Ángel Elorriaga ha explicado que ITP “ha estado desarrollando tecnología de combustión de hidrógeno para motores de avión, con el objetivo de contribuir a la descarbonización del sector aeronáutico”. Además, ha anunciado la creación de un nuevo centro de ensayos que permitirá evaluar el uso de hidrógeno tanto en estado gaseoso como líquido, una infraestructura actualmente inexistente en España. También ha detallado que “el principal desafío técnico no está en la combustión del hidrógeno, sino en cómo lograrla sin generar altas emisiones de NOx”.
Por su parte, Juan Sebastián Montero ha subrayado que el Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España “ha continuado elaborando informes técnicos para la Administración y realizando jornadas mensuales sobre sostenibilidad”, destacando la importancia de una divulgación técnica rigurosa y una educación profesional continua. Asimismo, ha señalado que “uno de los principales retos es la certificación de tecnologías basadas en hidrógeno, que aún no cuenta con un marco normativo definido”.
Ignacio Echavarría ha aportado una visión desde la aviación eléctrica, indicando que “actualmente sólo existen aviones eléctricos certificados para uso turístico, con autonomías muy limitadas”. Ha comparado las baterías con las pilas de combustible, destacando que estas últimas, basadas en reacciones químicas con hidrógeno, “han ofrecido potencial para vuelos de mayor alcance si se resuelve la gestión térmica en vuelo”.
Andrés Catalán ha puesto el foco en los marcos regulatorios e incentivos europeos, afirmando que “la UE ha impuesto cuotas para el uso de SAF (Sustainable Aviation Fuels) con vistas a aumentar la demanda y así reducir costes mediante la economía de escala”. También ha recalcado la necesidad de “una colaboración institucional más transparente y comprometida”.
Los ponentes han coincidido en señalar que, a corto y medio plazo, el SAF seguirá siendo la solución más viable para reducir las emisiones, mientras que el hidrógeno se perfila como una tecnología disruptiva con un horizonte más lejano. “Los tres grandes retos del hidrógeno en la aviación son la logística, la rentabilidad económica y la certificación regulatoria”, ha sintetizado Montero.
La mesa redonda ha evidenciado que, si bien las innovaciones en combustibles alternativos están avanzando, aún se requiere un esfuerzo conjunto entre industria, instituciones y centros de investigación para transformar estos avances en soluciones operativas y sostenibles.