El sector del metal gallego cerró 2024 con 60.200 trabajadores, lo que supone un incremento del 3% respecto al año anterior, la mayor subida desde 2018, año previo a la pandemia. A pesar de esta evolución favorable, desde Asime advierten que la falta de profesionales cualificados limita aún más el crecimiento del empleo.
Enrique Mallón, secretario general de Asime, explicó que más del 50% de las empresas del sector tienen necesidades urgentes de personal que no logran cubrir. Según sus estimaciones, en Galicia se necesitan 1.500 trabajadores para atender los pedidos actuales y hasta 5.000 para asumir nuevas oportunidades a medio plazo. De haber contado con este capital humano, la facturación del sector podría haber sido un 20% superior.
Mallón subrayó la urgencia de adecuar la formación oficial a las necesidades reales de la industria y de agilizar la incorporación de profesionales del extranjero, especialmente de América Latina, por su proximidad cultural. También insistió en la importancia de poner en valor el sector ante nuevas generaciones y profesionales de otros ámbitos para garantizar el relevo generacional y el crecimiento sostenible.
Facturación al alza y buen tono empresarial
El sector experimentó un aumento del 10% en su facturación, en línea con la tendencia de crecimiento iniciada en 2022. Asime aclara que este dato no se traduce directamente en beneficios, ya que hay que tener en cuenta factores como el aumento de costes, materias primas o amortizaciones, pero lo considera un indicador de la buena salud del sector.
Actualmente, el metal representa el 19% del PIB de Galicia y está compuesto por 3.500 empresas. A diferencia de 2023, este año no se ha registrado una destrucción significativa de tejido empresarial, tras la desaparición de más de 260 compañías en el ejercicio anterior.
Balanza comercial y proyección internacional
La balanza comercial del sector ha sido muy positiva en 2024. Las exportaciones crecieron un 5%, mientras que las importaciones descendieron un 13%. Galicia escaló una posición en el ranking nacional y se sitúa como la cuarta comunidad más exportadora, con el sector metal representando el 40% de las exportaciones gallegas.
El mercado europeo sigue siendo el principal destino de las exportaciones, con Francia a la cabeza, aunque Turquía, Argelia y EEUU también figuran entre los diez primeros. Respecto al aumento de aranceles promovido por la administración Trump, Asime minimiza su impacto directo —ya que solo el 4% de la exportación va a EEUU—, pero advierte de posibles consecuencias indirectas para subsectores como la automoción.
En importaciones, la dependencia de China continúa siendo motivo de preocupación, y desde Asime se insiste en la necesidad de relocalizar industrias clave para evitar vulnerabilidades estratégicas.
Análisis por sectores: crecimiento generalizado con retos específicos
Automoción
Este subsector creció un 1% en facturación y en empleo, lo que supone una ralentización preocupante. La fabricación de vehículos cayó un 1,6%, aunque las matriculaciones aumentaron un 12% en Galicia, con un notable crecimiento del 58% en vehículos eléctricos, híbridos y verdes.
La automoción gallega continúa siendo la líder en exportaciones, con un 71% del total del sector metal, pero se enfrenta a retos clave como la transición hacia el vehículo eléctrico, la competencia china y las exigencias de la normativa europea de emisiones (CAFE).
Naval y energías marinas
El sector naval creció un 10% en facturación y un 4% en empleo, logrando una estabilidad no vista desde antes de la pandemia. Galicia lidera a nivel nacional, con 11 de los 36 pedidos registrados en España, y se consolida como referencia en buques especializados y eólica marina.
Asime resaltó la capacidad del sector para generar empleo —3.000 puestos directos solo en eólica marina— y defendió la urgencia de impulsar las subastas para nuevos parques, aludiendo a que Galicia tiene el know-how, la masa crítica empresarial y la infraestructura portuaria necesaria.
Construcciones y estructuras metálicas
Este ámbito mantuvo un crecimiento sólido, con un 2% en empleo y un 12% en facturación, gracias a empresas especializadas en fachadas y estructuras metálicas.
Aeroespacial
El sector aeroespacial experimentó un despegue notable, con un 25% de incremento en facturación y un 5% en empleo, impulsado por la recuperación de la aviación comercial y el auge en defensa y drones. La facturación total alcanzó los 90 millones de euros, consolidando a Galicia como proveedor de primer nivel a escala internacional.
Seguridad y defensa
La industria de seguridad y defensa se consolida como vector estratégico, con 30 empresas gallegas implicadas y 3.500 empleos generados. Asime apuesta por aumentar esa cifra a 150 empresas en la próxima década, lo que podría suponer la creación de otros 3.000 empleos adicionales.
Los encargos en defensa —como fragatas, vehículos especiales y sistemas satelitales— representan una oportunidad histórica para Galicia, siempre que se materialicen las inversiones estratégicas y mejoras en agilidad administrativa.
Perspectivas y retos para 2025
Desde Asime, su secretario general concluye que el sector del metal gallego vive un momento sólido, pero que debe afrontar retos clave: formación y atracción de talento, reducción de la dependencia energética, aumento de la innovación y diversificación.
“El 90% de las empresas más competitivas del sector son las más diversificadas y multiactividad”, subraya Mallón, que también hizo un llamamiento a enraizar la industria en el territorio para fortalecer su competitividad global frente a un escenario geopolítico en transformación.
Las perspectivas para 2025 son moderadamente optimistas, siempre que se tomen las decisiones adecuadas en formación, inversión y planificación estratégica.