Aunque el consumo total de energía por parte de la industria descendió un 1,5 %. llegando a la cifra mínima histórica de 18,5 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep), el papel de las energías renovables se incrementó sustancialmente, tanto en el uso de estas fuentes para la generación de calor industrial (que llegó al 13,3%) como por su aportación en la producción de electricidad.
Al incremento de este porcentaje contribuyó también el descenso del consumo de gas natural, tanto utilizado de manera directa como para la generación de electricidad, así como la disminución del consumo de petróleo y otros productos como el gasóleo, que alcanza también su mínimo histórico.
Para Juan Francisco Caro, director de Opina 360, “el consumo directo de gas natural en la industria ha descendido solo un 2,2 % respecto al año 2022, pero su menor contribución a la generación eléctrica (un 22,3%) hace que, según nuestros cálculos, su participación real en el mix industrial se reduzca del 51,4 % en 2022 al 48,3% en 2023 mientras que la contribución de las renovables se incrementa del 25 al 29%. La industria consume menos energía eléctrica, pero está energía es más sostenible”.
Por su parte, Albert Concepción, director del Foro Industria y Energía, considera que “estas cifras parecen indicar que, aunque la industria está dando importantes pasos en el proceso de descarbonización, aún existen procesos industriales de difícil electrificación y aquellos en los que se está produciendo tienen un impacto poco significativo. Electrificar estos procesos o aplicar tecnologías como los gases renovables va a ser fundamental para sustituir a los combustibles fósiles y a la energía nuclear”.