraer nueva demanda electrointensiva, pero debemos realizar una apuesta decidida, coordinada y acelerada: priorizar proyectos renovables ligados a industria, habilitar acceso flexible a la red, fomentar instrumentos como subastas de descarbonización y CAEs y orientarnos hacia la electrificación”. Además, en opinión de Bordiu, “la flexibilidad será fundamental”. La industria debe pasar de ser consumidora pasiva a actor activo en los mercados eléctricos, reduciendo costes de servicios de ajuste y aportando seguridad al sistema. “Si alineamos estas piezas, España no sólo retendrá a su industria actual, sino que atraerá nuevas inversiones estratégicas”, explicó.
Para Blanca Losada, en un panorama internacional complejo, la tecnología y la industria son fuente de poder geopolítico, y la energía es clave de autonomía estratégica. “Estados Unidos se ha convertido en un actor clave en los mercados de commodities energéticas gracias a su capacidad de producción y China está apuntando a ser un “electroestado” basado en su poder industrial y en su capacidad de exportar tecnología cleantech”, dijo en su intervención.Como ya diagnosticó Draghi, continuó Losada, “Europa debería fijar su propia estrategia y construir sobre sus propias capacidades, desarrollando un modelo industrial que aproveche las oportunidades derivadas de las grandes revoluciones tecnológicas de nuestra época: la transición digital y la energética. Para ello, el precio de la energía es un factor crítico y Europa debería evolucionar hacia un modelo con menos y mejor regulación”. Y añadió que los sistemas eléctricos están experimentando cambios muy sustanciales asociados a la mayor integración de energías intermitentes y a su naturaleza crecientemente híbrida (corriente alterna/corriente continua), lo que aumenta su complejidad y sus necesidades de flexibilidad y de firmeza, en cuya aportación pueden y deben jugar un papel esencial los consumidores activos, y muy especialmente los consumidores industriales.
Instrumentos para la competitividad industrial
Y la tercera y última mesa del Foro, Instrumentos para la competitividad Industrial, planteó un debate sobre los instrumentos que necesitan las industrias para avanzar en su descarbonización a través de la electrificación. Para ello reunió a Fernando de Juan, head of Origination Iberia de Axpo; Abelardo Reinoso, socio de Malaika NET ENERGY; y Diego Rodríguez, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, moderados por Fernando Soto, ex director general de AEGE.
«Desde Axpo tenemos claro que la mejor forma de asegurar la competitividad de la industria en un entorno cada vez más exigente es aprovechar y poner en valor la flexibilidad real de la demanda”, comenzó afirmando Fernando de Juan. Esa capacidad que permite mover consumos eléctricos, por pequeños que sean, modificando los procesos industriales o debido a la electrificación de determinados procesos para descarbonizarse. Y aseguró que en Axpo ofrecen apoyo a cada consumidor para extraer todo el valor económico de esta flexibilidad en diferentes horizontes temporales: desde aseguramientos de ahorro a largo plazo hasta participación en mercados de ajuste del sistema en tiempo real para optimizar sus consumos. “Estamos preparados para poner todo nuestro conocimiento y experiencia al servicio de los consumidores industriales y minimizar así sus facturas eléctricas”, añadió.
Abelardo Reinoso, aseguró que el riesgo de perder miles de millones de inversión industrial por la falta de infraestructuras eléctricas obliga a un cambio profundo. “La electrificación no puede sostener la competitividad si la expansión de la red continúa desvinculada de las necesidades reales de la economía”, explicó. Se requiere una planificación proactiva y dinámica, en la que la red de transporte se anticipe a la implantación de polos industriales y grandes consumos, desarrollando con suficiente antelación las infraestructuras que aporten certidumbre a los inversores. En opinión de Reinoso, “la regulación vigente fue diseñada para un escenario de crecimiento moderado de la demanda. El gran impulso actual es una oportunidad que el país no puede dejar escapar y exige una rápida adaptación regulatoria”.
En su turno, Diego Rodríguez enfatizó la necesidad de revisar la fiscalidad energética, especialmente la que recae sobre la electricidad. “Es conveniente la desaparición de impuestos introducidos en el año 2012, que respondían a un grave problema de desequilibrio financiero en el sistema eléctrico que, afortunadamente, ya no está presente”.
En ese sentido, Rodríguez lamentó que en asuntos como este las inercias regulatorias actúen en contra de la competitividad de las empresas industriales. Asimismo, indicó que, si bien no ayuda el hecho de que no se haya avanzado en la revisión de la directiva europea sobre fiscalidad energética, esta circunstancia no debería ser un obstáculo para plantear un tipo más reducido en el Impuesto Especial sobre la Electricidad lo que, en su opinión, sería más coherente con los objetivos de electrificación y de descarbonización. Por último, en relación con la inversión en redes eléctricas, Diego Rodríguez valoró positivamente el aumento en la transparencia y supervisión en el despliegue de redes por el que se apuesta en el proyecto de Real Decreto sobre los límites de inversión.