Bajo la moderación de Javier García Gerpe, fundador de Ayri11, participaron líderes como Alex Quintanal (Dobots Robotics), Josep Maria Serra (Stäubli Robotics), David Trabal (Fanuc), y el propio Pelegrí, quienes coincidieron en que el país aún tiene un largo camino por recorrer en automatización industrial, especialmente en las pequeñas y medianas empresas.
Automatización como respuesta a los desafíos industriales
Josep Maria Serra (Stäubli) fue claro: “Nos encontramos con clientes que nos dicen que no encuentran mano de obra cualificada. La automatización debe dar respuesta a ese y otros retos, como la sostenibilidad o la competitividad global”.
David Trabal (Fanuc) señaló la lentitud en la adopción: “Hay un tema de cultura tecnológica. Muchas pymes aún no se atreven, aunque ya hay más de 5.000 instalaciones en España. Es un récord, pero aún insuficiente”.
La robótica colaborativa como aliado clave
Jordi Pelegrí subrayó el papel de la robótica colaborativa como catalizador del cambio: “Nos cuesta todavía penetrar en la pequeña y mediana industria. La clave está en la formación, formación y formación. No se trata de eliminar empleo, sino de transformarlo y asegurar su calidad”.
Para Alex Quintanal, country manager de Dobots Robotics, hay tres factores clave para la automatización: “El coste de la mano de obra, la capacitación técnica del personal y el requerimiento de calidad. Automatizar permite cumplir con estándares que, de otro modo, son inalcanzables”.
Los ponentes destacaron la figura del integrador como esencial para el éxito: “El integrador es como el cocinero”, explicó Serra. “Puede convertir un robot bueno en un sistema excelente… o en uno fallido. Su conocimiento es vital”.
Uno de los consensos más repetidos fue la necesidad de actuar desde la educación. “Los países más robotizados tienen menos paro y trabajos de más calidad”, recordó Quintanal. Pero advirtió: “No podemos hacerlo solos. Las instituciones deben apoyar con políticas claras, formación dual y fondos”.
La robótica no está sola. Según Serra y Pelegrí, la combinación con inteligencia artificial, visión artificial y sensores es el próximo salto tecnológico. “Aplicaciones que hace cinco años eran inviables, hoy ya lo son. Y eso seguirá acelerándose”, afirmó Serra.
La conclusión fue unánime: o se automatiza, o se pierde competitividad. Y todo empieza con formación, asesoramiento y valentía. “Instalar un robot sin que el operario lo entienda es condenarlo al fracaso”, recordó Pelegrí. “Pero si se le forma y se le incluye, el éxito está garantizado”.